La mitad de las competencias, obsoletas

Salario Mínimo Escolar: cómo potenciar las 'skills' digitales en las rentas bajas

El último informe de la Fundación Ergon sobre el mercado laboral del futuro propone un decálogo de medidas urgentes en empresas e instituciones.

Informático
Salario Mínimo Escolar: cómo potenciar las 'skills' digitales en las rentas bajas.
Pixabay

Esta semana, el Foro Mundial advertía de que en los próximos cinco años el 40% de las competencias más demandadas tendrán que ser readaptadas para encontrar un empleo; una obsolescencia programada que exige una profunda transformación del mercado laboral y del modelo formativo actual. Sin duda, la crisis del coronavirus ha acelerado ese cambio de paradigma: más teletrabajo y mucho más peso del conocimiento en áreas como la ciencia o la ingeniería informática, como señala Bill Gates. Pero, al mismo tiempo, la pandemia vaticina una mayor desigualdad en los próximos años. ¿Cómo minimizar este 'gap' cuando hablamos de formación en nuevas 'skills'? La última propuesta es un Salario Mínimo Escolar.

Aunque suene similar al Ingreso Mínimo Vital, se trata de un concepto que trata de modernizar el sistema de becas actual y adaptarlo no al currículo escolar en general, sino al aprendizaje de nuevas competencias digitales, al tiempo que trata de reducir el impacto de la desigualdad en la renta, tal y como recoge el Informe Innova presentado por la Fundación Ergon el pasado jueves. Un análisis que es fruto y resultado de la participación abierta de más de 100 profesionales vinculados a la gestión del empleo en todos los ámbitos y sectores.

Básicamente, el Salario Mínimo Escolar se diferencia de una beca en que toma en cuenta dos aspectos (capacidad y motivación del alumno y nivel de renta) de una forma más amplia, dando más libertad. "Creemos que la desigualdad se genera ya (como además ha aflorado con lo ocurrido en la pandemia) en el propio sistema educativo y pensamos que es necesario arbitrar desde ese momento políticas que la reduzcan al mismo tiempo que esta iniciativa puede ser clave para el desarrollo del talento del que todos hablamos y que tanto necesitamos", explican desde Ergon.

Ayudas incluso en másteres no reglados

"El salario escolar pretende, como el ingreso mínimo vital, fomentar la autonomía individual", destaca Jorge Cagigas, uno de los participantes en el foro de ideas. Por su parte, Pau Hortal, vicepresidente de Ergon, señala que "el marco laboral [actual] probablemente potencia la desigualdad"; un contexto en el que "no existe preocupación por potenciar el desarrollo de las personas". En este sentido, establecer un Salario Mínimo Escolar serviría para minimizar el impacto de la renta de un individuo en su formación, especialmente cuando hablamos de competencias: no se trata tanto de ampliar las becas académicas en una carrera universitaria, sino de incluir la situación socioeconómica como factor de vulnerabilidad a la hora de aprender 'skills' digitales, incluso en másteres no reglados.

Por eso, aunque el informe de Ergon no especifica cuantías concretas por el momento, sí expone el eje vertebrador de hipotéticas medidas en este sentido: "Hemos de ser conscientes de que en los últimos 30 años las formas de aprendizaje se han modificado radicalmente mientras que las dinámicas de los procesos formativos han cambiado muy poco. En el pasado se suponía que nuestras vidas iban a ser cada vez mejores, más estables y previsibles si dábamos lo mejor de nosotros y seguíamos las reglas del juego. En ese momento no había un 'gap' entre conocimientos/formación y necesidades del mercado de trabajo. El paradigma del desarrollo profesional en el pasado seguía el siguiente esquema: si disponías de alguna competencia, trabajabas duro y tenías algo de suerte alguien iba a ofrecerte un nivel de seguridad razonable y la posibilidad de progresar profesionalmente. Hoy esta certeza no existe".

El informe concluye que "los jóvenes de hoy se enfrentan a una situación diametralmente diferente. El empleo 'para toda la vida' ya no existe. Su desarrollo estará basado en una historia de cambios en ámbitos y entornos diferentes. Y la pregunta que deberíamos de formularlos es la de ¿estamos dando a nuestros jóvenes las herramientas para enfrentarse a este nuevo escenario? De igual forma, ¿tenemos una estrategia de formación/aprendizaje continuo que favorezca la empleabilidad presente y/o futura de nuestros ciudadanos? Sabemos que hoy no tenemos buenos resultados. ¿No deberíamos aplicar el criterio de 'si quieres resultados nuevos, haz cosas diferentes'?".

Mostrar comentarios