La razón secreta por la que odias madrugar (y cómo empezar mejor el día)

  • Un nuevo libro recopila entrevistas con grandes ejecutivos, emprendedores y otros profesionales que explican qué hacen cuando suena el despertador.
Quizás no puedes permitirte este desayuno, pero hay alternativas / Pixabay
Quizás no puedes permitirte este desayuno, pero hay alternativas / Pixabay

Marie Kondo realiza un rápido ritual de limpieza para calmar su mente antes de salir de casa. El presidente de Pixar y Walt Disney, Ed Catmull, mezcla tres cafés espresso con tres cucharadas de cacao en polvo y dos edulcorantes. La experta en fitness Jillian Michaels no se pone el despertador, porque su hijo de cinco años la sacude del sueño saltando a la cama para abrazarla todas las mañanas.

Son tres de las personalidades que comparten sus rutinas en el nuevo libro de Benjamin Spall y Michael Xander My morning routine, una colección de entrevistas con grandes ejecutivos, emprendedores y otros profesionales de éxito que explican qué hacen cuando suena el despertador.

Algunas rutinas son de lo más curiosas. Jenny Blake, conocida conferenciante creadora del programa de carreras de Google, se queda en la cama leyendo libros de no ficción a la luz de una vela durante una o dos horas hasta que sale el sol; Ruth Ozeki, novelista y sacerdotisa budista espera en la cama a que su marido le traiga un café, escribe en su diario, y ve a los ciervos pastar desde la ventana de su dormitorio antes de comenzar su rutina de meditación; otros como Bob Moore, fundador de una conocida marca de alimentos ecológicos, toca el piano 20 minutos nada más levantarse.

Se madruga mejor siendo rico

Las personalidades entrevistadas para el volumen duermen de media siete horas y 29 minutos, se acuestan en torno a las 22:75 y se levantan a las 6:24. El 54 % medita, el 78 % hace ejercicio y el 60 % consulta su teléfono de inmediato. Para desayunar, el 53 % come fruta, el 40 % huevos, el 33 % avena y el 21 % toma batidos. Unas cifras que distan mucho de las del ciudadano medio, que con suerte se hace un café con leche y unas tostadas.

“Lo que queda claro en este libro de más de 270 páginas es que el éxito de los entrevistados les brinda lujos”, apunta Bret Begun en la crítica del libro para Bloomberg. “Aparentemente, la mejor manera de tener un comienzo increíble de día es estar situado lo suficientemente arriba en la escala corporativa como para que la mañana de un subordinado se arruine primero, ser dueño de tu propio negocio o tener un horario tan alejado del normal de 9 a 5 que pierdes el sentido de cómo son las mañanas de la mayoría de las personas”.

Tomar notas para organizar el día puede ser una buena idea / Pixabay
Tomar notas para organizar el día puede ser una buena idea / Pixabay

¿Podemos aprender algo de los supermadrugadores que aparecen en el libro? Como apunta Begun, la mayoría de los trabajadores tienen suficiente con levantarse cuando suena el despertador, ducharse, preparar un desayuno rápido y llevar a los niños del colegio para llegar con el tiempo justo al trabajo. “Y lo que casi todos comparten es la voluntad de perdonarse a sí mismos cuando no se apegan a su rutina”, apunta el periodista.

Da color a tus mañanas

Pero, aunque los entrevistados se pueden permitir ciertas rutinas que quizás no son realizables para el común de los mortales, todos tienen algo en común: aportan variedad a sus mañanas, algo que todos podemos permitirnos y, sobre todo, intentan no ir con el agua al cuello.

Una de las razones por las que solemos estar de mal humor al levantarnos es porque tenemos que hacer todo deprisa y corriendo si no queremos llegar tarde al trabajo, algo muy fácil de evitar si nos levantamos con un mayor margen, esto es, más temprano. Y para ello debemos acostarnos antes.

Con un mayor margen podemos además añadir a nuestra rutina una nueva actividad, que cambie el tedio que suele caracterizar las primeras horas del día. Es más que probable que no podamos quedarnos en la cama viendo como pastan los ciervos, pero no es tan difícil plantearse leer algo un rato antes de salir de la cama mientras nos desperezamos o mejorar nuestro desayuno (algo que además es muy recomendable para nuestra salud).

Tras leer el libro, Begun se inscribió a unas sesiones de entrenamiento personal a las 6 de la mañana, se descargó una aplicación de meditación y otra que genera ruido blanco para dormir mejor. Al final no ha hecho nada de esto, pero si se zampa unos huevos escalfados y un batido de plátano y arándano para desayunar. “No creo que esto me haya hecho más productivo, pero ¿a quién le importa?”, apunta. “Han hecho que mis mañanas apesten un 23 por ciento menos. Eso me parece un éxito”.

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