La mayor preocupación de los millennials es no poder ahorrar para la jubilación

Un grupo de jóvenes
Un grupo de jóvenes
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Una psicoterapeuta estadounidense "experta en millennials" analiza cuáles son las inquietudes de esta generación de profesionales. "El 90% de mis pacientes tienen entre 23 y 38 años. Son empáticos, abiertos y están ansiosos por lograr un impacto social", explica Tess Brigham en un artículo para la CNBC

Ante estas afirmaciones positivas, existe preocupaciones comunes que llaman también la atención de Brigham. Una de las inquietudes que sus pacientes comentan con más frecuencia es que "nunca van a tener el dinero suficiente para jubilarse". A lo que añade que suelen estar intranquilos porque "se sienten como unos fracasados" y se muestran insatisfechos porque, a su juicio, "no están organizando su vida laboral como deberían".

Sin embargo, la terapeuta afirma que la mayor preocupación, la que envuelve a todas las anteriores, es que los millennials se enfrentan a un mundo de posibilidades que, para esta generación, resulta ser una fuente de "estrés y de agobio". "Tengo muchas opciones y no me puedo decidir sobre qué hacer, ¿qué pasa si elijo mal?".

Brigham comenta en el artículo que el psicólogo y profesor Jeffrey Jensen Arnett define el período entre los 18 y los 25 como "la adultez emergente", en la que según él "se ha decidido muy poco acerca del futuro de estas personas"  y que "todavía es posible tomar muchas direcciones".

En la mima línea, el autor del libro The Paradox of Choice: Why More Is Less, Barry Schwartz añade que "mientras más opciones se tengan hay una probabilidad más alta de arrepentimiento después". A esta declaración le añade tres posiblesescenarios: "los jóvenes profesiones toman malas decisiones, se muestran insatisfechos con lo que deciden o se 'paralizan' y no deciden nada". 

Como solución a esta problemática, Tess recomienda que los millennials que están pasando por esto ahonden en "cómo se sienten realmente", porque cuando "nos forzamos a pensar en nuestros sentimientos y comportamientos, comenzamos a entender qué es lo que realmente nos molesta y qué es lo que queremos". Como primer paso, la experta citada recomienda que hay que empezar por preguntarse sobre estas cuestiones para que la probabilidad de arrepentirse sea menor.

Cuando se haya reflexionado, el primer paso será identificar las opciones que se tienen sobre la mesa. Es momento de "ponerse serios" y hacer un mapa de los posibles caminos a tomar y las consecuencias que estos puedan tener en el futuro. 

El tercer paso sería "identificar las cosas que puedes controlar".  Los riesgos son buenos, afirma Brigham, pero también es recomendable esquivar las opciones en las que la persona tendría muy poco control sobre los resultados. "Una vez identifiques qué es lo que puedes controlar y qué no, será más fácil descartar algunas opciones de la lista", añade. 

Ahora sí, llegó el momento de tomar una decisión. "Puede llevar un tiempo", afirma la psicoterapeuta. "No hay que apresurarse pero tampoco es necesario pasar mucho tiempo repensando sobre las decisiones". Después de analizar la situación y de pedir consejos, "hay que prepararse para las posibles consecuencias" y diseñar un plan B "por si las cosas no salen como se esperan". 

Como último consejo, la experta recomienda que los jóvenes "acepten las incertidumbres" y "no permitan que éstas tomen control". "El único camino es el que siente bien a las personas cuando tengan que tomar la decisión", remarca Brigham.  Finalmente, añade que "cuando se acepten los errores, las personas se vuelven más inteligentes y seguros sobre las decisiones de cara al futuro".

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