Los dos peligros que acechan a quienes trabajan en casa (y cómo evitarlos)

  • La flexibilidad es fundamental para retener el talento y garantizar la conciliación, pero si se trabaja en remoto hay que tener algo en cuenta
Sin organización tu casa puede convertirse en una ratonera. / Pexels
Sin organización tu casa puede convertirse en una ratonera. / Pexels

En EEEU, el 70 % de los empleados trabajan ya de forma remota una vez a la semana. El 53 % pasa la mitad de la semana fuera de la oficina. En España las cifras son algo menores, pero las políticas de trabajo flexibles y en remoto son cada vez más populares y ofrecen grandes beneficios. Pero también conllevan riesgos personales. Dos de estos son los que más preocupan.

Jennifer Moss, cofundadora de Plasticity Labs, una compañía de consultoría, investigación y datos sobre la felicidad, ha hecho un análisis de la situación de las políticas flexibles y en remoto en el trabajo, de sus beneficios y sus posibles consecuencias negativas; en un artículo para 'Harvard Business Review'. 

Según un estudio centrado en la flexibilidad y su impacto en el rendimiento para los padres que trabajan “la flexibilidad en el trabajo aumenta significativamente la gratitud. También aumenta la satisfacción laboral y disminuye el estrés, especialmente para los padres con hijos en casa”, asegura Moss.

Los beneficios se pueden sentir. Empleados y jefes saben de estos. Las organizaciones y empresas comienzan a aceptar que esta es la forma en la que el talento de hoy en día quiere trabajar. “Son más exitosos cuando tienen la flexibilidad diaria que necesitan para satisfacer las demandas de su vida profesional y lograr las cosas que identifican como prioridades fuera de su carrera”, asegura Dorothy Hisgrove, socia y directora general de personal de PwC Australia en una entrevista.

Pero esta nueva forma de trabajo que parece estandarizarse y afianzarse cada vez más, debe traer también grandes cambios estructurales y sistémicos para adaptarse a estas nuevas formas de trabajo. Y aquí los gerentes deben estar al quite. Porque sobre sus trabajadores en remoto planean peligros que pueden ser devastadores. Los que más llaman a la advertencia son el agotamiento y la soledad.

Agotamiento

“Las personas que utilizan políticas flexibles o remotas a menudo se sienten más agradecidas con sus empleadores. Ese sentimiento de endeudamiento puede llevar a algunos empleados remotos a mantener el pie en el acelerador hasta que se queden sin combustible”, dice Moss.

Los empleados responden a esta capacidad de trabajar con flexibilidad llevando a cabo un esfuerzo adicional, con el fin de devolver el beneficio a su jefe. Parte de esta intensificación se produce por motu proprio del empleado. “Pero con frecuencia, es el empleador el que intensifica la carga de trabajo con solicitudes que no pueden cumplirse dentro de los plazos”, dice Moss.

Para esto las soluciones son varias. Hay que intentar ir más allá de las actualizaciones del proyecto de turno y las conversaciones relacionadas con el trabajo. “Los líderes necesitan saber qué está pasando con su gente más allá del trabajo. Por ejemplo, debes ser sensible con los empleados que viajan mucho. En lugar de reservarlos para reuniones inmediatas a su regreso, dales un tiempo para volver a conectarse con la familia y recargar fuerzas”, aconseja Moss.

También es importante controlar el refuerzo positivo en algunos de los atributos que posee tu trabajador a distancia. Algunos de estos lo único que hacen es reforzar y recompensar los comportamientos que le pueden llevar al agotamiento. “En su lugar, debes dar ejemplo y animar a tu personal virtual a reducir la velocidad (incluso cuando no lo desean) apoyando las pausas para la salud mental, instándoles a coger vacaciones y pasar tiempo con la familia”, dice Moss.

No hay que obviar que a los trabajadores en remoto es más complicado de hacer un seguimiento para diagnosticar o detectar este agotamiento. Por eso hay que conseguir un proceso de verificación y estar atento a las señales.

Estar todo el día solo puede tener consecuencias. / Pexels
Estar todo el día solo puede tener consecuencias. / Pexels

Soledad

Según el estudio 2018 State of Remote Work esta sería la lucha más grande a la que se enfrenta esta forma de trabajar en remoto. Una epidemia peligrosa y en crecimiento que los científicos se toman muy en serio.

Y no es para menos. La doctora Julianne Holt-Lunstad de la Universidad Brigham Young presentó hace poco los resultados de 148 estudios con un total de 300.849 participantes. Tras estas investigaciones se establecieron unas terribles conexiones entre la soledad y la mortalidad prematura. “Hay pruebas sólidas de que el aislamiento social y la soledad aumentan significativamente el riesgo de mortalidad prematura, y la magnitud del riesgo supera la de muchos de los principales indicadores de salud”, compartió Holt-Lunstad.

Como solución, Moss aboga por la implantación de un “día de oficina”. Los datos la apoyan. Según una encuesta de Gallup los trabajadores remotos que “vienen a trabajar al menos una vez por semana son los más felices. Reportan una tasa ligeramente más alta de participación, pero lo más importante es que eran más propensos que los trabajadores remotos o de oficina completa a decir que tenían un mejor amigo en el trabajo, y que su trabajo incluía oportunidades para aprender y crecer”, anota Moss.

Para aquellos que el remoto les pilla muy lejos, debes hacer una inversión para tenerlos en la oficina de vez en cuando. Una inversión mensual o trimestral sería ideal. “El tiempo cara a cara crea relaciones de calidad, lo que permite confianza y velocidad en las comunicaciones. Tener oportunidades para estar juntos (en el mismo espacio, no virtualmente) es una inversión de calidad”, asegura Joe Granato, director de la cadena de suministro de Mountain Equipment Co-op.

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