Las 'mafias' de Silicon Valley que tienen el control de la mayoría de ‘startups’

  • El principal nodo de empresas tecnológicas es un mundo endogámico, donde varios grupos de poder controla a quién se da el dinero de los inversores
Las fotos de recurso son más diversas que la realidad. / Pexels
Las fotos de recurso son más diversas que la realidad. / Pexels

Solemos pensar en Silicon Valley como un espacio meritocrático en el que las mentes más brillantes del planeta compiten por crear la nueva gran empresa (mientras pagan alquileres astronómicos). Pero esta área del sur de la bahía de San Francisco, que alberga una de las mayores concentraciones de empresas tecnológicas del mundo, constituye en realidad un pequeño club, donde reina la endogamia y en el que el éxito depende en gran medida de los contactos que tengas.

Los empleados de las ‘startup’ que tienen éxito suelen abandonar estas cuando salen a bolsa, para montar sus propias compañías con el dinero que consiguen tras la venta. A estas redes de exempleados de las compañías más exitosas se las conoce en la jerga del Valle del Sillico como 'mafias', importantes grupos de poder informal, decisivos a la hora de generar contrataciones e inversiones para las nuevas empresas.

La historia misma de Silicon Valley tiene que ver con estas 'mafias'. Una de las primeras compañías tecnológicas que se instaló en el área, en concreto en Mountain View, fue Shockley Semiconductor Labs, la compañía que el físico Willian Shockley, exresponsable de investigación de Bell Labs, creó en 1956. Esta empresa comenzó a fabricar semiconductores de silicio, que fueron los que dieron nombre al hoy famosísimo nodo empresarial, y a reclutar a los recién licenciados de la Universidad de Stanford, situada también en la zona.

Pero solo un año después de la creación de la compañía, en 1957, ocho de los mejores empleados de Shockley abandonaron el proyecto para crear su propia empresa, Fairchild Semiconductor, que introdujo en el mercado el primer circuito integrado comercialmente viable. Los fundadores de esta empresa, conocidos como “los ocho traidores”, constituyeron la primera “mafia” de Silicon Valley.

De este pequeño grupo de pioneros de la tecnología salieron algunas de las empresas más importantes del naciente nodo tecnológico: Intel, AMD, Signetics, Amelco o Synertek, entre otras. También el fondo de capital riesgo Kleiner Perkins, que uno de los ocho traidores, Eugen Keliner, fundó junto a Tom Perkins, de Hewlett-Packard (otra de las empresas pioneras de la zona). Este fondo participó en la financiación de compañías tan importantes como Google, Compaq, Netscape, Sun Mycrosistems o Symantec.

De Fairchild a Uber, pasando por Paypal

Si entre los años 60 y 80 los ocho traidores partieron el bacalao, en los 90 tomó el testigo la conocida como 'mafia Paypal', formada por los empleados que abandonaron la conocida compañía de pagos electrónicos.

De este grupo salieron pesos pesados de la élite de la tecnología actual como Elon Musk –fundador de Tesla y Space X, entre otras compañías–, Peter Thiel –todopoderoso capitalista de riesgo y uno de los primeros inversores de Facebook–, así como los creadores de compañías tan conocidas como YouTube, Yelp y Linkedin.

Esta fue la última gran 'mafia', pero como explica Erin Griffith en 'The New York Times', Silicon Valley está empezando a vivir el surgimiento de otro de estos grupos, en torno a los ex empleados de Uber y Airbnb, que están esperando a que las compañías salgan a bolsa para dar el empujón a muchas de sus ideas.

“(Este grupo] va a desencadenar una explosión masiva en el espíritu emprendedor”, explica al 'Times' Howard Lindzon, un inversor de capital riesgo de Phoenix, que tiene claro que solo quiere poner su dinero en fondos con conexiones a las redes de empleados y ex empleados de Uber y Airbnb.

Logo de Airbnb
Logo de Airbnb. / FLICKR - Archivo

Como explica Griffith, las firmas de capital de riesgo ya están contratando a ex empleados de Uber y otras compañías preparadas para salir a bolsa para meter un pie en sus redes. Fondos tan importantes como Sequoia Capital, GV, Javelin Venture Partners o Redpoint Ventures tienen ya entre sus filas a exempleados de estas empresas, que puedan servir de conexión con sus respectivas “mafias”.

Uno de estos exempleados es Andrew Chen, que era encargado en Uber del operativo para reclutar conductores. Hace un año dejó la empresa para convertirse en socio de la compañía de capital riesgo Andreessen Horowitz, donde está en permanente contacto con excompañeros de Uber. Como cuenta al Times, cree que al menos han salido ya dos docenas de nuevas 'startups' de la compañía.

Lo mismo ha ocurrido en Airbnb. Basta decir que has estado trabajando en un puesto importante en esta empresa para que los fondos de inversión te den el dinero que necesites. En febrero de 2018 Dan Hill y Michelle Rittenhouse dejaron la empresa de alquiler de viviendas para fundar Alma, una nueva compañía dedicada a la filantropía. En solo unas semanas consiguieron dos millones de dólares para financiar el proyecto.

Ahora solo falta ver si realmente todas estas nuevas empresas crean algo útil para la sociedad. Desde luego, apoyos no les faltan.

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