¿Tienes el síndrome prevacacional? Sí, existe y lo padece el 30% de los españoles

  • Ansiedad, insomnio, dolor de estómago, estrés y desgana son algunos de los síntomas de quienes 'enferman' antes de irse de vacaciones.
No hace falta gastarse mucho para viajar en verano
No hace falta gastarse mucho para viajar en verano
Pixabay

Uno de los males más temidos en verano es el síndrome postvacacional: la vuelta al trabajo no siempre es sencilla, especialmente cuando te encuentras bandejas de correo a rebosar, reuniones para organizar el nuevo curso, atascos… Aunque sigue haciendo el calor, el verano psicológico ya ha terminado y las vacaciones son un mero recuerdo. Pero hay otro mal casi aún peor: el síndrome prevacacional. Efectivamente, existe, y es probable que lo hayas padecido en algún momento de tu vida, ya que el 30% de los españoles lo sufre, según un estudio elaborado por Nascia.

Al contrario de lo que podría pensarse, no se trata de un síndrome que esconda ningún tipo de fobia a las vacaciones. De hecho, recientemente la ciencia ha demostrado que, independientemente de que quieras desconectar o seas un 'workaholic', irte más tiempo de vacaciones aumenta tus años de vida y tus horas de sueño. Muy al contrario, el síndrome prevacacional se basa en la necesidad imperiosa de irse de vacaciones y la imposibilidad de hacerlo ya mismo.

Los síntomas son bastante comunes: ansiedad, insomnio, dolor de estómago, estrés o desgana son algunos de ellos, y suelen presentarse en los días previos a marcharse de vacaciones. "El origen de este problema se localiza en la ansiedad ante el inminente período vacacional y es un trastorno reconocido por trabajadores de distintas ramas, pero con un denominador común, que son las jornadas de trabajo muy prolongadas", apuntan desde Nascia.

En este sentido, las jornadas intensivas típicas del verano y las excesivas cargas de trabajo suelen estar detrás de la mayoría de los casos de síndrome prevacacional. "Las tareas con elevados contenidos de responsabilidad, combinadas con extensas jornadas laborales, crean situaciones de estrés que se reflejan en el deseo por parte del trabajador de disfrutar sus vacaciones lo antes posible, generándole una ansiedad ante ese momento que en la mayoría de los casos debe ser tratado", añaden.

Cómo superar el síndrome prevacacional

Aunque te entren los siete males cada vez que piensas en tus vacaciones y te veas a ti mismo sentado frente al ordenador perfilando los últimos detalles antes de tu marcha, lo cierto es que el síndrome prevacacional, como otros similares, tiene solución. Para empezar, hay que tratar de impedir que tus vacaciones proyectadas interfieran en tu trabajo: estar todo el día pensando en la playa que visitarás o la exótica ciudad que recorrerás no ayuda a tu cerebro a concentrarse en tus tareas actuales, por lo que rindes menos y es precisamente esa sensación de descontrol en tu trabajo la que termina por agobiarte más aún.

Por eso, para desconectar del trabajo y disfrutar de un tiempo libre de calidad, hay algunas cosas que puedes hacer. Por ejemplo, que antes de irte de vacaciones informes a tus compañeros de la ubicación de archivos o datos importantes, establezcas la definición de "emergencia" y marques cuándo y para qué pueden contactar contigo, así como que informes de tu situación vacacional también a proveedores y clientes (los emails de Out of office son de gran ayuda).

También hay otras técnicas que también entran en tu vida personal, como la Niksen, que aboga por no hacer nada de nada cada vez que puedas: sentarse en una silla, tumbarse en un sofá o tomar el sol sobre el césped en cualquier parque con el que te cruces para relajarte son mejores opciones que estar permanentemente pensando en tus vacaciones. Entre sus efectos beneficiosos, sus defensores argumentan que reduce el estrés, retrasa el envejecimiento y fortalece el sistema inmune. Aún más: supuestamente la adopción de esta práctica tiene otros efectos positivos como el aumento de la creatividad y de la capacidad de resolución de problemas.

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