El pasado 3 de febrero, SpaceX, la empresa aeroespacial del empresario Elon Musk, lanzaba al espacio 49 satélites Starlink. Una semana después, solo quedan 9 en funcionamiento. Según ha explicado la compañía, la causa de esta pérdida es una tormenta geomagnética que se desató en la Tierra, algo que podría repetirse en un futuro.
En un comunicado, la empresa lamentaba lo ocurrido: "Desgraciadamente, los satélites desplegados el jueves se vieron significativamente el viernes". Asimismo, explicaban que el fenómeno que provocó este daño, es responsable del "calentamiento de la atmósfera y densidad atmosférica a nuestras altitudes bajas de despegue".
Posteriormente, por medio de los datos que el GPS a bordo aportó, han sabido que "la escalada de velocidad y severidad de la tormenta causó un arrastre atmosférico que se elevó hasta un 50% respecto a lanzamientos anteriores". Y es que, el tipo de satélites que Musk envió al espacio están configurados para volar a una posición determinada, para protegerse, cuando fenómenos, como este, ocurren.
Según SpaceX, se trabajó en maniobras de evasivas, pero finalmente 40 de los 49 satélites no pudieron levantar su órbita, para llegar a un lugar seguro, y acabarán entrando en la atmósfera terrestre. La empresa ya ha confirmado que no existe la posibilidad de que estos colisiones con la Tierra porque se han diseñado para desintegrarse y solo escombros llegarán a tocar el suelo terrestre. Elon Musk había diseñado un plan para que los satélites Starlink dotaran internet a todo el mundo
Las tormentas geomagnéticas
Las tormentas geomagnéticas se producen por el resultado de la interacción del viento solar y el campo magnético de la Tierra. Su forma más visible desde nuestro planeta son las auroras boreales y australes. Estas pueden ser de diferentes colores, según la intensidad de la tormenta solar y se puede ver principalmente desde las latitudes medias, como puede ser el norte de Europa.
