Última junta de su historia

Los accionistas de Credit Suisse rechazan la compensación de 34 millones a la cúpula

El presidente de la entidad salva su puesto hasta que se consume la boda con su rival después de pedir perdón por la gestión de los problemas que arrastra el banco desde hace años, mientras se cuestiona el pago de los bonus. 

Credit Suisse
Los accionistas de Credit Suisse rechazan la compensación de 34 millones a la cúpula. 
Agencia EFE

Credit Suisse ha puesto el broche final a 167 años de historia con la celebración de su junta de accionistas. Un encuentro amargo, en el que la tensión ha sido evidente. Los inversores han castigado a la cúpula directiva rechazando el pago de una compensación fija por valor de 34 millones de francos suizos. En concreto, un 48% ha votado a favor, frente al 51,6% que ha votado en contra o directamente se ha abstenido. En cambio sí se ha aprobado el informe de remuneración 2022 y el salario del consejo de administración. La junta de Credit Suisse ha indicado que "evaluará este resultado y determinará posibles medidas adicionales".

El reelegido como presidente de Credit Suisse, Axel Lehmann, hasta que la boda se materialice, ha expresado su malestar por esta situación, indicando que explorarán opciones para que se pueda llevar a cabo este desembolso. Cabe destacar que los ejecutivos de este gigante bancario han renunciado al cobro de su bonus y el pago diferido a los empleados ha sido congelado también. Sin embargo, no se ha podido aprobarse por falta de quórum un cambio en los estatutos sociales destinado a modificar el capital social e introducir un margen de fluctuación de capital. El respaldo a Axel Lehmann, contra todo pronóstico, ha ido precedido del respaldo a la continuidad de seis miembros de la directiva hasta que consume el matrimonio con su eterno rival, mientras que otros cinco han optado por dejar ese puesto. Aún no está claro quiénes de los principales ejecutivos del banco en quiebra sobrevivirán a la adquisición.

Cotizaciones de Credit Suisse y UBS en EEUU, en dólares

Gran parte de la ira contra los directivos de Credit Suisse en Zúrich se ha centrado en la política de remuneraciones mientras el banco registraba pérdidas, que durante el ejercicio pasado se elevaron por encima de los 7.300 millones de euros, su cifra más alta desde 2008. La mayor parte de este agujero se debe a firmas de riesgo colapsadas, entre las que se encuentra el fondo de cobertura Archegos o la compañía de servicios financieros Greensill. 

En un encuentro tenso, al que han asistido más de 1.700 personas, los directivos se han enfrentado a la indignación de los inversores, que les han llegado a preguntar si "pueden dormir por las noches" y a ofrecerles una bolsa de nueces, ya que "vale lo mismo que una acción" del banco. Los accionistas también han resaltado las discrepancias entre el reparto de primas y los beneficios. Según los cálculos realizados por 'Bloomberg', el banco ha destinado 35.000 millones de francos a sus primas anuales, la misma cifra que las ganancias obtenidas durante ese periodo. El propio Lehmann ha admitido "ciertos desequilibrios" entre estas cifras. 

De hecho, ha pedido públicamente una disculpa por la última crisis del banco que llevó a la firma a aceptar una fusión acelerada y ha justificado la operación como la única salida que tenían en ese momento para evitar la bancarrota. "Finalmente sólo había dos opciones, un acuerdo o bancarrota, y la fusión tenía que seguir adelante, los términos debían aceptarse", ha precisado. En aras de calmar los ánimos ha apuntado que haber ejecutado una reestructuración bajo las leyes bancarias suizas hubiera supuesto "el peor de los escenarios, con una pérdida total para los accionistas, riesgos impredecibles para los clientes, graves consecuencias para la economía y para los mercados financieros globales". 

Lehmann tomó las riendas del banco a comienzos de 2022, pilotando en octubre del pasado año un plan reestructuración para intentar reflotar al banco de la crisis financieras y de imagen que atravesaba. "No logramos superar el impacto de escándalos del pasado, contrarrestar titulares negativos con hechos positivos", ha reconocido el empresario suizo, al tiempo que ha precisado que "no hubo tiempo para enderezar la situación". La operación se cerró 'in extremis' el pasado 19 de marzo después de un fin de semana de intensas negociaciones con un canje de acciones de un título del comprador por 22,48 de la entidad absorbida. Con datos de cierre de mercado de este martes, esto supone cerrar la operación en más de 3.340 millones de francos (una cantidad similar en euros). 

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