Las tres políticas que deben arrancar ya para frenar el paro en los próximos años

  • El advenimiento de la cuarta revolución industrial cambiará por completo el mercado laboral, y hay tres medidas que es necesario llevar a cabo
El trabajo asalariado va a ser la excepción, no la norma. / Pexels
El trabajo asalariado va a ser la excepción, no la norma. / Pexels

No es ningún secreto que en los próximos años el mercado laboral vivirá un cambio de magnitudes gigantescas, como parte de lo que se conoce ya como la cuarta revolución industrial.

El auge de la inteligencia artificial provocará una automatización sin precedentes de los procesos productivos, que plantea diversos escenarios (no tan distintos, en realidad, de los que se han vivido en anteriores revoluciones industriales). Como siempre, abundan las visiones extremas, unos hablan de un apocalipsis laboral y otros de las bondades ilimitadas que no traerán los robots. Pero lo que esta claro es que el mundo que está por venir no estará determinado solo por la tecnología, sino no por el uso que demos a esta. Y si se quiere mantener o aumentar el bienestar de la población, el advenimiento de la inteligencia artificial deberá ir acompañado de un cierto cambio en las relaciones económicas y laborales.

Según el Foro Económico Mundial, en los próximos 20 años viviremos cinco cambios fundamentales en el entorno laboral:

- Los robots crearan más trabajo, no menos.

- No habrá una escasez de trabajo sino una escasez de talento.

- El trabajo remoto será la norma.

- Casi todos seremos autónomos

- El aprendizaje continuo será una obligación para todos.

Según Stephane Kasriel, CEO de la consultora Upwork, en un informe preparatorio del Foro de Davos, “la discusión más constructiva no es si habrá o no cambios, sino qué debemos hacer para garantizar los resultados más inclusivos”. Y en este sentido, hay tres políticas principales que será necesario implementar para que el paro y la desigualdad no se disparen.

1. Repensar la educación

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Habrá que seguir estudiando, pero de otra forma / EUROPA PRESS - Archivo

El progreso tecnológico no hace más que acelerarse y el advenimiento de la inteligencia artificial hará que los operadores humanos tengan que aprender nuevas habilidades muy rápidamente (y de forma continua).

Kasriel tiene claro que nuestro sistema educativo actual no sirve en este nuevo escenario, pues no es capaz de adaptarse a los cambios de forma tan rápida.

“Necesitamos construir un sistema educativo para el aprendizaje a lo largo de toda la vida, y una cultura que lo promueva”, asegura el asesor del Foro de Davos. “La reconexión del sistema debe comenzar en las guarderías, que deben ser gratuitas y obligatorias, mientras que la educación debe seguir siendo accesible en toda la vida laboral de una persona”.

En el futuro no importarán los títulos académicos, sino las competencias reales que se puedan aplicar en el trabajo. En este sentido, urge un cambio completo en la educación superior: el sistema universitario debe ser más accesible y menos rígido, quizás hasta el punto en que dejemos de reconocerlo como tal.

“Los programas vocacionales centrados en las habilidades, así como otras formas de aumentar la escala de habilidades (como los sistemas de prácticas), deben ser ampliamente accesibles y asequibles”, asegura Kasriel. La formación interna de las compañías será fundamental en esta tarea y los gobiernos deberán fomentar esta.

2. Un nuevo sistema de protección social

Un grupo de jóvenes en la cola del paro / EFE
La protección por desempleo debe tener una cobertura distinta / EFE

Dejando a un lado la problemática que supone mantener a una población cada vez más envejecida, todo nuestro sistema fiscal y de protección social está basado en el tipo de empleo propio de la era industrial, y como advierte Kasriel no funcionará en el futuro si no se somete a importantes reformas.

Durante décadas, el sistema de bienestar se ha alineado con el trabajo asalariado y, según un informe reciente del Foro Económico Mundial, este solo funcionará si partidos políticos, patronal y sindicatos “disocian las subvenciones y las protecciones del empleo a tiempo completo y distribuyen estas de manera más equitativa entre la fuerza laboral productiva”.

Hay muchas innovaciones que se pueden estudiar para mejorar el sistema de protección social. Kasriel cita el modelo de la flexiseguridad que ha implementado Dinamarca, que combina flexibilidad para contratar y despedir con una alta protección social para los desempleados y una política activa en el mercado laboral.

El consultor sugiere estudiar, además, otras iniciativas como la Renta Básica Universal o los “beneficios portátiles”, esto es, la cobertura social para los trabajadores autónomos, con independencia cuáles sean sus clientes.

3. Dar a los trabajadores mayor libertad y flexibilidad

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El trabajo en remoto cada vez será más frecuente. / Pixabay / rawpixel

El aumento del trabajo en remoto debe servir para que los empleados tengan facilidades para conciliar, pero también para incorporar al mercado de trabajo a personas que hasta ahora tenían más dificultades para acceder a este.

El crecimiento del trabajo autónomo, si va de la mano de una correcta protección social, puede ser la entrada al mercado de muchas personas que de otra forma quizás no encontrarían un empleo, pero además puede generar crecimiento en regiones hasta ahora deprimidas, que podrían incorporarse al mercado laboral mundial.

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