Si no sabes cómo hacer que tu hijo deje la 'tablet', desintoxícale con un 'coach'

  • Ya existen entrenadores personales para evitar que los niños crezcan en un ambiente exclusivamente digital.
Niño jugando con la tablet
Niño jugando con la tablet
Pixabay

La adicción a los dispositivos suele presentarse a edades cada vez más tempranas: la nomofobia (dependencia absoluta de los teléfonos móviles) ha pasado en apenas tres años de afectar al 24% de la población española hasta el 80%, mientras que la adicción a los videojuegos ya es considerado por la OMS una enfermedad mental desde el pasado mayo. Pero, ¿qué hacer cuando los más pequeños empiezan a engancharse a dispositivos como las 'tablets'? Hay varias teorías al respecto, pero las últimas tendencias apuntan a que si quieres que tu hijo deje de una vez la 'tablet', lo mejor que puedes hacer es contratar a un 'coach' para desintoxicarle.

Se trata de un problema que nos afecta especialmente a los adultos: a pesar de que la adicción a los teléfonos móviles ya es considerada como un trastorno -llamado nomofobia- se trata de una cuestión más cultural que médica. En este sentido, los nuevos tiempos de hiperconexión digital nos permiten -y, en parte, nos obligan- a estar disponibles las 24 horas del día. Para bien y para mal, ya que es muy común seguir conectado fuera del horario laboral. En un informe de Workmeter se concluye que un 65% de los empleados afirma recibir llamadas o e-mails de su empresa fuera del lugar de trabajo. Una cifra que se dispara hasta el 90% en el caso de los directivos. De ahí la importancia de prevenir en edades tempranas.

Quienes nacimos en los 80 crecimos con la televisión como único dispositivo al que teníamos acceso. Y, ciertamente, con restricciones: entre la escasa oferta de canales y la concentración a media tarde de los programas de dibujos animados, pasábamos una hora al día frente al televisor, a lo sumo. Y el resto del tiempo lo pasábamos jugando al fútbol, a las chapas o a cualquier actividad que pudiéramos imaginar. Por eso, buena parte de esa generación (de los 30 para arriba) vive preocupada hoy en día por la adicción de sus hijos a las nuevas tecnologías y, aunque les suponga más trabajo, prefieren interactuar con ellos a dejarles simplemente con la 'tablet'.

Pero no siempre se dispone de tiempo o de los recursos educativos necesarios para hacerlo. De hecho, muchas veces son los propios padres quienes dan un mal ejemplo a sus hijos al ser incapaces ellos mismos de desconectar digitalmente. En este sentido, la vertiginosa e hiperconectada sociedad actual puede jugarnos una mala pasada y hacer que no seamos capaces de recordar cómo era el mundo antes del 5G, los 'smartphones' y las 'tablets'. Y es en ese punto exactamente en el que germina el negocio de los 'coach', tal y como apunta este artículo de 'The New York Times'.

Un negocio en auge en EEUU

Al más puro estilo 'Hermano mayor', estos asesores entran en todos los contextos que puedan afectar al desarrollo 'analógico' de los niños: en su casa, en el colegio, en sus entrenamientos después de las clases... Todos los lugares en los que pueda surgir esa adicción. Sin embargo, la mayoría de los expertos coinciden en señalar que la dependencia suele nacer en el entorno familiar: por mucho que los adultos cuidemos el tiempo que pasamos delante de dispositivos y seamos plenamente conscientes de la necesidad de desconectar cada día, los niños suelen repetir todo lo que ven. Y el tiempo que pasamos frente al ordenador, la tablet o el smartphone cada día es infinitamente mayor que el que pasaban nuestros padres frente al televisor.

La demanda de un 'coach' que ayude a los padres a gestionar esta adicción también se ha multiplicado: en los últimos años, el volumen de 'coachs' parentales ha crecido tanto que incluso se ha creado el Parental Coaching Institute en EEUU, un organismo que certifica que un profesional está capacitado para asesorar los padres sobre el desarrollo de sus hijos, incluido el aspecto de la dependencia tecnológica. Actualmente, hay más de 500 titulados (fuera del sistema formativo reglado).

De hecho, este oficio, que nació hace poco más de una década, empieza a ser rentable: considerando que se trata de una actividad que no excluye realizar otras paralelamente, actualmente está realmente bien pagada, entre los 36.000 dólares al año y los 50.000. Los precios por sesión oscilan entre los 75 y los 130 dólares, un rango ligeramente más barato que el de un psicólogo clínico, pero también hay ofertas para terapias con un número determinado de sesiones. Por eso, empieza a ser una tendencia incluso en algunas empresas, que ya contratan los servicios de un 'coach' para padres primerizos con el que pretenden minimizar los efectos de la inevitable merma en su productividad.

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