Tres claves para lidiar con un compañero de trabajo tóxico (y librarse de él)

  • Basta un miembro del equipo que enturbie las relaciones para que este deje de rendir como debiera. La directiva debería echarle pero ¿si no lo hace?
Hay compañeros que realmente pueden sacarte de tus casillas / Pixabay
Hay compañeros que realmente pueden sacarte de tus casillas / Pixabay

La consultora estadounidense Trispective Group ha estudiado a miles de equipos, de todas las industrias, sectores y geografías para conocer qué hace que algunos departamentos tengan un alto rendimiento y otros fallen. Y su investigación es concluyente: el factor más importante en el éxito o fracaso de un equipo es la calidad de la relación entre sus miembros.

El 70 % de la varianza en la productividad entre los equipos de menor rendimiento, que la consultora llama “equipos de saboteadores”, y los de mayor rendimiento, los “equipos leales”, se correlaciona con la calidad de sus relaciones. No con alguna o la mayoría de las relaciones, sino con todas ellas. Y esto es algo a tener muy en cuenta, pues implica que basta un miembro del equipo que enturbie las relaciones para que este deje de rendir como debiera.

Como explica Abby Curnow-Chavez, socia de Trispective Group, en un artículo publicado en Harvard Busines Review, siempre ha habido empleados tóxicos en las empresas, pero en la cultura empresarial que impera hoy en día, donde el trabajo en grupo es más importante que nunca, un solo perfil de este equipo puede ser muy peligroso.

Según Curnow-Chavez los compañeros tóxicos crean distracciones y dramas innecesarios, que minan la energía y la creatividad del grupo; hacen que se resienta la imagen del departamento, al que se suele asociar con el perfil más tóxico (que suele ser el que más se hace notar); manda un mensaje negativo al resto de empleados, que ven como se tolera cosas con ciertas personas que creen no se tolerarían si la hicieran ellos; y, por último, acaban degradando el trabajo del conjunto del equipo, que poco a poco entra en el juego del compañero tóxico.

O cambias o estás fuera

La consultora es clara al respecto: es un deber de la dirección exigir a este tipo de empleados que cambien su actitud y, si esto no es posible, deben ser despedidos. “Independientemente de su productividad, resultados, experiencia técnica, inteligencia o experiencia, no se puede tolerar un comportamiento que arrastra a todos los demás en el equipo”, asegura Curnow-Chavez.

Pero ¿qué ocurre si el empleado tóxico es tu compañero? Desde luego, no está en tus manos exigirle un cambio de actitud y mucho menos echarle. Numerosos trabajadores que tienen que lidiar con esta situación ante la imposibilidad de hacer nada acaban dejando la empresa, solo por no aguantar con un compañero que les hace la vida imposible.

Apóyate en el resto del equipo / Pixabay
Apóyate en el resto del equipo / Pixabay

Si tienes un compañero que no para de criticar y cotillear, acapara las reuniones, acepta hacer cosas que luego no hace, se escaquea, no comparte información y solo se preocupa por él mismo, es mejor que tomes partido. Y, según Curnow-Chavez, hay tres cosas que puedes hacer:

1. No te rebajes a su nivel

Lo peor que se puede hacer cuando se tiene un compañero tóxico es entrar en su juego. Pasa olímpicamente de él. Mantén el foco en los objetivos de equipo y no compitas por ver quién es el mejor (eso es lo que él quiere). Fortalece las relaciones con el resto del equipo y deja claro que es necesaria la colaboración y el diálogo abierto, si tu compañero tóxico no quiere participar es su problema, así quedará expuesto.

2. Habla con tu jefe

Probablemente ya has intentado que tu compañero cambie y no ha dado resultado. Es evidente que tienes que hablar con tu jefe, pero no vayas con el dedo acusador. No siempre se ven las cosas fuera como se ven dentro.

“Sugiérele proactivamente a su jefe que el equipo celebre una reunión para establecer normas y abordar algunos de los comportamientos desafiantes y conflictos”, explica Curnow-Chavez. “Esta sesión no debe ser una estratagema para ponerle las pilas al miembro tóxico del equipo. Debe haber una interacción real y auténtica, en la que los miembros del equipo puedan obtener una idea de las perspectivas de los demás, establecer estándares claros de comportamiento esperado y aumentar la responsabilidad entre iguales”.

Después de esta reunión, si el comportamiento de tu compañero continúa, el jefe no tendrá más remedio que tomar cartas en el asunto.

3. Protégete

Este es el consejo más importante de todos: no permitas que un compañero dañe tu salud emocional y física. Si la situación es insostenible habla con Recursos Humanos y explica qué está ocurriendo. Si has hecho todo lo que está en tu mano, pasa un tiempo y el asunto no se soluciona plantea dejar la empresa. “La vida es demasiado corta como para que te la quite el trabajo”, concluye Curnow-Chavez.

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