Qué debes hacer cuando descubres que has cometido un error en el trabajo

  • El primer paso que se debe dar es hablar con las personas que se vean afectadas por la decisión. 
Admite la cagada antes de que sea demasiado tarde. / Pixabay
Admite la cagada antes de que sea demasiado tarde. / Pixabay

Nos creemos invencibles. No cometemos errores. Al menos esa es la percepción que queremos tener de nosotros mismos. Desechar la idea de equivocarse nos da la seguridad suficiente para vivir felices. Nos gusta creer que sabemos exactamente lo que está sucediendo, el por qué y qué hacer en cada momento. Sobre todo en el territorio laboral. Pero un pico resalta en este desorden de ficción mental. Se trata de un error que has cometido.

Hay que empezar a admitir cada uno de los errores que podamos cometer. Para trabajar en orden y en continua evolución, hay que empujarse desde los errores más nimios. Dependiendo del departamento y del cargo, hay errores que se repiten como ya vimos en un artículo y estos pueden involucrar a compañeros además de mellar tu autoridad y tu psique. Cuando esto ocurre hay que enfrentar cara a cara a este error.

Un proceso duro

Enfrentarse a un error es un proceso muy duro. Los investigadores Caroline Bartel, codirectora del Centro de Excelencia en Liderazgo de la Escuela de Negocios McCombs, y Jane Dutton, cofundadora del Centro de Organizaciones Positivas de la Escuela de Negocios de Ross, explican en 'Harvard Business Review' que, “en nuestras palabras y hechos, estamos expresando constantemente cómo nos vemos a nosotros mismos y cómo queremos que otros nos vean. Esto se denomina ‘reclamo de identidad’. Y cuando nos equivocamos, experimentamos el dolor de darnos cuenta de que la identidad que pudimos haber reclamado para nosotros mismos, ha sufrido un duro golpe”.

Deborah Grayson Riegel, directora de The Boda Group, una firma de liderazgo y desarrollo de equipos, aconseja en el mismo artículo de 'Harvard Business Review' que “antes de que te vean como alguien equivocado, arrogante o distante; debes adelantarte a la situación. Querrás hablar con quienquiera que haya sido afectado con tu decisión, incluido tu jefe, tu equipo, colegas, clientes, etc.”. Pero para llevar a cabo esta tarea, debes de tener en cuenta estas tres cosas.

1. Asume la responsabilidad

No digas que "se cometieron errores" o "no resultó como había pensado" o cualquier otra versión que desvíe o minimice tu contribución personal. “Ofrece una breve explicación, pero no pongas excusas. Reconoce que tu error tuvo un impacto negativo en los demás y debes estar dispuesto a escuchar, sin actitud defensiva, el relato de los demás”, aconseja Riegel. No interrumpas nunca. Escucha atentamente y pide disculpas.

2. Piensa en lo que necesitas hacer

Asumir la responsabilidad es muy complicado como ya hemos dicho antes. Pero es fundamental para la comunicación de una crisis, incluso si tu error no constituye una crisis importante.

“Diles a los demás lo que estás haciendo en este momento para remediar el error y distingue entre las partes que se pueden arreglar y las que no. Incluye lo que estás haciendo para abordar el impacto sustantivo (dinero, tiempo, procesos, etc.) y el impacto relacional (sentimientos, reputación, confianza, etc.) de haberse equivocado”, dice Riegel.

Comunica a tus compañeros lo que has hecho mal. / Pexels
Comunica a tus compañeros lo que has hecho mal. / Pexels

Y sobre todo, debes estar abierto a los comentarios que puedan surgir sobre lo que estás haciendo. No debe importarte. Tu verdadera misión ahora es enmendar el error. Así que no te importe demasiado sobre-informar al equipo de los nuevos pasos que estás tomando y soporta estoicamente los comentarios sobre tus nuevas acciones.

3. Informa sobre cómo has aprendido del error

Debes informar de cómo hay que hacerlo para que este error no vuelva a suceder. “Estar equivocado sin la autorreflexión es irresponsable, aunque odies la autorreflexión. Tómate un tiempo para pensar cuál fue tu contribución a esta situación e identifica cómo otros contribuyeron también”, dice Riegel.

Nunca uses palabras de connotación tan negativa como ‘culpa’, ya que suelen someter a tensión a tus interlocutores. Y esto, en esos momentos, es lo último que quieres. Luego, cuéntales a los afectados sobre tu error, de lo que has aprendido sobre ti mismo y lo que vas a hacer diferente en una situación similar en el futuro.

“Por ejemplo, es posible que reconozcas que tiendes a descartar la información de alguien con quien no te ves cara a cara y que en el futuro la vas a involucrar más activamente y considerarás su perspectiva. Pide ayuda donde la necesites”, aconseja Riegel. Y, muy importante para mantener esta actitud positiva, pídele a otros que le hagan feedbacks frecuentes sobre todos los nuevos compromisos que estás asumiendo.

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