Un sexto sentido

Nunchi, el curioso método coreano para educar a niños inteligentes y con éxito

Como si se tratase de un secreto milenario, este valor inculcado a los más pequeños del 'tigre asiático' determina la forma en la que Corea del Sur concibe a su sociedad y a los niños y niñas que la formarán.

Una madre de Corea del Sur educando a su hijo con el método 'nunchi'.
Una madre de Corea del Sur educando a su hijo con el método 'nunchi'.
©[Nartih's Images] a través de Canva.com

El 'nunchi', en una traducción literal al castellano sería "medida del ojo", es el arte coreano de sentir lo que a otras personas les sucede o se les pasa por la cabeza. La empatía es considerada uno de las mayores virtudes en nuestros días, pero no tiene nada que ver con este valor coreano, uno de los pilares básicos de la educación de un niño en Corea del Sur. Para ello, la velocidad y agudeza emocional es primordial, ya que cuanto antes se identifique el ánimo de otra persona, se podrá responder o interactuar de una forma más acertada. 

Quienes tienen un 'nunchi' rápido, reevalúan continuamente sus palabras, gestos o el modo en el que se muestran con los presentes. Corea del Sur, una de las potencias más importantes de Asia y del Mundo, es considerado uno de los países con uno de los sistemas educativos más potentes y exigentes con su alumnado. Según recoge la CNBC, en las aulas desde bien pronto se les inculca a sus ciudadanos multitud de valores para llegar a triunfar en el día de mañana. 

De esta manera, sus exámenes de acceso a la universidad se convierten en auténtico 'rally' para aquellos que quieren conseguir una plaza soñada para sus estudios. En la crianza tradicional de un hijo en Corea del Sur, además de advertir sobre peligros como mirar a los dos lados de la calle antes de cruzar, el 'nunchi' se convierte en uno de sus protagonistas. Este se inculca a partir de los tres años, cuando un niño es lo suficientemente mayor, pero tampoco es demasiado pequeño. De esta forma, los niños pequeños se cansan de escuchar frases como "tienes que tener más nunchi"

Un valor añadido emocional

En esta línea, los niños no eligen ser buenos o malos, ya que no son conscientes de las consecuencias de sus acciones. Por este motivo, es cuando hay que orientar a los pequeños en este valor. Un ejemplo claro sobre cómo aplicar el nunchi sería el siguiente. En una cola de un buffet un niño se queja de que tiene hambre gritando "¡Tengo mucha hambre!". Una madre o padre surcoreano no diría, ni por asomo, algo como "¡pobrecita!", de tal manera que indicaría a su hijo sobre cómo está esperando la gente en la cola correctamente. 

Diría: "Mira a todos los demás cómo están esperando en la fila, como tú ¿Te crees que eres la única persona que tiene hambre?" Esta educación tiene como objetivo enseñar a los niños que no son el centro del universo, y que las cosas no se entregan nunca en bandeja de plata. Por ejemplo, muchas de las escuelas de Corea del Sur no tienen un conserje contratado, ya que se espera que los propios alumnos tomen la iniciativa en tareas como barrer, limpiar, sacar la basura e incluso limpiar los baños

Una “sociedad colmena”

Todos, de forma grupal, se dividen y van haciendo estas y otras tareas en las que van rotando o turnándose a lo largo del curso. Esto nos enseña varias lecciones sobre cómo Corea del Sur tiene al orden y el civismo como uno de sus axiomas en su cultura. Es así como en las aulas el concepto de "sociedad colmena" empieza a fraguar poco a poco. Los alumnos empiezan a respetar su entorno a modo grupal aprendiendo desde bien temprano a cuidarlo

Algunos pueden nacer con más a menos 'nunchi', pero para lograrlo muchos han de ser empujados a ello a través del propio sistema educativo, además de en sus propias familias. Como si se tratase de un auténtico sexto sentido, se aprende a tener paciencia y observar el entorno. Qué hacer, cómo actuar y cómo responder -sin tener que expresar ninguna palabra- se puede considerar como una de las claves del éxito y felicidad: necesitas tener “nunchi” en cuanto antes. 

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