Búsqueda de talentos

El curioso test de la cerveza que Steve Jobs realizaba a sus posibles empleados

La base de la prueba para contratar a un candidato está en sacar al entrevistado fuera de la zona de confort. ¿Te irías a tomar una cerveza con tu entrevistador? 

Entrevista de trabajo
Entrevista de trabajo
Pexels

Los procesos de contratación de personal han cambiado mucho. Han pasado de ser una entrevista seria y rápida a implicar pruebas de nivel, resolución de problemas y coloquios grupales. Es más, se cree que para conseguir contratar verdaderos talentos hay que salirse de la norma y romper la zona de confort del entrevistado. 

La conocida prueba de la cerveza, que algunos atribuyen a Steve Jobs, pero que solamente usaba como base para encontrar candidatos excepcionales, es uno de estos nuevos métodos. Básicamente, consiste en preguntarse si nos iríamos a tomar una cerveza con la persona que tenemos delante, en el sentido de si disfrutaríamos de su compañía y de su conversación fuera del ámbito laboral. 

El test de la cerveza, como ha pasado a llamarse en ámbitos laborales, consiste en sacar al entrevistado fuera de su zona de confort, ni más ni menos. Y es que cuando los candidatos se presentan a una entrevista de trabajo, están preparados, señala Tommy Mello, articulista de Inc., fundador de la empresa A1 Garage Door Service y creador de esta original prueba. 

"Han ensayado sus respuestas. Tienen una cierta personalidad. Es como si estuvieran en el escenario -describe Mello el proceso de una entrevista-. Así que me gusta sacarlos de su zona de confort y pasar algún tiempo con ellos fuera de la entrevista".

Sacar al candidato de la zona de confort

Tras haber realizado las preguntas pertinentes de una entrevista al uso, Mello recomienda preguntarse si, entonces, compartiríamos tiempo con esa persona. Si la respuesta es afirmativa, este empresario propone seguir con las preguntas fuera de la oficina, dando un paseo o incluso yendo a comer. 

En este momento, es cuando empieza a plantear otro tipo de cuestionario, abogando más por una conversación fluida que por el esquema pregunta-repuesta. La idea es romper con lo establecido y salir de las preguntas encasilladas, lanzando interrogantes más personales o fuera de la norma, con el objetivo de descubrir cómo reaccionaría esa persona ante ciertas situaciones o si se integraría con el equipo ya contratado. 

Gracias a este curioso proceso es posible conocer la verdadera personalidad del candidato que estamos entrevistando y así poder decidir si queremos incluirlo en nuestro grupo de trabajo. También permite, al mismo tiempo, descubrir talentos ocultos o fichajes estrella.

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