Siete claves para no sentir que nos están espiando todo el rato en internet

  • No hace falta volverse paranoico. Podemos proteger nuestra información personal sin renunciar a utilizar internet y las redes sociales.
Navega seguro / Pixabay
Navega seguro / Pixabay

Hubo un tiempo en que internet se asociaba con el anonimato; hoy es sinónimo de vigilancia. El caso de Cambridge Analytica ha reabierto el nunca cerrado debate sobre la privacidad en internet. Muchas personas han decidido que ha llegado la hora de cerrar para siempre sus cuentas de Facebook, creyendo que con eso basta para que las empresas no accedan a tu información personal. Pero lo cierto es que en el mismo momento en que nos conectamos a internet hay alguna organización que está recopilando datos sobre nuestros movimientos.

Aunque hay razones para volverse un poco paranoico, lo cierto es que, llegados a este punto, no vamos a tirar nuestro smartphone por el retrete para volver a vivir en desconexión absoluta. En primer lugar, podemos y debemos exigir un mayor escrutinio público sobre lo que hacen las compañías con nuestros datos (algo en lo que ayudará las nuevas normas europeas en materia de protección de datos); pero, además, podemos proteger nuestra información personal sin renunciar a utilizar internet y las redes sociales.

Recopilamos un listado de medidas que puedes tomar ya para proteger tu información personal y no sentir como el Gran Hermano te vigila cada vez que accedes a tu ordenador o tu móvil.

1. Recopila toda la información que Google tiene sobre ti

En estos días se ha hablado largo y tendido de la cantidad de información que Facebook tiene sobre nosotros, pero no tanto de la empresa que realmente tiene el mayor volumen de datos de la gente: Google. El gigante de internet tiene todos los datos históricos de lo que hemos buscado, por no hablar de nuestros correos o las citas que guardamos en su calendario.

Lo que no mucha gente sabe es que el propio Google cuenta con una herramienta, Takeout, que permite descargar todos los datos que la compañía atesora sobre tu perfil. En muy poco tiempo podrás bajarte una cantidad inmensa de información que te permitirá, al menos, saber qué tipo de detalles has compartido con esta empresa. Y, a partir de ahí, decidir si hay algo que quieras eliminar.

Alex Hern y Arwa Mahdawi recomiendan especialmente en The Guardian eliminar el historial de Google Maps, que contiene toda la información de nuestros movimientos, que es quizás la más sensible. Si quieres evitar que Google siga recopilando tus trayectos no tienes más que desactivar esta opción desde tu cuenta de Maps.

¿Es Google el gran hermano de internet? / Pixabay
¿Es Google el gran hermano de internet? / Pixabay

2. Revisa tus viejas cuentas

A lo tonto llevamos más de una década conectados a internet (aunque puede parecer mucho más tiempo) y todos tenemos antiguas cuentas de correo o redes sociales que dejamos de utilizar hace años, pero siguen activas. Quizás ni siquiera recuerdas las contraseñas de tus cuentas de Hotmail o Yahoo, pero siguen existiendo, y son un punto vulnerable de nuestra identidad virtual. No es necesario que elimines las cuentas, pero al menos trata de recuperar las cuentas y asegurarlas con una buena contraseña. Lo que nos lleva al siguiente punto…

3. Elige contraseñas decentes

Las contraseñas son el mecanismo último que te protege de cualquier estafador que quiera hacerse con tus datos personales. No es difícil elegir una contraseña segura, basta con elegir una combinación alfanumérica que puedas recordar y no esté asociada a ningún dato público asociado a tu persona (como el DNI o tu teléfono). Tampoco es bueno elegir una contraseña complejísima que no puedas recordar lo que te obliga a apuntarla en cualquier parte. ¿En cuántas oficinas tiene la gente la segurísima contraseña de su ordenador apuntada en un post-it pegado en la pantalla? De lo de poner contraseñas tipo “123456” o “password” ya ni hablamos.

4. Descubre si tu cuenta de correo ha sido expuesta en alguna ocasión

En internet se utiliza “pwned” para referirse a las cuentas que han sido afectadas por un fallo de seguridad. En el sitio haveibeenpwned.com puedes meter tu cuenta de correo y comprobar cuántas veces tu cuenta ha aparecido en alguna lista de compañías que han sido hackeadas.

No te asustes (del todo). Cuando vi que mi cuenta había sido “pwned” en cinco ocasiones -gracias a fallos en Dropbox, LastFm, Linkedin y otras dos listas de correos que al parecer circulan por internet- casi me da un infarto. Por suerte, eran todos casos de hace más de dos años, y he cambiado varias veces la contraseña desde entonces. En cualquier caso, está bien saber hasta qué punto nuestra información es vulnerable.

5. Ten cuidado con los dispositivos “inteligentes”

Primero fue nuestro móvil, luego nuestra televisión y hoy puede ser nuestra nevera. Por lo general, cuando un dispositivo lleva el apellido “inteligente” significa que se puede conectar a internet, y si se puede conectar a internet puede compartir datos personales con cualquiera. Ten especial cuidado con las cámaras que puedas instalar en casa. ¿Estás dispuesto a que una empresa pueda acceder a todo lo que haces en el interior de tu vivienda? Quizás no necesitas muchos de estos dispositivos, pero en caso contrario ten al menos cuidado con su configuración de privacidad y, de nuevo, con las contraseñas que vas a usar para configurarlos.

Fotografía Facebook lupa
El caso de Cambridge Analytica nos debe hacer reflexionar / EFE

6. No comprometas la información de otros

Cada uno es libre de hacer con sus datos personales lo que quiera, pero ten especial cuidado con la información que compartes de terceras personas en internet: si quieres colgar una foto en la que aparece otra persona pide permiso y ten cuidado con las típicas cadenas de correo en la que expones la cuenta de todos tus contactos. Ni que decir tiene que deberías ser también cuidadoso con la información que compartes de tus hijos: todo lo que cuelgues en internet se quedará allí para siempre.

7. Cuidado con los dispositivos y redes públicas

Parece una obviedad, pero es necesario recordar que hay que tener especial cuidado con nuestra información cuando nos conectamos a redes u ordenadores públicos. En la mayoría de las ocasiones los fallos de seguridad se cometen por errores flagrantes, pero muy habituales, como dejar el correo logueado en un ordenador público, al que puede acceder vete a saber quién después. Lo mismo ocurre con las redes de WiFi públicas: en la medida de lo posible evita hacer realizar operaciones sensibles en este tipo de conexiones.

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