Un Picasso en multipropiedad por 900 euros: el blockchain en el mundo del arte

  • El mercado se democratiza con esta tecnología que permite a los amantes del arte comprar acciones en cualquier tipo de obras.
Esta obra de Warhol fue la primera en subastarse con blockchain
Esta obra de Warhol fue la primera en subastarse con blockchain
Maecenas

La compraventa de obras de arte está de moda: movió en 2018 más de 51.000 millones de euros y se espera que continúe creciendo en los próximos años. Coleccionistas con alto poder adquisitivo son los principales compradores en este mercado internacional; sin embargo, esta situación está cambiando gracias a la tecnología blockchain. Tanto es así que ya es posible, por ejemplo, comprar en multipropiedad un Picasso o un Rembrandt por solo 1.000 dólares (casi 900 euros), un precio significativamente menor a los millones que costaría una sola pintura.

El blockchain está 'democratizando' este mercado, permitiendo la entrada de pequeños inversores en obras de arte de todo tipo. Esta tecnología está detrás de las conocidas monedas virtuales Bitcoin o Ethereum y ahora permite comprar una parte de una obra de arte como si de acciones de bolsa se tratase.

Una de las empresas pioneras en introducir esta combinación de blockchain y arte en las subastas es la plataforma Maecenas. Jessie Chew, responsable de esta plataforma, explica que con esta nueva práctica las obras "se dividen en tokens de activos que representan una propiedad parcial que puede intercambiarse". Un token es una unidad de valor que una organización crea para dar un derecho a sus usuarios. Es decir, cada token funciona como las acciones de bolsa, "de modo que el porcentaje de propiedad puede cambiar, al igual que los accionistas de una empresa que cotiza en bolsa". El peligro es que puede ser un mercado tan volátil y con tanto riesgo como el bursátil.

Maecenas hizo historia tras subastar la primera obra de arte a través de blockchain. En 2018 se unió a Dadiani Syndicate, la primera galería de arte en el Reino Unido en aceptar pagos con criptomonedas, para subastar la obra 14 Small Electric Chairs (1980) de Andy Warhol. En concreto, se subastó el 31,5% de la pieza y recaudó 1,7 millones de dólares. Los inversores fueron finalmente 100, elegidos de entre más de 800 provenientes principalmente de Asia y Europa. 

La subasta de la obra, parte de la serie de Reversal de Warhol en 1980, un trabajo posmoderno de su icónica serie de la década de los sesenta Death and Disaster, comenzó en julio de 2018 y se cerró después de cuatro semanas, 15 días antes de lo programado. El precio final de la pieza se determinó mediante un 'smart contract' (un contrato inteligente pensado para aumentar la seguridad en las transacciones) ejecutado en Ethereum, que es "aclamado como el mecanismo de precios más justo y transparente hasta la fecha en la cadena de bloques", según destaca Chew. La obra de arte está certificada por el Andy Warhol Art Authentication Board en Nueva York.

Más allá de conseguir una obra de arte a través de criptomonedas, el blockchain también resulta útil por la transparencia y objetividad que proporciona. De hecho, uno de sus usos más extendidos es para evitar las falsificaciones, uno de los mayores problemas a los que se enfrenta esta industria. La cadena en bloque permite crear un registro y supervisar cada transacción, lo que dificulta la falsificación.

Blockchain en el arte español

Pese a que el mercado del arte en España continúa creciendo, en 2016 las ventas apenas llegaba a los 400 millones, según un estudio de la Fundación La Caixa, y representa un 1% en el mercado global. Este bajo protagonismo del sector también se refleja en sus avances. El arte español todavía tiene pendientes los retos del blockchain, aunque algunas startups comienzan a ver en esta tecnología una nueva forma de negocio

Es el caso de Saisho, una empresa española que se creó para aprovechar oportunidades que ofrece el blockchain en el arte. De hecho, para su propia financiación tantearon lanzar una ICO, una oferta inicial de moneda con la que se consigue financiación en criptomonedas. Aunque finalmente no lo realizaron, tienen pensado implantar el blockchain a mediados de 2020 en torno a tres ejes: pertenencia del artista y derechos de autor, visibilidad de obra y mecenazgo.

Hasta entonces operan con la divisibilidad de las obras cuyo precio varía como si se tratase acciones del mercado cotizado. Javier Iturralde, director de Arte y Comunicación de Saisho, explica que "cada vez que compras una obra de arte su precio sube un 5% y disminuye un 1% según deje de vender cada mes". Esta metodología permite difusión a artistas menos conocidos, "artistas con proyección que no pueden vender en otros canales". 

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