Roza los 5.000 millones en bolsa

La 'mala venta' de Abengoa: su ex filial Atlantica duplica su valor en dos años

La antigua Abengoa Yield ha multiplicado por dos su valor en bolsa tras el cambio de propietarios hace dos años y la salida de la ingeniería sevillana, que escindió el grupo para colocarlo en el Nasdaq en 2014.

Abengoa debuta en el Nasdaq con un aumento del 2,59 por ciento
De izquierda a derecha, en primer plano, Santiago Seage, Felipe Benjumea y Manuel Sánchez.
L.I / Efe

La actual tragedia corporativa de Abengoa tuvo su origen en la crisis de deuda y desconfianza que se desató sobre la compañía en 2015 tras una ampliación de capital fallida. Hay quien considera como precuela de la crisis la colocación de su joya de renovables Abengoa Yield en el Nasdaq en 2014, y la posterior venta acelerada de la mayoría de sus acciones a lo largo de 2018. Su antigua filial, redenominada como Atlantica Sustainable Infraestructure, es una de las estrellas de su sector en EEUU y ya vale el doble desde que su matriz española dejó el accionariado hace ahora algo más de dos años.

Inmersa en una carrera por reducir su deuda, Abengoa vendió un tercio de los títulos en la salida a bolsa, varios tramos con posterioridad y en 2018 encontró en la canadiense Algonquin Power un nuevo socio de referencia para su filial. Primero vendió el 25% por 607 millones de dólares, con una valoración 100% de 2430 millones, y al poco tiempo otro 16,5% por 345 millones y una valoración de 2.100 millones. La desinversión estuvo forzada por la presión de los bancos y acreedores para achicar deuda de Abengoa, aunque con ello perdió una parte sustancial de generación de ingresos y su visibilidad ante potenciales inversores internacionales se hundió.

Sin embargo, la trayectoria posterior de Atlantica le ha llevado a duplicar esas valoraciones en apenas 24 meses, hasta los 4.500 millones de capitalización bursátil, o 42 dólares por título. Hace una semana marcó un máximo histórico por encima de los 46 dólares, situándose entre las cinco energéticas de renovables que más han subido en el Nasdaq estadounidense, según datos recopilados por Europa Press. Junto a la compañía destacan Northland Power (+66%); Brookfield Renewable Energy Partner (+58%); TransAlta Renewables (+40%) y Nextera, todas ellas impulsadas por el boom inversor ligado a los planes de transición energética en todo el mundo.

Abengoa, por contra, va camino de cumplir su séptimo mes con la cotización suspendida por la CNMV y una capitalización que apenas supera los 300 millones de euros. Además, la propia extinción del grupo sevillano está sobre la mesa pase lo que pase en las próximas semanas. No solo por la crisis institucional que ha provocado el cese del anterior consejo de administración y cúpula directiva. Si se aprueba el plan de refinanciación de la empresa de agosto de 2020, Abengoa SA pasará a ser un accionista minoritario de Abenewco, un nuevo grupo jurídico que absorberá su actividad, negocios y empleo a cambio de aplicar quitas a la deuda.

Si no hay refinanciación, la histórica ingeniería del sector renovable se disolverá por orden judicial y el concurso de acreedores se convertirá en una subasta de sus activos más jugosos para pagar deudas. Paradojas del destino, su antigua filial sería con toda probabilidad uno de los nombres fijos en la puja por negocios de su ex matriz, después de años adquiriendo plantas como las del desierto de Mojave (California) y Solana (Arizona) en 2019

Ese escenario, el concurso de acreedores de Abengoa, es a la vez una oportunidad y un grave riesgo. Atlantia advirtió en un folleto a sus inversores que las operaciones realizadas con la empresa española podrían someterse a revisión bajo la ley concursal española, según publicó Vozpopuli en octubre. Es una muestra más de los estrechos lazos que todavía unen a las dos corporaciones pese a su antagónica situación económica.

Una acción Nasdaq ‘made in Spain’

El modelo Atlantica es un híbrido entre un fondo de inversión, una socimi de activos renovables y una eléctrica. Esta compañía cerró 2020 con algo más de 1.000 millones de dólares en ingresos anuales, 132 millones en beneficios, una deuda de 5.570 millones y una rentabilidad por dividendo del 4%, según estimaciones de los analistas. El 75% de su actividad se corresponde con el negocio de las energías renovables, un 12% con el gas natural, otro 10% con las redes eléctricas y un 2% con el agua.

Atlantica sigue dirigida por Santiago Seage, que se mantuvo al frente tras la escisión de Abengoa. Es el único que queda del momento cumbre de la compañía sevillana, inmortalizado en la foto en el Nasdaq junto a Felipe Benjumea y Manuel Sánchez. El grupo mantiene su sede en Londres (Reino Unido) pese a que cotiza en el Nasdaq (EEUU) y cuenta con la mayoría de su negocio en España. Sí, las raíces de su actividad siguen en la península ibérica con más de un tercio de sus ingresos, que junto a Europa, Oriente Medio y África (EMEA) representa la mitad de sus ventas. El 34% de su facturación se produce en Norteamérica y un 15% en Sudamérica. Sus accionistas también están al otro lado del Atlántico, encabezados por Algonquin Power, que mantiene más del 44% de las acciones, Morgan Stanley (5%) o el ‘hedge fund’ Appaloosa (2,7%). 

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