Por qué los empleados no comparten sus conocimientos con sus compañeros

  • Un estudio concluye que la mayoría de los trabajadores no comparte lo que aprende simple y llanamente por el modo en que están diseñados los trabajos.
6. Crecimiento profesional (7,81 puntos)
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Freepik / javi_indy

¿Alguna vez te has topado con un compañero de trabajo que no comparte nada de lo que hace o nada de lo que sabe y no sabes muy bien por qué? Tranquilo, es normal: una reciente investigación ha descubierto que la mayoría de los trabajadores no comparte lo que aprende simple y llanamente por el modo en que están diseñados los trabajos, en los que se priman los resultados, se fomenta la competitividad y se alimenta el miedo perder tu puesto de empleo, lo que provoca que los trabajadores no compartan sus conocimientos como mecanismo de defensa para preservar su empleo.

Algo que contrasta con lo que las empresas quieren: que los empleados compartan lo que saben. El estudio, publicado en el Journal of Organizational Behaviour, apunta que compartir conocimiento lleva a una mayor creatividad, más innovación y un mejor rendimiento para empleados, equipos y organizaciones. Sin embargo, a pesar de los intentos de las empresas por fomentar el intercambio de conocimientos, muchos empleados se guardan para sí lo que saben. Puede que se hagan los tontos, fingir que no saben algo, prometer compartir algo pero nunca hacerlo o decirle a los demás que no pueden compartir su conocimiento, cuando en realidad podrían hacerlo.

¿Pero qué conduce a este comportamiento egoísta? Según la investigación, es la forma en que se diseñan los trabajos la que puede afectar al modo en que los empleados comparten u ocultan el conocimiento a sus compañeros. En concreto, los trabajos más complejos desde el punto de vista cognitivo, en los que los empleados necesitan procesar grandes cantidades de información y resolver problemas difíciles, tienden a promover un mayor intercambio de conocimientos entre compañeros, al igual que ocurre con los trabajos que ofrecen mayor autonomía. En ambos casos, suele darse a raíz de jefes capaces de fomentar ese intercambio.

"En dos estudios, recopilamos datos de 394 trabajadores 'intelectuales' en varias organizaciones en Australia y de 195 trabajadores 'intelectuales' en una editorial en China. Encuestamos a los participantes sobre la exigencia cognitiva de su trabajo, la autonomía que tenían y el grado de confianza de sus colegas al hacer su trabajo. También preguntamos acerca de su motivación para compartir conocimientos con los demás. Unos meses después, les pedimos que informaran sobre la frecuencia con la que compartían el conocimiento con sus colegas y lo útiles que pensaban que había sido ese conocimiento. También les preguntamos con qué frecuencia retuvieron el conocimiento de sus colegas", relatan los autores de la investigación en este artículo de 'Harvard Business Review'.

En este sentido, la investigación arrojó tres hallazgos clave: primero, que las personas comparten y ocultan el conocimiento por diferentes motivos. En segundo lugar, que están más motivados para compartir sus conocimientos cuando trabajan en un lugar "cognitivamente exigente" o en el que tienen mucha autonomía. En tercer lugar, es más probable que oculten el conocimiento si creen que los colegas confían demasiado en ellos.

Pero, ¿qué motiva a las personas a compartir u ocultar conocimiento? "Cuando analizamos los datos sobre qué motiva a los empleados a compartir u ocultar el conocimiento, categorizamos sus respuestas como 'motivación autónoma' (que significa hacer algo porque es significativo o agradable) o 'motivación controlada' (que significa hacer algo para obtener un beneficio, una recompensa o evitar un castigo)", explican los autores.

Como conclusión general, presionar a las personas para que compartan sus conocimientos, en lugar de hacerles ver el valor que aporta esta actitud, no funciona muy bien. Si los trabajadores no comprenden la importancia de compartir el conocimiento para alcanzar los objetivos del equipo o de la compañía, será menos probable que compartan ese conocimiento. Y, si los trabajadores son presionados a compartir lo que saben, podría ser contraproducente. Si temen perder una ventaja competitiva, pueden ser incluso más reacios a revelar información.

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