El negocio de seducir: cursos de 5 días a precio de máster para aprender a ligar

  • Un mercado se alza en los tiempos del Tinder: cobrar hasta 1.000 euros por talleres y cursos breves de seducción.
Alfredo Landa en 'Manolo La Nuit'
Alfredo Landa en 'Manolo La Nuit'
Fotograma de la película

En los tiempos de Tinder y las relaciones parasociales, no todo el mundo es un seductor nato. A veces, los menos extrovertidos prefieren intentar estilizar sus cuerpos a imagen y semejanza de los iconos del 'mainstream' del momento a base de gimnasios y triatlones, antes que tratar de establecer un contacto real con el ser humano con el que pretenden compartir cama, sudor y orgasmos. Y, cuando se ven obligados a articular (o escribir por Whatsapp) palabras, suelen recurrir a lo más fácil: lo que escuchan en programas televisivos de éxito como 'Hombres, Mujeres y Viceversa' o 'First Dates'; o, peor, a frases de ligoteo casposas o arcaicas, a menudo olvidando que los 'realities' o los posts cutres en internet son meros productos culturales. Por si fuera poco, hay quienes han empezado a explotar la soledad ajena a través de páginas web que ofrecen cursos a precios de máster, tutelados por supuestos expertos en el arte de la seducción.

No se trata de un fenómeno nuevo, pero ahora la oferta es tan variada que se adapta por completo a las necesidades del usuario, siempre que traiga los bolsillos llenos. Existen talleres de uno o dos días para mejorar la "autoestima, la autoconfianza y el pensamiento positivo" en las relaciones de pareja, como este que imparte la experta en gestión emocional Lili Almagro, dentro del programa 'Constelaciones familiares y organizacionales' de Luis Dorrego, autor de 'Coaching a escena' y director y socio fundador de Expresión Entrenamiento Integral, por el módico precio de 217 euros (177 euros si reservas un mes antes); o cursos intensivos de verano, como el Mandanga Summer Camp que oferta Egolandseducción y que por 1.000 euros te permite una estancia de cinco días en Valencia en un grupo de 14 personas con acceso a 12 talleres impartidos por 7 profesores que, según el vídeo promocional, se lleva a cabo "de día y de noche".

Precisamente Egolandseducción es una de la que más tipos de eventos formativos ofrece. Por ejemplo, talleres de unas horas especializados en "seducción de día" (desde 100 euros) que utilizan como reclamo algunos "problemas" con los que el usuario se pueda sentir identificado: "Te pasas media hora después atormentándote por dejar escapar a esa chica sin haberle dicho nada", "Quieres conocer a esa chica pero te pones excusas (va con prisa, está acompañada, es demasiado atractiva para mí, tendrá dinero en Panamá…)", "No sabes qué decir y temes parecer un friki al acercarte de día"... Mensajes inquietantes que, curiosamente, siempre tienen por objeto la 'conquista' de una mujer.

El tono pretendidamente ambiguo abunda en la mayoría de este tipo de webs. En el resumen del taller PIP de Egolandseducción (Plan Integral Personalizado, con sesiones para aprender a seducir a lo largo de todo el año, a partir de 200 euros), los temas a tratar son "gestión del rechazo, persuasión, convencer". Y, por si había alguna duda de a quién hay que persuadir, uno de los puntos en los que incide el taller es en lo que denominan "marco de acero", con el cual exhortan: "Aprende a comunicar tu masculinidad y exigir lo que es justo". Todos estos talleres y cursos están bajo la tutela del director del proyecto, Luis Tejero, autor de 'El pequeño libro de la seducción' y sexólogo.

Cómo aprender a ligar sin coach y sin dejarte los cuartos

Como otras webs de conquistas sexuales, Egolandseducción también ofrece un taller específico para aprender a ligar por internet, centrado en crear una "marca personal" y en aprender "conversaciones seductoras" en aplicaciones como Tinder, Badoo o Meetic. En realidad, lo que el usuario recibe a cambio de los 200 euros que cuesta el taller es una sesión online de tres horas con expertos en el tema. "En el taller 'ligar más en internet' aprenderemos [...] cómo diferenciarse en el primer mensaje y en la conversación con ella, hasta conseguir un número de contacto y una posterior cita donde disfrutar mutuamente", venden.

A estas alturas, el lector se habrá percatado de que todos los mensajes de este tipo de webs se dirigen a él: hombre, heterosexual, introvertido. Ese es el target principal, aunque existen ofertas para otros sexos u orientaciones, siempre sujetas a sutiles discriminaciones. Una vez más, la web Egolangseducción es el mejor ejemplo: existe la posibilidad de acudir a un Mandanga Summer Camp si eres LGTBI, pero en la tabla de precios este curso es 100 euros más caro que el mismo para heterosexuales. A pesar de ser el mismo número de días, de profesores, de talleres y de compañeros.

Nada explica esta diferencia, pero tampoco el hecho de que eventos como el Mandanga Summer Camp (con unos ingresos potenciales de matriculación por curso de 14.000 euros, a 1.000 euros por cabeza, en varios grupos de 14 personas) vayan a celebrar este verano su octavo año y su edición 24 consecutivas. Quizás, lo único que permite que este tipo de webs sigan funcionando sea una vaga promesa de sexo, a pesar de que la seducción jamás ha sido una asignatura en ningún sistema educativo o reglado; ni siquiera una técnica artesanal que se pueda aprender de donjuanes o bradomines de turno.

No existe evidencia científica alguna sobre este tema y, por eso, cobrar (a hombres) por formación (no reglada) podría incluso contribuir a trasladar los estereotipos clásicos de la seducción al nuevo contexto en el que se desarrollan las relaciones socioafectivas hoy en día. El reconocido bloguero Antiseductor lo resume del siguiente modo en uno de sus posts: "Las páginas sobre seducción científica, el método, el juego del sexo (The Game, en inglés) y todas esas historias… lo que hacen, básicamente, es perpetuar una mentira: que los hombres somos cazadores y las mujeres son presas. ¿De verdad quieres ser así? ¿Quieres considerar a las mujeres cachos de carne? ¿Por qué no le damos la vuelta a este concepto y empezamos a tratar a las mujeres como seres humanos, también en contextos como las discotecas? ¡Es sencillo!".

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