Botsuana se opone a la propuesta de Zimbabue y Namibia de legalizar el comercio de marfil

Reuters/EP

El comercio del marfil será uno de los principales temas que se van a tratar en la Convención Internacional de Naciones Unidas sobre el Comercio de Especies Protegidas, que se celebrará el próximo 24 de septiembre en la capital sudafricana, Johannesburgo.

La ministra sudafricana de Medio Ambiente, Edna Molewa, declaró el martes que Sudáfrica va a apoyar la propuesta conjunta que Namibia y Zimbabue van a presentar de cara a la cumbre de la ONU, con la que demandan poder comerciar legalmente con marfil, un material muy preciado en el mercado negro para la joyería y la decoración.

No obstante, el presidente de Botsuana, Ian Khama, ha declarado este miércoles que su país no apoyará el plan de sus vecinos africanos. "Nos oponemos firmemente a esa media. Es esencial que los elefantes se mantengan dentro del Apéndice 1 de la convención", ha declarado Khama.

Aquellos animales que estén dentro del apéndice 1 de la convención son los que gozan de un mayor grado de protección, y el comercio de los productos que se deriven de su caza está terminantemente prohibido a nivel internacional. Botsuana se unirá a Kenia y a otras naciones africanas, que buscan acabar por completo con el comercio del marfil.

La población del elefante africano en el sur de África ha aumentado en los últimos años gracias a la protección internacional, que ha logrado que el número de especímenes se haya estabilizado en la inmensa mayoría de los países meridionales que albergan a esta especie, con la excepción de Mozambique.

Esto contrasta con lo que ocurre en el resto del continente, donde el elefante africano es una de las principales víctimas animales de las mafias y del mercado negro, donde el marfil es uno de los materiales mejor valorados.

"No deberíamos pensar que porque nos va bien podemos ser egoístas", ha dicho Khama. "Estamos en este continente y si apoyamos una medida que nos va a proporcionar beneficios pero va a fomentar de nuevo el auge de la caza furtiva y del comercio ilegal de marfil, significa que el resto de países donde la población de elefantes no es tan alta van a sufrir las consecuencias", ha añadido.

"Además una vez sus poblaciones se extingan, todos los cazadores furtivos vendrán a por nuestros elefantes", ha señalado. Botsuana, un país con una densidad de población muy baja y que está conformado por gran parte de la sabana africana, acoge a un tercio de todos los elefantes africanos del mundo, por lo que cuenta con una gran influencia en materia de comercio de marfil.

Se estima que el número total de elefantes africanos que habitan en Botsuana es de entre 150.000 y 200.000 especimenes. Al encontrarse entre Namibia y Zimbabue, muchos de estos animales cruzan las fronteras a lo largo del año.

El comercio de marfil se prohibió de forma global en 1989, pero la prohibición no afecta a muchos mercados domésticos africanos.

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