Un mercado emergente

Ni FIFA ni Cyberpunk: los juegos 'indie' triunfan más que las superproducciones

A pesar de que 2020 ha sido el año de la llegada de la nueva generación de consolas, millones de jugadores se enganchan a las mecánicas más simples... y hay una posible explicación psicológica.

Fall Guys
Ni FIFA ni Cyberpunk: los juegos 'indie' triunfan más que las superproducciones. Que se lo digan a Fall Guys.
Mediatronic/Devolver Digital

Durante 2020, en el mundo 'gamer' había dos fechas marcadas en rojo en calendario: la salida al mercado de la nueva generación de consolas -PS5 y Xbox Series- y el mundo distópico de Cyberpunk 2077. En el primer caso, hubo que esperar hasta el segundo trimestre para conocerla, pero el resultado está siendo más que satisfactorio, con videojuegos como el FIFA 21 en los que el apartado gráfico da un salto adelante sin precedentes en términos de realismo; en el segundo, el enfado de los fans por los constantes retrasos acabó forzando a CD Project a estrenar el título en diciembre. 

Sin embargo, la PS5 ha sufrido constantes desabastecimientos desde que saliera al mercado en noviembre, EA Sports se ha visto obligada a rebajar a la mitad el precio del FIFA 21 menos de un mes después de su lanzamiento en la nueva consola de Sony, mientras que Cyberpunk se precipitó tanto al intentar cumplir las expectativas que terminó estrenándose a medias y con los directivos de CD Project pidiendo disculpas por ello. ¿Por qué? Porque, a pesar de sus esfuerzos, ninguna de estas superproducciones ha podido imponerse a un fenómeno que parece ir contra toda lógica: el éxito de los títulos 'indie'.

En 2020, coincidiendo con la pandemia, hemos visto un crecimiento brutal en la industria de los videojuegos. Los primeros cálculos sitúan ese mercado en torno a los 60.000 millones de euros solo en EEUU el año pasado, lo que podría significar que se pulverizarán las cifras de 2019, de unos 152.000 millones en todo el mundo, según Aevi (Asociación Española del Videojuego). Los largos períodos de confinamiento, sin duda, han contribuido a este 'boom'. Pero también el interés creciente por los e-Sports entre los inversores. Y, en este contexto, han surgido nuevas propuestas 'indie' que han encontrado más espacio, más mercado que antes. El caso más sonoro es el de Fall Guys, el multijugador online al más puro estilo 'humor amarillo'.

Cuando salió la versión de Fall Guys para PC, logró llegar a los siete millones de descargas en Steam. En noviembre, ya había alcanzado los 10 millones de jugadores. A eso hay que añadir que cuando Fall Guys salió al mercado en agosto y Sony lo incluyó entre sus juegos gratuitos del servicio PS Plus, 46 millones de suscriptores en todo el mundo pudieron descargárselo sin coste alguno. Aunque no se sepa cuántos lo hicieron, lo cierto es que son cifras con las que difícilmente puede competir casi ningún videojuego actualmente. Por ejemplo, Cyberpunk 'solo' ha vendido 13 millones de copias desde su estreno, mientras que FIFA 21 solo logró compensar sus malos datos de ventas durante las rebajas de invierno.

Nada que ver con Fall Guys: su tremendo éxito desde el pasado verano ha hecho que, solo en agosto, su distribuidora, Devolver Digital, presentase beneficios por valor de 185 millones de euros. No está mal para un videojuego 'indie', capaz de generar más que, por ejemplo, la saga de EA Sports, que 'solo' factura unos 83 millones de euros al mes. Y es que durante el confinamiento también hemos visto el resurgir de otros dos juegos independientes de hace algún tiempo (Among Us, de 2018, y Rust, de 2013). Ambos, con propuestas que se alejan de los grandes presupuestos o los gráficos de última generación.

Explotar barriles es más efectivo que gráficos 4K

La gran pregunta es, pues, por qué sucede esto, cuál es el motivo que hace que la comunidad 'gamer' se enganche más a videojuegos 'indie' que a grandes superproducciones. En un reciente artículo publicado en 'Wired', el experto en videojuegos Jeremy Signor apunta a que se debe a que los jugadores sienten mayores emociones con cosas tan elementales como la explosión de un barril en un momento de acción que con gráficos pulidos o mecánicas de juego profundas (pero a la vez más complejas). Sucede un poco como en la comedia, donde cómicos de todo tipo han tratado de reinventar el humor una y otra vez... pero, al final, el humor más elemental (más 'blanco') es el que suele apelar a nuestros instintos más primitivos o infantiles. Por eso siempre nos hará gracia un tartazo en la cara o soltaremos una disimulada risita cuando vemos un vídeo de caídas aparatosamente tontas.

Puede que no sean una maravilla técnica, pero las películas de Charles Chaplin o de Buster Keaton en la era del cine mudo son, quizás, el mejor ejemplo de humor universal. Algo similar a lo que ocurre en los videojuegos. "Si los juegos son grandes iteraciones de causa y efecto, las reacciones elementales permiten una retroalimentación muy clara y lógica a los jugadores sobre cuál es exactamente su huella en el mundo [virtual]. Además, los juegos modernos que adoptan reacciones elementales [...] también dan a sus mundos y personajes más personalidad y textura, creando un espacio mucho más vivo y fluido de lo que normalmente ves en el juego", apunta Signor.

Pero, ¿qué son las reacciones elementales en los juegos? "El ejemplo del barril explosivo funciona así: esperas hasta que los enemigos estén cerca del barril, luego lo enciendes de alguna manera, provocando que explote y salgan volando. Aquí la causa y el efecto son claros, y el mundo del juego se convierte en parte de tu estrategia. De repente, el entorno se convierte en un tercero con el que puede interactuar y utilizar. En los viejos tiempos de juegos como 'Doom' (1993), esto significaba estar más atento a los barriles explosivos", según Signor. En los nuevos tiempos, puede significar agarrar a un rival para que no cruce la meta a tiempo, como en Fall Guys, o mentir a la cara a tus amigos sin reírte para asesinar a toda la tripulación de Among Us.

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