Las seis cosas que jamás debes decir en una entrevista de trabajo

  • Al margen de que nos manejemos más o menos bien en la entrevista, hay una serie de errores que nunca se deben cometer
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Por mucho que tu expediente académico sea brillante, tengas una enorme experiencia y seas el candidato más adecuado para el puesto en cuestión, tu comportamiento en la entrevista de trabajo es decisivo a la hora de lograr un empleo.

En general, llegados a este punto del proceso de selección, el éxito en una entrevista de trabajo pasa por caerle bien al entrevistador, algo que es subjetivo y difícil de prever. Pero, al margen de que nos manejemos más o menos bien en la entrevista, hay una serie de errores que nunca se deben cometer, pues suelen suponer la eliminación inmediata del candidato.

Lo cierto es que en los departamentos de recursos humanos casi todo el mundo está entrenado de la misma forma, por lo que no es difícil saber qué les molesta. Así que, si no quieres irte por dónde has venido, evita decir lo siguiente:

1. “¿Qué hacéis exactamente?”

A no ser que la empresa que quiera contratarte acabe de abrir y no tenga siquiera una página web –algo harto improbable–, es una buena idea informarte de qué demonios hace. No está de más preguntar cuáles son las funciones del puesto en concreto que quieras cubrir, pero se presupone que si te has presentado a un proceso de selección tienes una idea más o menos clara de qué hace en general la empresa. Este tipo de preguntas muestra un desinterés por el puesto que te inhabilita para ejercerlo. En general, los entrevistadores no ven con buenos ojos que no te has informado sobre el trabajo que vas a hacer.

2. “En efecto”, “tienes toda la razón”,  “yo no lo habría dicho mejor”

Un error común de las entrevistas de trabajo consiste en asumir que estas en una posición de autoridad inferior a la del entrevistador y que es mejor hacerle la pelota. Pero, en realidad, ambos estáis haciendo vuestro trabajo, y resulta mucho más cercana una persona crítica, que facilite la conversación y no se dedique a dar la razón como a los tontos. En realidad, lo ideal es pensar en una entrevista de trabajo como si solo fuera una reunión profesional (algo que no deja de ser cierto), en la que vendedor y cliente lo hacen lo mejor que pueden.

Entrevista de trabajo
Los entrevistadores conocen tu curriculum

3. “¿Estás casado?” o “¿Quieres tomar algo luego?”

Los entrevistadores no deben hacer este tipo de preguntas personales, pero tú tampoco. Limítate a lo estrictamente profesional. Tener una actitud afable y no demasiado seria puede ser positivo, pero debes tener muy presente dónde está el límite. Ni que decir tiene que no deberías intentar ligar en una entrevista.

4. “Mi jefe era un capullo”

Una de las reglas de oro de toda entrevista: no meterte con anteriores empleadores. Nadie duda que tu pasado jefe es un sinvergüenza, pero ¿y si es conocido del entrevistador? ¿Cómo sabe éste que el capullo no era tu jefe sino tú? Meterse con anteriores empresas (y más aún, con aquella en la que trabajamos actualmente y de la que queremos salir) es un error habitual, pues pensamos que criticando anteriores trabajos mostramos un mayor interés por el nuevo puesto. Pero lo mejor es evitar cualquier crítica en este sentido: las posibilidades de que la jugada te salga mal son mucho mayores que las de que te salgan bien.

Y una cosa más. Evita en las entrevistas cualquier palabra malsonante y, más aún, maldiciones o blasfemias de todo tipo. No sabes quién te está entrevistando, y puede ofenderse con expresiones de este tipo.

5. “Tengo otras ofertas”

Está muy bien tener otras ofertas, pero no lo digas. Se trata de otro error muy habitual, pues pensamos que, al mostrar que otras empresas están interesadas en ti, la compañía en la que estás haciendo la entrevista te tendrá en mayor estima. Pero puede ser una estrategia contraproducente, por dos motivos: el entrevistador puede pensar que, si eres escogido, podrás negociar un mayor salario; y, además, puede pensar que, si ya tienes otras ofertas, es mejor coger a alguien que no tiene tantas opciones en mente. Puede que este trabajo sea tu segunda opción, pero si no has asegurado la primera, es mejor que te calles.

No es un examen, pero una pequeña búsqueda en Google puede ayudar / Pixabay
No es un examen, pero una pequeña búsqueda en Google puede ayudar / Pixabay

6. “Quizás no soy el perfil más adecuado para el puesto, pero…”

“Si no eres el más adecuado, ¿qué haces aquí?”, podría contestarte el entrevistador. No está mal ser crítico con uno mismo, y reconocer el típico punto débil si te lo preguntan (y es una pregunta bastante típica), pero no te arrastres por el fango si nadie te lo pide. Uno de los aspectos clave para salir airoso de una entrevista pasa por mostrar tus fortalezas y ocultar tus debilidades. No debes mentir, pero tampoco ir voluntariamente al pelotón de fusilamiento.

Y un último consejo... “Sin duda, soy el mejor candidato que vais a encontrar”

Ni tanto ni tan calvo. Exagerar en demasía las fortalezas, magnificando tus verdaderas competencias, tampoco es una buena estrategia. Los entrevistadores siempre se revisan los currículos antes de las entrevistas y si en esta te muestras demasiado confiado sobre algún aspecto que, viendo tu experiencia, no debería estar tan pulido, puede que te pongan en un brete, haciéndote, por ejemplo, una pregunta técnica que no sepas responder.

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