Abengoa regresa al céntimo en bolsa en la antesala de otro salto cuántico financiero

Instalación termosolar en el desierto de Atacama.
Instalación termosolar en el desierto de Atacama.
L. I.

Increíble pero cierto. Abengoa, la mayor empresa ‘zombi’ cotizada en la bolsa española, parece que está a punto de volver a resucitar. Sus acciones de clase B, las más líquidas y númerosas, han vuelto a superar el nivel del céntimo de euro (0,01), suelo que perdieron en octubre de 2018 después de que BME, el dueño de las bolsas, modificase el precio mínimo de cotización de 0,01 (céntimo) a 0,0001 (diez milésimo de euro).

Esto supuso un traje a medida de Abengoa y otras empresas como Urbas o Vertice 360, que permanecían aplastadas en bolsa en los 0,01 por el exceso de títulos a la venta. Sus acciones no podían caer más abajo por motivos meramente técnicos y la CNMV alentó un cambio para que esas empresas dejasen de estar en el limbo: ni cotizadas ni suspendidas.

Después de un primer intento de bajar ese suelo a 0,001 euros por parte de BME, las compañías implicadas se movieron rápido con planes para realizar splits (desdoblamientos de capital) de 10 por 1 y volver ajustarse a ese nivel, pero finalmente, la Bolsa estableció otro suelo bursátil más bajo (0,0001 euros) y las tres empresas volvieron a cotizar.

Mínimo histórico

Abengoa llegó a caer hasta los 0,0023 euros por acción el pasado noviembre, algo así como un tercio de una peseta, la moneda anterior al euro. Fue su mínimo histórico. Este lunes escaló un 20% en bolsa hasta los 0,011 euros por acción, que supone un 450% de subida y su nivel más alto desde marzo de 2018. Sus acciones de clase A subieron un 9%, hasta los 0,029 euros, a menos de 48 horas de que se cierre una nueva reestructuración financiera, según explican fuentes próximas a la empresa. El acuerdo final se anunciará antes del próximo jueves.

No es gran cosa en términos de valoración bursátil. Abengoa tiene cotizando 1.621 millones de acciones de clase A que cotizan a 0,029 euros cada una y le dan una capitalización de 42,4 millones de euros. Además, tiene otros 17.214 millones de títulos de clase B, que le dan una capitalización de 163 millones de euros porque cotizan cada uno a 0,0114 euros. En total, unos 200 millones de euros. Entre las dos acciones de clase A y B se reparten, en teoría, la propiedad pero la realidad es otra.

Quienes mandan en Abengoa son los acreedores de su deuda o sus bonos, que están estos días ultimando los detalles de la segunda gran reestructuración financiera de la compañía después de la que acometió a principios de 2017. La compañía que preside Gonzalo Urquijo prevé emitir 1.423 millones de euros en bonos convertibles en acciones, captará 97 millones de euros de nueva liquidez adicional y otros 140 millones de euros en nuevos avales.

Al mismo tiempo reordenará la propiedad de su deuda entre Abenewco 1, Abenewco 2 y Abenewco 2 bis, las tres sociedades en las que está su deuda. Ese laberinto de sociedades y deudas dará lugar, más pronto que tarde, a una nueva transformación accionarial con la conversión de los bonos en acciones o la adopción, como recomiendan los expertos, de contrasplits (agrupación de acciones) para volver a cotizar lejos de la zona cero y en busca de su normalización.

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