Enfoque de inversión

Acción por acción: 2022, buen momento para desplegar estrategias 'bottom-up'

El nuevo curso debe aprovecharse para el análisis de las acciones individuales y quitar el foco de los ciclos macroeconómicos o de mercado debido a la alta volatilidad de la evolución de las economías.

2022 será buen momento para hacer estrategia de bottom up
2022 será buen momento para hacer estrategia de bottom up
Pixabay

Los mercados mundiales de renta variable han experimentado una importante volatilidad en 2021, impulsada por la inflación de los precios, las expectativas de los tipos de interés y la escasez de materias primas o suministros. Con una guía clara de seguir centrando el tiro en la rentabilidad, aunque sea inferior que en años atrás, los expertos piensan cual puede ser la mejor opción de controlar el binomio entre rentabilidad y riesgo.

Es por eso por lo que en los últimos días ha emergido la posibilidad de seguir un enfoque de bottom-up (acciones individuales al mercado o país) de cara a este nuevo ejercicio. Una dinámica de inversión que consiste en estudiar los estados financieros de una compañía concreta para, posteriormente, hacerlo con las compañías del sector y la economía en su conjunto.

El cuadro parece claro: la inflación ha sido una de las principales preocupaciones de los inversores de cara al próximo año. Los cuellos de botella en la cadena de suministro que se están produciendo como resultado de una reapertura mundial, seguirán presionando los precios al alza hasta bien entrado 2022.

Tanto si uno quiere comprar carne como si quiere comprar acciones, hoy todo parece caro. Gracias a los reducidos tipos de interés, la orientación expansiva de las políticas de los bancos centrales y la reapertura de las economías, la mayoría de las clases de activos de renta fija y variable han visto aumentado su precio.

La mayoría de los mercados de renta variable de todo el mundo se han mostrado sólidos tras la pandemia. “A pesar de la solidez de los beneficios empresariales, los ratios precio-beneficio de los mercados desarrollados y emergentes se han situado muy por encima de sus medias a 15 años, a 30 noviembre 2021”, asegura Diana Wagner, gestora de renta variable de Capital Group.

“Esto, unido a un aumento de la demanda por la reapertura y a los efectos de base estadística, exacerbará aún más la actual histeria inflacionista, por lo que estamos en el campo de lo transitorio y no vemos que los recientes aumentos de precios sean sostenibles”, comenta Ingrid Kukuljan, responsable de inversión sostenible y de impacto en Federated Hermes.

“Aunque estas tendencias pueden persistir y provocar periodos en los que el rendimiento del mercado se vea impulsado por factores de estilo, seguimos centrándonos en los valores fundamentales de las empresas y en sus perspectivas a largo plazo”, añade el experto.

De hecho, a su modo de ver, la volatilidad de los mercados puede ofrecernos la oportunidad de comprar en empresas expuestas a megatendencias de impacto con valoraciones atractivas. 

Nos ha animado ver que la mayoría de nuestras empresas han superado las estimaciones y han aumentado sus previsiones durante 2021, lo que demuestra la fortaleza de la demanda de sus bienes y servicios, que responden a las necesidades urgentes del mundo”, concreta.

La idea de comprar barato en un mercado que está caro

Las valoraciones también se han disparado igualmente en los mercados de deuda corporativa, ya que la búsqueda de rentabilidad por parte de los inversores ha llevado los diferenciales de crédito (la prima que reciben los inversores por asumir riesgo) a sus niveles más bajos de los últimos 15 años.

Ante la ralentización del crecimiento y la dificultad para encontrar acciones y bonos a buen precio, la selección de títulos es hoy más importante que nunca. “Ante los riesgos potenciales que presenta el entorno actual, trato de lograr un equilibrio en mis carteras de inversión, buscando exposición a compañías con capacidad de fijación de precios, crecimiento sostenible y dividendos en crecimiento”, dice Wagner.

Mientras, Damien McCann, gestor de renta fija de la gestora estadounidense, opina lo mismo: “Ante la falta de valor evidente, me muestro muy selectivo en los sectores de deuda de alto rendimiento y grado de inversión, tratando de encontrar el equilibrio adecuado entre riesgo y oportunidad”.

Como inversores a largo plazo, la apuesta por las megatendencias con una aproximación de bottom up también puede ser interesante, ya que pueden desarrollarse en los próximos cinco años y más allá. 

“Para ello, consideramos que las tendencias estructurales a largo plazo son deflacionistas, impulsadas por los avances tecnológicos, la demografía, la ralentización del crecimiento en China y los elevados niveles de deuda”, asegura Kukuljan.

En su estrategia de Oportunidades de Impacto invierten en valores que aportan soluciones innovadoras a necesidades críticas del planeta y de la sociedad. Como tales, están expuestos a fuentes de demanda escalables y duraderas. Tras esta subida de precios, Kukuljan prevé que el crecimiento tienda a la baja y que la inflación sea menor, lo que favorece a los valores de calidad y de crecimiento, en los que está posicionada nuestra cartera.

“Nos inclinamos por los sectores sanitario y financiero, que actualmente están expuestos a fuertes megatendencias y también tienen un historial de defensa de los márgenes y de crecimiento de los beneficios a largo plazo”, termina

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