Tras cerrar el gasoducto del Magreb

¿Aliado o enemigo? Argelia bajó un 40% el envío de gas a España desde octubre

El país acumula dos meses consecutivos sin envíos de metaneros de GNL a nuestro país en plena crisis energética y cuando la demanda ha crecido más de un 16%. 

Punto de control de un gasoducto de gas natural.
Punto de control de un gasoducto de gas natural.
Europa Press

El giro en la posición de España sobre el estatus del Sáhara Occidental, que el Gobierno de Pedro Sánchez ahora reconoce como autonomía de Marruecos, compromete la relación comercial con Argelia, socio energético clave de nuestro país y cuya vinculación permitía a nuestro país ser estratégico en el nuevo mapa energético europeo. Mientras la mayoría de países europeos sufren desde hace meses la dependencia energética de Rusia en pleno enfrentamiento por su ofensiva en Ucrania, España ha hecho gala de de su diferente estructura energética. Sin embargo, la realidad es que el vínculo comercial no solo no se ha fortalecido en los últimos meses, sino que el país africano ha cortado desde octubre el 37% de los envíos a nuestro país. 

Según datos de Enagás, en el mes de febrero las importaciones de gas natural desde Argelia a España alcanzaron los 8.801 gigavatios por hora (GWh), algo más del 23% del total del suministro recibido por nuestra país, mientras que el mismo mes de hace un año los envíos desde esa región representaban casi el 50%. En el cómputo anual apenas se refleja una reducción y, de hecho, en total en 2021 España recibió más gas argelino que en el 2020 -marcado por la pandemia- y que 2019. La tendencia cambia, no obstante, a partir de octubre, cuando Argelia anunció el cierre del gasoducto del Magreb-Europa tras su crisis diplomática con Marruecos. Al mes siguiente el gas argelino cayó casi un 16% pese al incremento del gas natural licuado (GNL). 

Tras el enfrentamiento con su país vecino, Argelia aseguró a España su intención de seguir respondiendo a su demanda energética. El envío de buques metaneros era la alternativa y de octubre a noviembre el país africano disparó el suministro de GNL (+387%) hasta su máximo desde 2015, de acuerdo a la estadística oficial de la agencia Cores. La tendencia no ha continuado y, tras reducir los envíos el último mes del año, en 2022 acumula dos meses consecutivos sin realizar ningún envío de GNL a España. 

La reducción de los últimos meses choca con el incremento de la demanda española. En lo que llevamos de 2022, en total se han importado hasta los 75.721 GWh, mientras que en el mismo periodo de 2021 fueron 65.098 GWh. El gas natural actúa como pieza clave en el sistema eléctrico español y europeo ante el diseño de la transición renovable. La Unión Europea apostó por los ciclos combinados de gas como alternativa a las energías renovables, ya que no se pueden acumular y no siempre se dan las circunstancias para generarlas. Sin embargo, la disponibilidad de este combustible en los países de la UE es limitada y se agravó la dependencia exterior. En su mayoría con Rusia, aunque en el caso español la vinculación era con Argelia. 

La actuación del país como socio energético, también es proveedor de petróleo, suma décadas y las importaciones argelinas de gas a España alcanzaron su máximo en 2015. Sin embargo, en apenas meses ha perdido poder. Es el resultado de la tensión con Marruecos desde hace años, pero que terminó por estallar el pasado mes de agosto, cuando Argelia rompió relaciones con su país vecino. La escalada diplomática entre las grandes potencias del Magreb también provocó que Argel no renovara en octubre la concesión del gasoducto que pasaba por territorio marroquí y por el que pagaba a Rabat un canon. En el fondo del conflicto se sitúa el Sáhara Occidental, para quien Argelia defiende el derecho de autodeterminación. 

Las alternativas al gas argelino 

El enfrentamiento por la antigua colonia española también ha condicionado las relaciones de nuestro país con ambas regiones, pero hasta ahora había apostado por la neutralidad. La elección de bando deja el suministro español en el aire. La alternativa al gas argelino es el GNL estadounidense. En enero superó a Argelia como principal proveedor de gas a España y en febrero ha confirmado el 'sorpasso' que antes solo se había producido en febrero de 2020. En el acumulado anual EEUU representa casi el 34% del suministro total español. 

Pero no sólo es España. El país que preside Joe Biden está aprovechando la crisis energética europea ante el veto a los recursos energético de Rusia para impulsarse como país exportador y la capacidad regasificadora de España ayuda a la distribución a lo largo de Europa. La ofensiva rusa en Ucrania obliga a un cambio del mapa energético, con un reforzamiento de los lazos entre los países de la OTAN y sus socios. Precisamente EEUU, que ya ha dado el visto bueno al cambio de postura del Gobierno español sobre el Sáhara, tiene en Marruecos un socio estratégico, con estatus MNNA (Aliado importante no-OTAN), mientras que Argelia, está vinculado a Moscú de la antigua URSS y Vladimir Putin ha extendido estos vínculos. 

Por otra parte, ante el refuerzo de las relaciones entre España y Marruecos está por ver qué papel juega la energía. Marruecos no es un proveedor energético para nuestro país. Sin embargo, cuenta con yacimientos en exploración y, sobre todo, su posición es clave para hacer llegar a España y Europa los recursos de África. Actualmente trabaja con Nigeria, uno de los principales socios energéticos de España, en un gasoducto que en diciembre ya logró la financiación para la segunda fase de su estudio. Pese a esta conexión, que Mohamed VI, rey de Marruecos, busca desde hace años, Nigeria está alineado con Argelia y mantiene el apoyo diplomático al movimiento independentista del Frente Polisario en el Sáhara Occidental.

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