Siete claves para despertar la capacidad de liderazgo personal y profesional

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Para Mónica García, coach de liderazgo personal y profesional, el potencial intrínseco con el que cuenta cada persona, que le permite lograr sus objetivos y le capacita para crear cambios sostenibles, es su 'factor humano'.

Hasta la fecha, este término sólo estaba vinculado con el mundo empresarial donde se define como aquellas cualidades que las personas ponen al servicio de la organización para la que trabajan con el objetivo de lograr metas empresariales globales.

Sin embargo, García va más allá y, dándole una nueva perspectiva a este término, lo aplica por al ámbito del bienestar y del desarrollo personal a través de una metodología propia.

"El 'factor humano' no es solo un término, es toda una metodología de trabajo propia que se basa en la confianza en el potencial de todo ser humano, en su poder interior bruto, para poder liderar su vida (personal y profesional)", afirma García, directora del centro que lleva el mismo nombre, El Factor Humano.

Esta pionera metodología ha surgido tras más de una década de estudio y trabajo con más de medio millar de personas. Mónica García utiliza técnicas como el coaching, herramientas de liderazgo (personal y profesional), la neurociencia o la psicología del comportamiento como base de su trabajo; siempre desde un enfoque integral y humanista.

El objetivo es que todo aquel que lo desee sea capaz de activar y dar autoridad al líder que lleva dentro para poder asumir con entusiasmo y de una forma satisfactoria cualquier proyecto u objetivo que se proponga, encontrar su voz y su lugar, independientemente del ámbito en el que se encuentre, familiar, personal, social, etc.

"El liderazgo es la cualidad innata de todo ser humano 'de ponerse al mando'; sin embargo, tendemos a dar el mando al entorno o a aquellas personas que consideramos mejores que nosotros, atrofiando de esta manera al líder que llevamos dentro e impidiendo explotar todo su potencial", afirma García, que señala las siete claves para despertar la capacidad de liderazgo personal y profesional.

1. Deshazte del prejuicio sobre la palabra líder y toma el mando

"El primer paso es aceptar que en tu vida mandas tu. ¿Quiere decir eso, que no piensas en nadie más? Rotundamente no. Es precisamente cuando te sientes al mando de tu vida que das y haces libremente, en vez de dar o hacer desde la obligación. Está comprobado que damos más cuando lo elegimos nosotros que cuando nos lo exigen. Esta libertad es además la esencia desde donde tu líder toma la responsabilidad de co-crear con el entorno lo que ocurre en tu vida", explica.

2. Conoce y desarrolla cual es tu PIB: potencial interior bruto

"Que no es más que la combinación de tus recursos internos o esencia, la conexión con tu yo no físico o tangible, un foco hacia donde dirigir la atención y la energía para pasar a la acción. Somos completos por naturaleza, pero no siempre lo recordamos o actuamos en consecuencia. Poniendo más atención en lo que haríamos si tuviéramos más de algo, que en utilizar lo que tenemos en el momento presente para experimentar la vida con mayor satisfacción y plenitud", apunta.

3. Conecta con tus ganas, ilusión o aspiración

"El ser humano necesita un motivo para ponerse en marcha y actuar. Tanto si es para dar lo mejor a mi hijo, como para dejar un mundo más mejor a las siguientes generaciones, como si es para sentir satisfacción con uno mismo, necesitamos saber cuales son nuestros motores o activadores de 'ganas', y por supuesto no perderlos de vista, si no queremos perder las ganas", comenta.

4. Elige tu contribución intencionadamente

"El resultado final de lo que ocurre en tu vida es la suma de dos factores, la situación o circunstancias externas y tu respuesta ante ella. Esta respuesta, si no estamos al mando, ocurrirá de forma automática o reactiva, llegando a conformar lo que denominamos nuestra forma de ser. Una forma de ser o actuar que puede ser modificada si pasamos de la reactividad a la respuesta intencionada. Cómo queremos responder es entonces la pregunta que debemos responder para nosotros mismos y como punto de partida para crear cualquier cambio", indica.

5. Pon tu emoción a tu servicio

"La emoción, aunque muy mal vista tradicionalmente hablando es la energía que nos permite crear o destruir. Cuando estamos ilusionados o motivados, la propia emoción nos mantiene en pie, creativos, incluso en colaboración. Sin embargo, cuando la apatía o la desgana están presentes, la cosa cambia mucho y la inacción seguida de la insatisfacción se puede llegar apoderar de nosotros. De ahí que hacernos con el mando de la energía emocional para evitar “destruir” y aprender a generar aquellas que son más útiles en cada momento sea una de las funciones principales del líder que llevamos dentro. Además, nuestras emociones nos servirán de brújula interna indicándonos cuando estamos alineados con nosotros mismos y cuando no", sostiene.

6. Pon tu mente a tu servicio

"En particular, llevando el foco a todo aquello que te apoye en el camino a ser tú y vivir la vida que deseas. Revisa y amplía si es necesario el marco desde donde operas. Es decir, las creencias y en particular, las historias que te cuentas de lo que es posible y lo que no, de la vida, del sociedad, de los demás. Ya que lo que ocurre en tu vida, y lo que no, está muy influenciado por estas historias", añade.

7. Vivir intencionadamente y al mando no es un destino

"Una vez que te das la autoridad para ponerte al mando de tu vida y activas el líder que hay en ti, es cuando comienza el trabajo de liderar. Saber conducir no es suficiente para desplazarte de un lugar a otro. Para desplazarte, tienes que conducir. Estar siempre al mando puede sonar agotador, y en ocasiones lo es, pero recuerda que estamos rodeados de ayuda y que siempre podemos parar a descansar. Convertirse en un líder benevolente, que no indulgente, será clave para que nuestro propio liderazgo sea sostenible y satisfactorio", concluye.

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