Cuidado con la estafa del CEO: qué es y por qué puede costarte mucho dinero

Las nuevas tecnologías han traído consigo innumerables métodos y sistemas para que los estafadores sigan haciéndose con nuestros datos personales y, lo que es peor, con nuestro dinero. Desde el phishing y los emails fraudulentos hasta el robo de datos de las tarjetas de crédito, durante este último año los delitos de este tipo han ganado protagonismo. 

Destaca, en especial, la conocida estafa del CEO que además de afectarnos en nuestra vida privada lo hace también en el trabajo. ¿En qué consiste? Pues el  propio Banco de España explica que este fraude se pone en contacto con un cargo medio de una empresa para poder acceder a los datos internos y acabar suplantando la identidad de un directivo, por ejemplo. 

¿Cómo actúan o cómo llegan a entrar en los sistemas de la empresa? Utilizan varios sistemas, como el phishing (envío de correos a empleados para robar información sensible), el spear phishing (es un paso más porque se disponed e información personal de, por ejemplo, redes sociales) el whaling (dirigido a los 'peces gordos' de la organización) y la ingeniería social (recrean situaciones en las que, por ejemplo, nuestro jefe nos pide directamente algo por email). 

Cómo luchar contra esta estafa

Este fraude nos puede costar mucho dinero ya que no solo estamos hablando de nuestras cuentas personales o nuestros datos, sino que además pueden acabar requiriéndonos transferencias desde las cuentas de la empresa y provocar pérdidas de cientos de miles de euros.

Cómo empleados, los consejos que nos da el Banco de España para limitar las posibilidades de ser víctima de este fraude son de precaución. Revisar las direcciones de correo que nos escriben, tener cuidado con los archivos adjuntos, confirmar la identidad del remitente y, si nos cambian la cuenta de un banco de un proveedor, confirmarlo también. Si se sospecha de algún correo, habrá que informar al departamento informático de la empresa. 

La mejor manera de protegernos como empresa será invertir en sistemas de seguridad informática, como emplear la banca electrónica, establecer protocolos internos para los pagos, tener un buen antivirus pero, igualmente, formar a los empleados para que sepan identificar este tipo de fraudes.