La mayoría de nosotros trabajamos en cosas que no nos interesan

  • Un nuevo estudio con más 67.000 personas concluye que sólo unos pocos comparten intereses con el trabajo que desempeñan.
"Y ahora a mirar el Facebook" / Pexels
"Y ahora a mirar el Facebook" / Pexels

Aunque los niños ya no quieran ser médicos, sino youtubers, en la edad adulta su frustración será la misma que la de nuestra generación, ya que no todo el mundo puede tener millones de suscriptores y vivir holgadamente por subir vídeos jugando a la consola o por compartir las mejores recetas gastronómicas. Como consecuencia, la mayoría de la gente termina trabajando en cosas que no le interesa, tal y como señala un nuevo estudio publicado por The British Psychological Society.

Los más de 67.000 participantes en el estudio, llevado a cabo por la Universidad Estatal de Michigan, tuvieron que definir sus intereses laborales basándose en un método llamado Strong Interest Inventory -que mide el interés en seis áreas: la realista, la investigación, la artística, la social, la empresarial y la convencional- para determinar si las personas con una misma ocupación eran similares en términos de intereses compartidos. Se trata, por tanto, de una investigación que no pretende preguntar directamente al sujeto por su nivel de realización personal respecto al trabajo en el que se desempeña, sino que indirectamente trata de averiguarlo a través de los intereses compartidos con otros trabajadores de su sector, en enfoque absolutamente novedoso.

Artistas, mecánicos y carpinteros, los más trabajos con más vocación

En este sentido, la asunción clásica de que el sistema educacional y profesional de las sociedades avanzadas permite que la vocación mueva a cada persona hacia un sector o trabajo concreto, está algo desfasada: de los 211 puestos de trabajo analizados, más de la mitad de los empleados tienen niveles bajos de intereses comunes y acordes con el sector y funciones realizadas. Según Christopher Nye, al frente de la investigación, sólo unas pocas profesiones tienen un alto porcentaje de intereses compartidos por los profesionales, entre las que destacan los artistas, los mecánicos y los carpinteros, que en todos los casos acumulan un 82% de interesados en las dos áreas clave de sus respectivos sectores: lo artístico y lo realista.

En el resto de los casos, estos niveles caen mucho, incluso por debajo del 50% en la mitad de los casos. Esto significa que, en la mayoría de los casos, “dos personas que desempeñan exactamente el mismo puesto de trabajo tienen diferentes intereses profesionales”, según el estudio. Sin embargo, los investigadores no concluyen que esto implique necesariamente que estas “personas estén atrapadas en trabajos que odian”, ya que los sujetos que participaron llevaban al menos tres años trabajando en sus respectivos puestos.

Barreras de entrada a ciertos sectores

Eso sí, para evitar simplificar los resultados del estudio, el equipo de Nye realizó una segunda investigación ampliando el número de intereses compartidos en un puesto de trabajo de dos a tres. Los resultados ofrecieron aún más diferencias entre los empleados, lo que implica que “una considerable mayoría de los puestos están ocupados por personas que no están especialmente interesadas en el tipo de trabajo para el cual se le requiere”.

Algo que los autores explican con dos motivos. Por un lado, las barreras sociales para acceder a ciertos sectores, que pueden resultar especialmente impenetrables en aquellos casos en los que se requiera una educación superior. Esto se traduce en que donde menos interés se aprecia es en sectores con escasas barreras de entrada -precisamente porque los trabajadores no han logrado acceder a otros sectores con barreras-. Por otro lado, y en menor medida, esta desafección laboral se puede deber a la incapacidad de las personas para elegir correctamente el camino laboral a seguir desde edades muy tempranas. Un problema especialmente arraigado en España, donde a partir de los 14 años -o 3º de la ESO- el alumno debe empezar a escoger cuál es la mejor formación, incluso sin tener aún claro a qué desea dedicarse el resto de su vida.

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