Con la llegada de septiembre, comienzan las clases y la vuelta a los cursos de formación. Después del largo verano por el que se caracterizan los estudiantes, muchos tienen que volver a la rutina y dedicar muchas horas del día al estudio. Si bien existen muchos tipos de métodos que nos pueden ayudar a memorizar largos textos o conceptos complicados, desde el palacio de la memoria hasta tomar notas en los márgenes de los libros, como hace Bill Gates en todas sus lecturas.
La idea es que estas reglas mnemotécnicas faciliten el proceso de memorizar mediante distintas asociaciones. Pero además, es importante establecer una dinámica de estudio eficaz como el horario de repaso, que nos ayude a que todos los temas nuevos que aprendamos puedan retenerse en la memoria.
La regla 10-10-2, es un sistema muy sencillo que pueden utilizar hasta los estudiantes más pequeños y que resultará imprescindible para aprobar los próximos exámenes. Además, un estudio elaborado por la Universidad de Waterloo avala el hecho de que la repetición de conceptos puede ayudar a almacenar la información durante un mayor periodo de tiempo. "Apodado el 'efecto de producción', el estudio determinó que es la acción dual de hablar y escucharse a uno mismo lo que tiene el impacto más beneficioso en la memoria", señalan.
Aplicar el método
"Este estudio confirma que el aprendizaje y la memoria se benefician de la participación activa", afirmaba Colin M. MacLeod, profesor y presidente del Departamento de Psicología de la Universidad de Waterloo. Con esta premisa, la regla 10-10-2 motiva a los estudiantes a realizar un método de tres pasos.
En primer lugar, leer la información o temario que deseamos memorizar, después, volver a leerlo otras nueve veces. Una vez terminemos, tendremos que leer en voz alta otras 10 veces estos datos. Por último, el tercer paso consiste en escribir un total de dos veces todo aquello que recordemos, por supuesto, sin recurrir al texto original.
La investigación de MacLeod y Noah Forrin, coautor del estudio, medía los efectos tanto de leer como de escribir la información. Después de varias pruebas con hasta 95 participantes, mostraron que leer en voz alta favorecía el recuerdo, asimismo, otras actividades, como escribir las palabras, también contribuían a mejorar la retención general de la memoria.
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