Existen muchos puestos de trabajo de lo más curiosos y sorprendentes que nunca habríamos pensado de niños. Desde personas que se encargan de jugar con las mascotas de una oficina hasta el servicio de limpieza y mantenimiento del Buckingham Palace, que recientemente publicaba una oferta con un sueldo de 26.700 euros al año que generó gran polémica.
Uno de los más sorprendentes es el que ocupa Jason Prather, un joven estadounidense de 32 años que viaja por todo el mundo junto a una empresa de pintura para recuperar el color de las montañas rusas de los distintos parques de atracciones. El riesgo de su trabajo y las largas jornadas hacen que tenga un sueldo alto.
Según el trabajador, una de las ventajas de su puesto es que puede ver todo desde las alturas. "Puedes ver cosas únicas. Los clientes de los parques suelen sorprenderse y te toman fotos. Es bastante satisfactorio saber que les alegras el día con tu trabajo", explica en CNBC Make It.
Hasta 20 euros por hora
Baynum Paiting, la empresa en la que trabaja Prather, recorre los distintos parques de atracciones pintando y restaurando las atracciones, desde las clásicas montañas rusas hasta toboganes de agua de parques acuáticos o pequeños espacios de juego.
Actualmente, el trabajador gana hasta 61.722 euros al año por este puesto, lo que supone unos 20 euros por hora. Pero además, cabe destacar que obtiene extras por desplazamientos. Su sueldo incluye un 15% adicional cuando necesita viajar fuera de Kentucky o debe realizar horas extra por las necesidades del proyecto. Lleva más de dos años siendo pintor de montañas rusas y espera que próximamente su salario aumente hasta los 66.000 euros.
Antes de lanzarse a este mundo de la pintura, trabajó durante ocho años en una planta de tratamiento de aguas residuales. Aunque gana mucho más que ahora, hasta 80.000 euros al año, quería un cambio de aires y encontrar algo que le hiciera realmente feliz. Su mayor objetivo era viajar y ver el mundo, por lo que cuando le surgió la oportunidad con Baynum Painting no pudo decir que no.
Según explica, Prather tardó aproximadamente seis meses en adaptarse a este empleo y tuvo que pasar numerosas pruebas de seguridad, ya que para pintar las montañas rusas y otras atracciones, se encuentran continuamente suspendidos en el aire. "Uno de los momentos más difíciles de mi trabajo fue en el muelle de Santa Cruz (California), donde tuve que escalar por la montaña rusa para poder completar el trabajo". Aunque comenzó en la escala más baja, como pintor, hoy en día Jason Prather ocupa el puesto de capataz de proyectos, por lo que dirige a otros empleados en cada uno de los trabajos.
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