Botellas y maltas raras

El desconocido negocio del whisky, una inversión que crece un 262% en 5 años

El 'scotch' se ha convertido en un valor refugio, especialmente en el rango de botellas entre los 250 y los 1.000 euros, ideal para pequeños inversores.

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El desconocido negocio del whisky, una inversión que crece un 262% en 5 años

Históricamente, los grandes coleccionistas de whisky siempre han presumido de vitrinas o bodegas con botellas centenarias que constituyen en sí mismas un tesoro de valor comparable a algunas galerías de arte. Cabe recordar que en 2019 un The Macallan de 1926 se vendió por alrededor de 1,7 millones de euros, rompiendo todos los récords existentes hasta la fecha. Por eso, hasta hace no mucho, invertir en whisky estaba reservado a un selecto club que le estaba vedado al común de los mortales. Pero algo parece haber cambiado tras la crisis de 2008, cuando parece haberse convertido en un auténtico valor refugio incluso para  economías más modestas: el valor de las botellas en el rango de entre los 250 y los 1.000 euros se ha multiplicado por tres en los últimos cinco años.

De hecho, entre 2015 y 2020, el valor de las ediciones más selectas se ha disparado aún más, un 262%, si bien parece que ha tocado techo: en los últimos 12 meses se ha mantenido prácticamente estable. De ahí que, como como puede apreciarse en la evolución de ambos mercados en la web Rare Whisky 101, la inversión más atractiva en estos momentos para los coleccionistas de whisky sea ese rango entre los 250 y los 1.000 euros, en el que la rentabilidad trimestral media es del 4,50%, mientras que a 12 meses ronda el 9%. En el caso de las botellas en el 'top 50', la rentabilidad acumulada en los últimos 12 meses ha sido negativa, del -1,70%.

Una rentabilidad anual del 9% es casi quimérica en cualquier mercado regulado, como el Ibex 35 o incluso Wall Street. La clave de los coleccionistas de whisky reside en que no solo se trata de un mercado no regulado, sino que sigue procedimientos más parecidos a las obras de arte que a la Bolsa: a través de subastas, los coleccionistas compran y venden sus botellas, que año a año aumentan de valor. Algo parecido a los coleccionistas de cuadros de Rembrandt o de coches clásicos. Ante la escasez de oferta, los precios se disparan y, por eso, una botella de whisky de 1926 puede ser una inversión millonaria (aunque difícilmente digerible).

Por comparación, el mercado del whisky representa aproximadamente el 2% del mercado de vinos finos, otro de los que más dinero mueve en el mundo. Sin embargo, el crecimiento de la vid se ha ralentizado mucho más en los últimos 20 años: según Winedecider.com -una de las webs especializadas en la evolución del mercado del vino-, el precio medio de las 100 botellas más selectas de cada origen -Burdeos, Burgundy, Rhône, Italia...- se encuentra en pleno retroceso, con caídas de entre el 1% y el 9% en el último año, salvo contadas excepciones.

De hecho, ampliando un poco el tramo temporal, en los últimos cinco años la rentabilidad de los vinos más selectos oscila entre el 0% y el 9,8%. Es decir, que en el mejor de los casos un vino de origen Burgundy DRC es igual de rentable en cinco años que un whisky de rango medio en solo 12 meses. Eso sí, se alinea con la tendencia generalizada a huir de las grandes inversiones, como evidencia el caso del 'top 50' en whiskys: las botellas con un precio superior a las 5.000 libras (5.700 euros) cayeron aproximadamente un 25% en 2020, según Rare Whisky 101.

¿Por qué las grandes inversiones caen? Una parte de la explicación es que los precios más desorbitados suelen atraer a los falsificadores, como sucede en las obras de arte. La procedencia de un whisky se ha convertido en una cuestión primordial para los coleccionistas, que en épocas de crisis económicas como la actual son más reacios a comprar este tipo de activos. Sin embargo, la altísima rentabilidad que ofrecen botellas de un rango inferior permite seguir en el mercado, pero sin un riesgo tan alto. Al fin y al cabo, ¿quién querría falsificar el cuadro que vende un artista en pleno auge, pudiendo falsificar un Goya?

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