Los controladores dan margen a la negociación y aplazan la consulta sobre posibles paros


El Comité Ejecutivo de la Unión Sindical de Controladores Aéreos (USCA) ha decidido este lunes aplazar la convocatoria de la Asamblea Nacional para someter a votación posibles paros parciales en los aeropuertos.
La dirección de USCA no se reunirá de nuevo hasta finales de octubre, con lo que los paros parciales quedan descartados al menos hasta finales de mes y, en caso de producirse, tendrían lugar en el mes de noviembre, según explicaron a Servimedia fuentes de USCA.
De esta forma, los controladores dan más margen para negociar con el gestor aéreo Enaire después de que la empresa plantease hace una semana y media la posibilidad de mantener la ultra actividad por un periodo aun sin determinar para poder prolongar la negociación.
La situación parte, según USCA, de la negativa de Enaire a reconocer la ultra actividad indefinida del segundo Convenio Colectivo que recoge el laudo de Manuel Pimentel, que se acogía de esta forma a la reforma laboral.
Sin embargo USCA, interpreta que la reforma laboral fue posterior al laudo y, por lo tanto, no tiene carácter retroactivo. Por ello, entiende que la vigencia del laudo es indefinida hasta que no se firme un tercer convenio.
Además, los controladores aéreos argumentan que en 2010 se redujo su sueldo más de un 40% al tiempo que se incrementaba la jornada por el “decretazo” del entonces ministro de Fomento José Blanco. Tras aceptar la Asamblea de USCA en agosto de ese año un acuerdo de mínimos en materia salarial que se trasladó al laudo de Pimentel, la masa salarial pasó de 750 millones de euros a 480 y la jornada de 1.200 horas a 1.670.
Sin embargo, el colectivo asegura que durante estos años la masa salarial ha decrecido un 20% más en términos reales, hasta los 419 millones para un total de unos 2.200 controladores que conforman la plantilla actual.
De esta forma, USCA planteaba a Enaire partir de esta masa salarial rebajada de 2014 y en el caso de que se produjesen incrementos de tráfico, y por tanto de ingresos, pudiera repartirse un porcentaje de los mismos en concepto de prima de productividad.
No obstante, el sindicato mantiene que la empresa rechazó este planteamiento, ante lo cual USCA propuso una reducción del 20% de la masa salarial con respecto a 2010, congelando la correspondiente a 2014 hasta el año 2019.
Además, planteaba un reparto más equitativo de dicha masa salarial entre los trabajadores; la incorporación de nuevos controladores para compensar las jubilaciones, ya que la media de edad se sitúa en los 47 años, e igualar la jornada laboral a la media de 1.400 horas anuales de los países del entorno de España, puesto que USCA asegura que en la actualidad ascienden a 1.595 horas y que Enaire pretende ampliarlas a 1.690.
Según USCA, Enaire pretendía que si el 24 de octubre no había acuerdo las condiciones laborales del colectivo pasaran a regirse por el Estatuto de los Trabajadores, aunque con el aplazamiento de la convocatoria de la Asamblea Nacional se da más plazo para alcanzar un acuerdo.
En estos momentos, Enaire permanece sin presidente al pasar al Ministerio de Justicia el hasta ahora secretario de Estado de Infraestructuras, Transporte y Vivienda, Rafael Catalá, quien ostentaba la presidencia de la empresa pública.

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