Así pues, los talleres suponen el 58 por ciento de los puntos productores atendidos en las Islas: 912 establecimientos de un total de 1.577 que fueron atendidos en el año pasado por la empresa.
Esto se debe, según Sigaus, a que este sector destaca por ser el que mayor cantidad de aceites lubricantes consume, el 57 por ciento de la cantidad total comercializada en el archipiélago balear.
El siguiente sector que más residuos de este tipo generó en 2016 fue el de la industria, que representó el 10% de los puntos productores atendidos, un total de 161 instalaciones en las que se recogieron 830 toneladas de aceites usados (el 27% del total).
El 32% restante de los aceites industriales usados recogidos en Baleares provino de otras actividades como el transporte, la hostelería, la agricultura, la construcción o el comercio, que fueron 504 puntos de recogida.
UN TOTAL DE 5.068 TONELADAS RECOGIDAS EN BALEARES
En total, en Baleares se utilizaron el año pasado 5.068 toneladas de aceites industriales -un 6,6% más que en 2015-, según Sigaus, que dejaron 3.082 toneladas de residuos. Estos residuos fueron recogidos en 3.743 operaciones llevadas a cabo en 1.577 establecimientos repartidos por 63 municipios de la comunidad autónoma.
Casi la mitad de las operaciones de recogida de aceites industriales usados en Baleares se realizaron en entornos rurales (46%), donde, en cambio, se ubican tan solo el 12% de los productores de este residuo. Así en estos 191 establecimientos, se realizaron 384 recogidas en todo el año que suponen el 10% del total, con la recuperación de 258 toneladas.
EL 100% DEL ACEITE INDUSTRIAL USADO RECOGIDO HA SIDO APROVECHADO
El aceite industrial usado en un residuo altamente contaminado debido a la presencia de hidrocarburos, metales pesados y otras sustancias tóxicas en su composición, por lo que es necesaria una correcta gestión para evitar sus efectos nocivos sobre la salud o sobre el medio ambiente.
No obstante, a pesar de su naturaleza contaminante, el residuo de aceite conserva gran parte de los hidrocarburos del lubricante original, lo que permite que se pueda aprovechar.
Una forma de hacerlo es regenerando el aceite usado, con el que se obteine una base lubricante con la que se pueden fabricar nuevos lubricantes. El segundo modo es la valorización energética, que aprovecha el poder calorífico del residuo -tras una previa descontaminación-.
Así , se convierte el residuo de nuevo en materia prima, ya sea para fabricar nuevos productos o para obtener energía, y se evita refinar más petróleo para producir nuevos aceites lubricantes y fuel óleo, respectivamente.
En cuanto al aceite usado recogido en Baleares el año pasado, fue valorizado en su totalidad, cumpliendo así con el objetivo ecológico establecido por la normativa ambiental.
Una vez descontados los impropios detectados en las 3.082 toneladas de residuo -deshechos que quedaron del total de 5.068 toneladas de aceite utilizado en Baleares en 2016-, la cantidad neta finalmente gestionada y valorizada por Sigaus fue de 2.031 toneladas. De esta cantidad neta, casi la totalidad del aceite usado se destinó a regeneración.
En total, se regeneraron 1.938 toneladas de aceite (el 95,5%) que permitieron devolver al mercado 1.291 toneladas de lubricantes, equiparables al 25% del consumo en la comunidad. Además, este tratamiento hizo posible evitar la emisión a la atmósfera de 5.815 toneladas de dióxido de carbono (CO2).
El 4,5% restante, no apto para ser regenerado -normalmente se trata de aceites usados en la industria que contienen una alta cantidad de otras sustancias como agua o metales- se trataron para valorización energética. Con las 92 toneladas destinadas a esta actividad, se produjo en Baleares una energía equivalente a 1 GWh, suficiente para abastecer el consumo anual de 234 hogares en las Islas.
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