¿Por qué las parejas deberían priorizar la vida laboral de la mujer a la del hombre?

¡Flechazos en la oficina! Por qué cada vez nacen más parejas en el trabajo
¡Flechazos en la oficina! Por qué cada vez nacen más parejas en el trabajo

¿Es posible repartir al 50% las responsabilidades familiares dentro de una pareja en la que ambos quieren seguir creciendo profesionalmente? Según Andrew Moravcsik y Anne-Marie, profesores en la Universidad de Princeton y casados en la vida privada, no es tan fácil. En su relación, al principio lograron alcanzaron ese equilibrio, pero cuando sus hijos llegaron a la adolescencia vinieron las complicaciones y, con ellas, la decisión: ¿quién asumiría en liderazgo parental?  Moravcsik lo tuvo claro, las reponsabibilidades de Anne-Marie no podían posponerse, así que fue él quién bajó el ritmo de su carrera. En 2019, el desenlace de esta historia sigue siendo excepcional y así lo reflejan las estadísticas.

La historia de Andrew Moravcsik comienza en las aulas: él y Anne-Marie fueron juntos a la universidad, cuando las graduadas empezaban a superar en número, y muchas veces en resultados, a los graduados. Esto influyó en su actitud hacia su esposa: "Nunca dudé de que sus perspectivas profesionales fueran al menos iguales a las mías".  

El cuidado de los hijos sigue recayendo en ellas

Aunque el porcentaje de los hombres dispuestos a quedarse en casa para cuidar de los hijos es cada vez mayor, las cifras demuestran que esta responsabilidad sigue pesando sobre las mujeres con una diferencia abismal. Según un estudio del Pew Research Center, el porcentaje de padres que se quedan en los hogares estadounidenses específicamente para cuidar de la familia fue solo del 24% en 2016. Eso sí, un porcentaje que supera el pírrico 4% de 1989. La tendencia en las madres es la contraria: el 78% de ellas permanecieron en casa durante 2016, frente al 86% que lo hacían en 1989. El ritmo al que suben unos porcentajes frente a la velocidad a la que los otros descienden no es equiparable.

A pesar de que durante los últimos años el movimiento feminista ha alcanzado una consolidación casi mundial, en la que las españolas han jugado un papel determinante, en 2018 más del 95% de las mujeres que desarrollaron empleos a tiempo parcial, lo hicieron debido al cuidado de niños, mayores u otros familiares dependientes, siendo este el primer motivo por el que no optaron a un trabajo a tiempo completo, según las últimas conclusiones del Instituto de la Mujer. En el caso de los varones, esta causa ocupó la quinta posición y se tradujo en un 16,4%.

La ruptura de los estereotipos 

Los estudios del Pew Research Center también indican que el 42% de los estadounidenses siguen viendo la familia 'ideal' como aquella en la que el padre trabaja a tiempo completo y la madre lo hace a tiempo parcial. Es más, alrededor de la mitad de los encuestados consideran que los mejor es que ella no trabaje en absoluto fuera del entorno doméstico, mientras que solo el 8% piensa que debe ser el padre quien se quede en casa. Esta predisposición social a que las exigencias domésticas sean un cometido sustancialmente femenino, no solo afecta a la mujer: aquellos hombres que se plantean liderar tal empresa también pueden ser estigmatizados. 

Muchos padres siguen padeciendo que desde su entorno se cuestione su 'masculinidad' desde el momento en que deciden tomar las riendas del hogar, ya que aún se mantiene esa correlación entre la esencia del 'macho alfa' y el sustento económico de la unidad familiar. Alrededor de dos tercios de los estadounidenses que respondieron a la encuesta del Pew consideran que un hombre casado debe poder sostener financieramente a su familia. Solo un tercio espera lo mismo de una mujer.

La propia Anne-Marie explica en su libro 'Unfinished Business' que en los encuentros de mujeres directivas a los que ha asistido, como la cumbre anual de la revista 'Fortune', se sigue debatiendo el hecho de que una ejecutiva de alta responsabilidad a la que se le exige viajar, conocer en profundidad las necesidades de cada cliente, aceptar las posibilidades de promoción interna e incluso estar abierta a mudarse a una nueva ubicación cuando se le proponga, necesite algo con lo que tradicionalmente han contado los directores ejecutivos masculinos: un cónyuge que soporte la mayor parte de la carga en el hogar. En estas circunstancias, hablar de 'ayudar' en casa no es suficiente, se requiere que el hombre tome la iniciativa.

La conciliación laboral: un camino por recorrer

Pese a la predisposición de las parejas hacia una relación con responsabilidades compartidas, las dificultades de la conciliación siguen afectando más a las mujeres que, según apunta el Instituto Nacional de Estadística (INE), acaban retrasando su maternidad una media de 5,2 años respecto a la edad en la que habían previsto tener su primer hijo. Esta situación afecta directamente a unos índices de natalidad que están llegando a mínimos históricos y a los que también está perjudicando la brecha salarial. Aunque algunas voces sigan sosteniendo que este fenómeno no existe, el  salario medio bruto de las mujeres se subió un 2,4% en 2017 respecto al año anterior, más que el 1,8% que se elevó el de los hombres. Por contra, se sigue registrando una desigualdad salarial del 21,9%, en un país donde el salario medio bruto  de las mujeres fue de 20.607,85  euros en 2017 frente a los 26.391,84 euros de los hombres.

España parece encaminarse a la equidad real con medidas como el Decreto ley aprobado el pasado abril, por el que se amplió el permiso de paternidad a las ocho semanas. Incluso cuando se dan estas políticas favorables para acercar a los hombres al cuidado de los hijos, muchos hombres deben afrontar obstáculos sociales, culturales y psicológicos que no son tan fáciles de salvar.

Estas barreras, fomentadas en parte por una publicidad que a menudo tira de estereotipos, se fortalecen a medida que los hijos crecen, según afirma en su relato Moravcsik: "Un padre de 20 o 30 años que se toma un tiempo libre para cuidar a un bebé es adorable, pero un padre de 40 o 50 años que limita su horario de trabajo o su ambición profesional por atender a un adolescente levanta sospechas". Si además tenemos en cuenta que el último informe del Foro Económico Mundial sostiene que las mujeres tardarán 202 años en alcanzar la igualdad real en todo el mundo, la estigmatización ante los nuevos roles masculinos se traduce en más palos en las ruedas del carro del feminismo.

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