La razón por la que las personas más incompetentes siguen teniendo éxito

  • Un estudio relaciona la pertenencia a una clase social alta con un aumento de las posibilidades de ser percibido como un trabajador competente.
Steve Carell como Michael Scott en The Office
Steve Carell como Michael Scott en The Office
The Office / NBC

En la serie de culto 'The Office', el genial Steve Carell interpreta a Michael Scott, un jefe superficial, insensible e ignorante que no es consciente de las normas sociales básicas. Tiende a sobreestimar su propia importancia a ojos de sus compañeros de trabajo y no puede entender por qué los demás no comparten su entusiasmo. Empleado leal, ha crecido en la empresa gracias a su dedicación y trabajo en una larga carrera, pero no deja de ser un ejemplo paródico de un jefe incompetente que ha logrado el éxito sin que nadie sepa muy bien cómo. Y esa es precisamente una de las preguntas que trata de contestar un reciente estudio publicado en 'The Journal of Personality and Social Psychology': ¿por qué las personas más incompetentes siguen teniendo éxito?

Los investigadores sugieren que una de las razones es lo que ellos denominan "exceso de confianza": en varios experimentos, descubrieron que las personas que provenían de una clase social más alta tenían más probabilidades de dar una sensación más "inflada" de sus aptitudes, incluso cuando las pruebas a las que fueron sometidos demostraban que se encontraban en la media. Su conclusión fue que este exceso de confianza no merecido era interpretado por personas que no les conocían como un síntoma de competencia. Un ejemplo claro del concepto de persona que logra el éxito por provenir 'de cuna'.

En este sentido, estos hallazgos destacan una manera alternativa en la que la riqueza familiar y la educación proporcionada por los padres -dos de los diversos factores utilizados para evaluar la clase social en el estudio- también afectan a la percepción de una persona por parte de los demás. Pero estudiar las clases sociales es complicado, empezando por la cuestión de las definiciones. "La mayoría de las personas dirían que son de clase media", explica Peter Belmi, profesor de la Escuela de Negocios Darden de la Universidad de Virginia y autor principal del estudio, en este artículo de 'The New York Times'.

No existe consenso e incluso los investigadores especializados en el estudio de las clases sociales debaten constantemente para ponerse de acuerdo sobre el peso específico de los ingresos, la riqueza familiar, el prestigio profesional y otros factores en la definición de los estratos sociales. En este sentido, algunas investigaciones previas señalan que la mayoría de las personas son capaces de medir correctamente el nivel de ingresos familiares de un extraño al que acaban de conocer y el nivel de educación de su madre en 60 segundos.

En el último estudio (un macroestudio que cruza cuatro situaciones experimentales), la clase ha sido definida de múltiples maneras: el primer experimento involucró a unos 150.000 propietarios de pequeñas empresas en México que habían solicitado un préstamo. Además de proporcionar sus ingresos y nivel de educación, se les pidió que seleccionaran un peldaño en una escalera, representando su lugar en relación con otras personas del país. Las conclusiones de los investigadores fueron que las personas de clase superior generalmente se desempeñaban mejor que otras, pero no en la medida en que presuponían que lo hacían.

En el segundo estudio, en el que participaron 230 estudiantes de la Universidad de Virginia, la clase social se midió por la evaluación de los estudiantes de cómo se veían en relación con otros en Estados Unidos, el ingreso de sus padres y el nivel educativo de sus padres. Los investigadores encontraron que los estudiantes de las clases sociales más altas no superaron a sus compañeros en un ejercicio de 'trivial'. Pero, una vez más, la mayoría estaban seguros de que eran superiores. Aún peor: los demás también percibían que esas personas eran superiores. Unos resultados que se repitieron en los otros dos estudios.

La explicación de los investigadores es que el exceso de confianza puede inducir equívocamente a pensar que una persona es competente. Pero, entonces, ¿cómo pueden evitar los empleadores, los votantes y los clientes sobrevalorar la clase social y ser engañados por gente rica incompetente? La respuesta es simple: con transparencia. El estudio concluye que si se le muestra a la gente datos reales sobre una persona, el estatus elevado que proviene de ese exceso de confianza exhibido, a menudo se desvanece.

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