La política de Suecia que realmente sirve para promocionar el emprendimiento

  • Suecia está considerado como uno de los países que más emprende, y no es solo por tener una cultura favorable, también es debido a medidas sociales. 
Estocolmo tiene una de las escenas de startups más activas del mundo. / Pixabay
Estocolmo tiene una de las escenas de startups más activas del mundo. / Pixabay

Suecia está considerado como uno de los mejores países en el mundo para hacer negocios. Del país escandinavo han salido firmas como Skype o Spotify y en concreto el área de Estocolmo es, después de Silicon Valley, el mayor productor de unicornios –empresas con una valoración de más de 1.000 millones de dólares antes de salir a bolsa–.

Ciertamente, Suecia tiene una cultura que fomenta el emprendimento, pero este se fomenta con medidas que facilitan la asunción de riesgos, gracias a un sólido sistema de protección social y un sistema de excedencias único en el mundo.

Desde hace dos décadas, los trabajadores a tiempo completo con empleos indefinidos tienen derecho a tomar una excedencia de seis meses para estudiar, conciliar o montar su propia empresa. Hay sectores en los que este periodo se amplía a un año. Las empresas solo pueden negarse a conceder la excedencia si hay razones operativas cruciales que hagan necesaria la presencia del trabajar o si el negocio que piensa montar se ve como competencia directa. Los empleados pueden intentarlo por su cuenta durante este tiempo y si no les va bien tienen derecho a regresar al mismo puesto que dejaron, con idénticas condiciones.

En muchos países existe la posibilidad de pedir excedencias voluntarias, pero en ningún otro esta garantiza la vuelta al mismo puesto y en las mismas condiciones si no es, como ocurre en España, por motivos familiares, como el cuidado de los hijos o personas dependientes.

En Suecia pedir una excedencia para montar una empresa es de lo más normal y no está mal visto. “Hay mucha gente que obtiene permiso de su empleador para iniciar [un negocio] de tal manera que no interfiera con su empleo, y una vez que la empresa está en marcha, piden una excedencia para ver si realmente pueden montárselo por su cuenta”, explica a BBC Capital Claire Ingram Bogusz, investigadora en emprendimiento de la Stockholm School of Economics. “Es algo muy común, particularmente entre los emprendedores altamente cualificados que trabajan en empresas tecnológicas”.

Daniel Ek, CEO de Spotify durante una rueda de prensa / Spotify
Daniel Ek, CEO de Spotify durante una rueda de prensa. / Spotify

La cultura no es suficiente

Como explica Maddy Savage en el artículo de la BBC, es difícil saber en qué medida el sistema de excedencias ha contribuido al éxito de las 'startups' suecas, que cuentan también con un ecosistema abierto a la innovación y una fuerza laboral altamente cualificada, pero parece que podría haber jugado un importante papel.

La creciente demanda de todo tipo de excedencias (incluido el permiso de paternidad remunerado) coincide con un número creciente de suecos que crean sus propias empresas.

Este sistema no puede entenderse, no obstante, sin tener en cuenta las características del mercado laboral sueco, donde los despidos salen mucho más caros que en la mayoría de los países. Las excedencias se han impuesto como una forma de flexibilizar el mercado laboral sin renunciar a los sólidos derechos laborales de los que gozan los ciudadanos. Y parece que están funcionando.

La gente no se atreve a dejar un trabajo fijo para montar un negocio que no saben si saldrá bien, pero si tienen la posibilidad de regresar a su antiguo puesto, mucha más gente se anima a intentarlo.

“Se puede promover el espíritu empresarial haciéndolo más rentable, y lo hacemos en cierta medida, pero también se puede promover el espíritu empresarial haciéndolo menos inseguro”, explica en el mismo artículo Samuel Engblome, de la Confederación Sueca para Empleados Profesionales.

Quizás el secreto para lograr un ecosistema empresarial más innovador no sea apostar por una mayor liberalización, sino por una mejor cobertura social, que permita a los ciudadanos emprender sin miedo a perderlo todo.

Es justamente lo que ha estudiado el profesor de la Universidad de Virginia Ting Xu, analizando en qué medida la ampliación de la baja por maternidad en Canadá había influido en la creación de nuevos negocios. Descubrieron que las mujeres que las mujeres con mayores permisos de maternidad tenían más probabilidades de ser empresarias cinco años después que las que habían dado a luz antes del cambio.

Parece que un mercado laboral más flexible no implica necesariamente una mayor innovación, y en ningún caso facilita el emprendimiento, sino que lo dificulta.

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