Hollande fracasa en su promesa de invertir la curva del paro de 2013

  • El presidente de Francia, François Hollande, fracasó hoy en su promesa de invertir la curva del paro de 2013, tras conocerse que el país cerró diciembre con 4.898.100 inscritos en las oficinas de desempleo en el territorio metropolitano, lo que supone un incremento del 6 por ciento interanual.

París, 27 ene.- El presidente de Francia, François Hollande, fracasó hoy en su promesa de invertir la curva del paro de 2013, tras conocerse que el país cerró diciembre con 4.898.100 inscritos en las oficinas de desempleo en el territorio metropolitano, lo que supone un incremento del 6 por ciento interanual.

Las cifras difundidas por el Ministerio de Trabajo señalaron que en diciembre, incluyendo a aquellos sin ningún trabajo o con una actividad reducida, el número de demandantes de empleo aumentó en 22.000 personas, un alza mensual del 0,6 por ciento.

La franja más perjudicada fue la de parados de más de 50 años de edad, con un alza del 1,3 por ciento en diciembre y del 11,6 a nivel interanual, porcentajes que entre los de 25 a 49 años se redujeron a +0,2 y +5,6 %, y al +0,2 y +0,8 % entre los menores de 25, respectivamente.

"Las cifras muestran una estabilización, pero no son suficientes. Es evidente que hay que ir mucho más rápido, más lejos", señaló hoy el primer ministro, Jean-Marc Ayrault.

En septiembre de 2012, y en una entrevista televisada, Hollande se había comprometido en el plazo de un año a invertir la curva del paro, objetivo reafirmado en comparecencias posteriores, y matizado conforme las cifras iban apuntando mes a mes al incumplimiento de esa promesa.

"Desde hace varios meses hay una tendencia en materia de paro hacia la estabilización, y lo que debemos conseguir es disminuir, invertir" la tendencia al alza, apuntó hoy Hollande desde Turquía, donde se encuentra de viaje oficial.

El presidente se pronunció antes de la difusión de las cifras oficiales, pero ambos coincidieron en que la situación actual hace que sea "urgente" aplicar el llamado pacto de responsabilidad, anunciado en el tradicional discurso presidencial de Año Nuevo.

Ese acuerdo, que el gobierno comenzó hoy a consultar con la patronal y los sindicatos, prevé disminuir las restricciones a la actividad y rebajar a las empresas 30.000 millones de euros de cargas sociales, a cambio de mayores contrataciones.

Las consultas se mantendrán hasta el jueves, día en que se difundirá la hoja de ruta, pero el método a seguir, según avanzó hoy el primer ministro, estará basado en el "diálogo social", para "alcanzar juntos" y de forma duradera la batalla contra el desempleo.

"El sentido del pacto de responsabilidad es justamente el de permitir que haya una movilización de empresas y emprendedores, que haya una implicación de los actores sociales para evaluar las contrapartidas, porque los empleos se crean en las empresas", añadió Hollande desde Ankara.

Las reacciones de partidos y sindicatos una vez que se publicaron las cifras no tardaron en llegar, y en las mismas se apuntó a esa urgencia por colocar el trabajo en la primera línea política.

"La batalla por la creación de empleo debe convertirse en la prioridad de nuestro país, pero eso requiere reformas de amplitud, por una parte, y confianza, por otra", señaló la patronal francesa Medef.

Su presidente, Pierre Gattaz, advirtió también de que, pese a su voluntad de cooperación, "si los hechos contradicen las palabras, no se llegará a recuperar la dinámica indispensable para la creación de empleos".

Menos conciliador se mostró el partido centrista MoDem, que calificó de indecente la política de comunicación seguida por el gobierno en la materia.

"Es indecente pretender que 2013 ha sido un año de batalla eficaz contra el alza del empleo. (...) Es totalmente indecente afirmar que se está en una situación de estabilización, cuando todos los organismos serios (INSEE, OCDE...) prevén un nuevo alza para 2014", lamentó en un comunicado su presidente, Robert Rochefort.

La decepción por el resultado registrado en noviembre llegó incluso a la petición de responsabilidades políticas por parte del presidente de la conservadora UMP, Jean-François Copé, que solicitó "un gesto fuerte" del Ejecutivo, y la dimisión del ministro de Empleo, Michel Sapin.

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