6 errores comunes sobre la meditación que nos impiden valorar sus beneficios

  • Cuidar la salud mental es uno de los principales objetivos de toda empresa para que el rendimiento no se resienta. Y la meditación puede ser clave.
El yoga es también una forma de meditación / Pixabay
El yoga es también una forma de meditación / Pixabay

El estrés en el entorno laboral representa uno de los mayores problemas del trabajador contemporáneo, especialmente cuando se trata de puestos con una alta carga de producción o en los de rangos directivos. Por eso, cuidar la salud mental es uno de los principales objetivos de toda empresa para que el rendimiento no se termine resintiendo. Así, una de las técnicas más útiles, tanto para empleados como para altos cargos suele ser la meditación. Sin embargo, existe una gran confusión respecto a su práctica y sus beneficios, tal y como recuerda Dusana Dorjee, profesora de psicología de la Bangor University en un artículo de The Conversation. Ahí van los seis errores más comunes sobre la meditación.

1. Sólo hay un tipo de meditación

A menudo, quien piensa en la meditación la asocia indefectiblemente a sentarse en el suelo con las piernas entrecruzadas, cerrar los ojos, extender los brazos y juntar el dedo gordo y el índice de cada mano. Un reduccionismo que simplifica al extremo el arte de la meditación: el Qi Gong y el Tai Chi, por ejemplo, se centran en el movimiento meditativo y en la respiración, mientras que la meditación budista tibetana incluye visualizaciones y mantras. Pero no sólo esto; también existen técnicas de meditación para la vida cotidiana, como las que permiten alcanzar estados de conciencia alternativos a través de la simple sensación del agua resbalando por las manos mientras se friegan los platos. Un sinfín de posibilidades que, en la oficina, pueden incluir elementos triviales pero efectivos como un jardín zen.

2-Sólo se trata de quedarse quieto

Error. Si piensas que la meditación significa alcanzar el nirvana a través de la inacción es que no conoces la metáfora del río de la vida de Siddhartha: cada una de nuestras vidas es un remolino mientras la vida (el río) sigue su curso a nuestro alrededor; y cuando se alcanza esa comprensión existencial es cuando uno se da cuenta de que la vida es un cauce plagado de ramas, troncos y otros obstáculos condenada a fluir. En cierto modo, es indispensable permanecer inmutable para observar con plenitud lo que ocurre a nuestro alrededor (y en nuestro interior), pero también lo es adaptarse al flujo que nos rodea para comprenderlo mejor. El yoga, por ejemplo, es una de las mejores técnicas en este sentido.

3. Debes vaciar tu mente

Por otro lado, es recomendable evadirte de los problemas que te acechan en el día a día. Sin embargo, no se trata tanto de vaciar la mente como de observar los pensamientos y sentimientos propios (tu mundo interior) desde una perspectiva no reactiva; es decir, que la meditación no sirve para borrar tus problemas, sino para ayudarte a comprenderlos mejor y poder gestionarlos con más efectividad. Tratar de evadirte por completo de tu realidad puede ser hasta contraproducente. Vale más intentar abstraerte por un segundo del problema que te preocupa que tratar de eliminarlo de tu ser. Meditar sirve “para insensibilizarme por breves momentos contra el dolor y lo absurdo de la vida”, como diría Siddhartha.

4. La meditación tendrá efecto inmediato

Tampoco es cierto que la meditación sea una píldora mágica con efectos inmediatos. Se trata de un camino escogido libremente para llegar a alcanzar un estado de conciencia calmado y comprensivo con la vida. En el proceso, numerosos hábitos cotidianos embarrarán cada paso que demos e, incluso, pueden generarnos ansiedad o desorientación incluso después de varios meses de práctica. Es importante, en este sentido, contar con alguien que nos sirva de guía para andar el camino: si tu objetivo es evitar el estrés en el trabajo viendo vídeos sobre meditación en Youtube, probablemente acabes peor de lo que empezaste.

5. Conocemos bien todos sus beneficios

La meditación no es una ciencia con resultados medibles y observables. Tiene una base principalmente espiritual y ni siquiera se trata de un tratamiento homeopático, que promete curar el cáncer sin hacer absolutamente nada; está dirigida a la mente, al alma si se quiere, para alcanzar un estado de paz interior, no para modificar las leyes físicas que rigen la realidad.

Dicho esto, hay investigaciones que admiten que la meditación puede reducir la ansiedad y ser un vehículo potente para salir de la depresión, pero en cualquier caso no existe ningún estudio que la vincule con una reducción del estrés hormonal o el envejecimiento, como algunos reclaman.

6-Sólo sirve para reducir el dolor, el estrés o la ansiedad

Por último, aunque no sea milagrosa, la meditación no sólo sirve para reducir el dolor, el estrés o la ansiedad. Tal vez te inicies en ella para no llevarte a casa los problemas de la oficina, pero lo cierto es que, siguiendo el camino adecuado, la meditación es una técnica para conectar con estados del Yo que normalmente permanecen ocultos; es más, el objetivo último de la meditación es la dotación de un sentido para la vida. Por eso, quizás la paz inmediata que buscas se torne de pronto en una paz existencial a largo plazo, un beneficio más profundo que simplemente poder desconectar tras una jornada estresante y llegar, al cabo, a la máxima de Siddhartha: ser tu propio discípulo.

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