Las 'startups' de las que hablarán todos: así es la nueva generación de 'unicornios'

  • Un informe de CB Insights para The New York Times desvela las 50 empresas que podrían alcanzar una valoración de 1.000 millones los próximos años.
Los nuevos unicornios no son lo que eran. / Pexels
Los nuevos unicornios no son lo que eran. / Pexels

Airbnb, Uber, Pinterest… En el mundillo empresarial no se deja de hablar de las startup conocidas como “unicornios”, aquellas valoradas en más de mil millones de dólares antes de su salida a bolsa. Se calcula que hay en torno a 300 compañías que podrían entrar en este club y, dentro de estas, un selecto club que supera incluso los 10.000 millones de valoración.

El panorama tecnológico actual ha hecho que lo que hace una década era extremadamente raro hoy parezca el pan nuestro de cada día. Pero como apunta un análisis de mercado elaborado por la firma CB Insights por encargo de 'The New York Times', el ecosistema que ha permitido el vertiginoso crecimiento de firmas como Uber ya no es lo que era.

La mayoría de estas nuevas empresas tecnológicas se han beneficio de la democratización de los teléfonos inteligentes y el abaratamiento de los servicios en la nube, acaparando negocios ya existentes –taxis, comida a domicilio, hoteles…– y llevándolos al bolsillo de los clientes.

Esta “disrupción”, como se empeñan en bautizarla los gurús del emprendimiento, ha sido enormemente lucrativa. Uber, por seguir con el ejemplo arquetípico, podría alcanzar este año una valoración de 120.000 millones de dólares. Pero, según el informe de CB Insights, el modelo no da para más. A medida que estas empresas pioneras han madurado y se preparan para salir a bolsa, se están acabando las oportunidades fáciles para entrar en industrias que no se habían actualizado.

Llevando las nuevas tecnologías donde no habían llegado

CB Insights ha empleado un conjunto de datos, como la salud financiera y la solidez y el tamaño del mercado al que atiende una empresa, para identificar 50 nuevas compañías que podrían estar en camino de alcanzar una valoración de mil millones de dólares.

Aunque a buen seguro alguna de estas 'startups' no logrará su objetivo, lo que parece claro es que estamos ante un tipo distinto de empresas. Los nuevos unicornios son en su mayoría desarrolladores de 'software' profesional, que se centran en algunos sectores que aún quedaban por explotar, como la agricultura, la banca o la biotecnología.

Una de las compañías mejor situadas es, por ejemplo, Benchling, un invento que el ingeniero Sajith Wickramasekara desarrolló para desterrar las obsoletas herramientas tecnológicas que usaba en los laboratorios de biología molecular del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) cuando era un estudiante.

Su compañía ofrece una herramienta especialmente pensada para que los investigadores puedan registrar sus informes y compartirlos con su equipo. Hoy en día en torno a 140.000 científicos utilizan el 'software' de Benchling, incluidos académicos de Harvard, el MIT o compañías farmacéuticas como Pfizer o Regeneron.

Otra de las compañías que aparecen en el listado de nuevos unicornios es Farmers Business Network que cobra a los agricultores 700 dólares por año analizar datos sobre sus fincas, sus suministros y sus cultivos. Más de 7.700 granjas utilizan ya el sistema.

En el listado de posibles nuevos unicornios encontramos muchas empresas que, sencillamente, aplican el análisis de datos y nuevos tipos de 'software' a industrias específicas que hasta ahora seguían contando con herramientas antiguas. En este grupo encontramos compañías como Clear Tax, que desarrolla un software para la presentación de impuestos y la gestión de inversiones; Deputy, otro programa que ayuda a las empresas a gestionar los horarios del personal; o Miaoshou Doctor y Kry, dos compañías que desarrollan servicios para poner en contacto a médicos y pacientes.

“Tal vez no sean tan sexys como las compañías en la primera ola”, explica en 'The New York Times' Kirsten Green, inversor de Forerunner Ventures. “Muchos de esos sectores son grandes industrias que necesitamos en nuestras vidas y en los negocios, y necesitan ser modernizadas”.

Esto no significa que su modelo sea menos lucrativo. Según el informe, algunas de estas empresas podrían alcanzar el umbral de los 1.000 millones de valoración rápidamente, pues las 'startup' están creciendo más rápido que nunca. Las rondas de financiación de 100 millones o más, que antes eran rarísimas, se han vuelto comunes. Hoy podemos contar 315 unicornios, en comparación con los 131 que se contabilizaban en 2015.

Empresas en todo el mundo

Aunque la startup parece un invento estadounidense, incluso específicamente californiano, este tipo de compañías cada vez son más frecuentes en Asia, Latinoamérica y Europa. 17 de los 50 posibles unicornios que señala el informe tienen sede fuera de Estados Unidos.

Algunos negocios han adaptado ideas ya existentes a sus regiones, pero muchos traen nuevos negocios, que a bueno seguro podrían tener expansión internacional. Otros, también en EEUU, sencillamente han buscado un nuevo público: los mileniales.

La generación Y, correspondiente a los nacidos entre 1980 y 2000 –de la que tanto se habla últimamente–, tiene especificidades que algunas empresas están sabiendo explotar con maestría, sobre todo en el segmento femenino. Es el caso de Zola, que lleva el negocio de las listas de boda a los nuevos tiempos; Faire, un mercado al por mayor para boutiques y pequeñas tiendas; o Glossier, que confecciona productos de belleza y cuidado de la piel que insiste en “democratizar la belleza”.

Por último, el informe distingue un grupo de empresas que está surgiendo para ofertar servicios subsidiarios a la anterior generación de unicornios. Y es que el auge de compañías como Uber y Airbnb ha creado su propia minieconomía de nuevas empresas.

En este segmento encontramos a compañías como Chekr, una compañía que facilita el registro como conductor en plataformas como Uber o Lyft; o Earnin, que proporciona adelantos en efectivo gratuitos a los trabajadores de Uber, que se pueden retirar inmediatamente después de un viaje.

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