La importancia del almacenamiento de energía está directamente ligado al actual esfuerzo mundial de descarbonización. La descarbonización de la red eléctrica se considera uno de los primeros pasos fundamentales hacia la descarbonización de la economía en general. Para lograrlo, las energías renovables deben crecer más de 10 veces respecto a los niveles actuales en los próximos 10-20 años. Sin embargo, al tratarse de recursos de carácter intermitente (es decir, la energía solar produce cuando brilla el sol y los parques eólicos cuando sopla el viento), se necesita el almacenamiento de energía para trasladar esa energía a los momentos en los que las renovables no están generando, lo que convierte al almacenamiento de energía en un componente clave de la descarbonización de la red.
Gracias al rápido crecimiento del sector de los vehículos eléctricos, la capacidad de fabricación de baterías a nivel global ha aumentado con rapidez, lo que ha reducido los costes de las mismas y ha hecho que, por primera vez, el uso del almacenamiento de energía en la red eléctrica sea competitivo en términos de costes. “Prevemos que el desarrollo del almacenamiento energético se multiplicará por más de 100 en los próximos 30 años y que representará un mercado de más de 100.000 millones de dólares”, comenta Álvaro Cabeza, responsable para España de UBS AM. El experto repasa el interés de inversión en el sector en los próximos años.
¿Qué relación existe entre las energías renovables y el almacenamiento de energía?
La instalación del almacenamiento de energía en la red es fundamental para permitir el crecimiento constante de las energías renovables, como la eólica y la solar, y su continuo desarrollo aumenta el valor del almacenamiento de energía. Esta tecnología puede actuar como demanda cuando la generación renovable es alta, lo que crea espacio para la producción renovable adicional y puede reducir la restricción de la energía renovable. Además, los momentos de mayor generación renovable están correlacionados con los de menor coste de la energía, lo que reduce los costes de carga del almacenamiento energético. De este modo, el despliegue de las energías renovables y el almacenamiento de energía operan de manera simbiótica.
¿Podría explicar por qué el almacenamiento de energía es una infraestructura fundamental de la red?
La capacidad de las baterías para controlar el momento en que se generan ayuda a garantizar que la energía almacenada se utilice en el momento adecuado. Además, las baterías son recursos bidireccionales de rápida respuesta (pueden cargarse y descargarse), lo que las convierte en una fuente ideal de recursos de refuerzo de la red que garantizan su funcionamiento fiable.
La contribución del almacenamiento de energía a la fiabilidad de la red puede verse con mayor claridad en California, donde se espera que el almacenamiento energético proporcione la mayor parte de la capacidad adicional necesaria en los próximos cuatro o cinco años para alcanzar los niveles de reserva y garantizar una red fiable.
¿Cómo está afrontando el almacenamiento de energía el actual entorno macroeconómico?
El principal impacto económico del almacenamiento de energía está en el coste de las baterías, que se ve mitigado en cierta medida por el rápido crecimiento de la capacidad mundial de fabricación de baterías. Asimismo, es atractivo en un entorno inflacionista debido a su mayor rentabilidad potencial, siempre que mantenga una exposición al alza. Como se ha visto este año, el actual entorno inflacionista está aumentando la volatilidad de los precios energéticos. Esto se debe a que los precios altos son fijados por las caras plantas de gas, mientras que el coste marginal de las renovables sigue siendo bajo. Como resultado, tenemos estos picos y caídas en los precios de la energía que son positivos para el almacenamiento de energía, especialmente los más expuestos a los precios del mercado.
¿Cuál es el papel de los criterios ESG en el sector?
El almacenamiento de energía desempeña un papel fundamental en la descarbonización de la red eléctrica y, por tanto, de la economía en general, principalmente al complementar las fuentes de energía renovable y proporcionar energía gestionable libre de carbono. El almacenamiento de energía ha sido clasificado como una actividad que contribuye a la mitigación del clima en la Taxonomía del Reglamento de Divulgación de Finanzas Sostenibles de la UE.
Al almacenar energía cuando la producción de energía renovable es alta, y devolver esa energía a la red cuando las renovables están fuera de servicio, el almacenamiento de energía puede reducir las emisiones de carbono de la red. Por tanto, el almacenamiento de energía puede contribuir en gran medida a mitigar el calentamiento global, el cambio climático y la descarbonización, que son parte integrante de los ESG.
¿Qué desarrollos deberíamos ver en este sector en los próximos años?
Esperamos que muchos elementos de la evolución de la energía eólica y solar se repliquen en el proceso de consolidación del almacenamiento de energía. Algunos de ellos incluyen estructuras comerciales más eficientes y una mayor familiaridad y aceptación por parte de los mercados de capitales que comprimen los costes de capital. Pero también unos servicios adyacentes de menor coste y más eficientes, como las operaciones y el mantenimiento y los seguros.
¿Cómo puede encajar el almacenamiento de energía en las carteras de los inversores?
El almacenamiento de energía en la red eléctrica está todavía en las primeras fases de su desarrollo y creemos que seguirá un modelo de crecimiento similar al experimentado por la eólica y la solar. Dado que los elementos del modelo de negocio aún no se han configurado del todo y que los aspectos económicos del almacenamiento de energía en determinados mercados son muy atractivos, el almacenamiento puede ofrecer mayores rentabilidades potenciales a corto plazo que las infraestructuras tradicionales y puede utilizarse para ayudar a impulsar las rentabilidades a nivel de cartera si los inversores adoptan el enfoque adecuado para entrar en el mercado.
A medida que el sector madure, los costes de capital y los beneficios se reducirán. Aunque existen importantes beneficios, los proyectos tienen que optimizarse a través de múltiples variables, como la búsqueda de las ubicaciones de almacenamiento adecuadas, el diseño y la comercialización eficientes de los proyectos, el despliegue de enfoques eficaces de generación de ingresos, etc.
¿Qué deben tener en cuenta los inversores al abordar el almacenamiento de energía y qué consejo daría a los nuevos inversores en este espacio?
El almacenamiento de energía requiere una gran experiencia de mercado, técnica y operativa. Dado que esta clase de activos se beneficia de la elevada volatilidad de los precios de las materias primas, los inversores deben estar familiarizados con los factores que impulsan la dinámica de los precios de las materias primas. No todos los mercados son iguales y, aunque el almacenamiento tiene sentido en algunos mercados, todavía no lo tiene en todos, por lo que la investigación y el análisis del mercado son una premisa importante.
California y Texas son buenos ejemplos de mercados en los que el almacenamiento tiene sentido actualmente debido a su tamaño y a la alta concentración de renovables. Otros mercados en auge son Nueva York y Nueva Inglaterra, ya que ambas regiones tienen objetivos agresivos en materia de energías renovables. Por último, pero no por ello menos importante, la implementación y ejecución de los proyectos es clave para desbloquear el valor del almacenamiento, así como la comprensión de los mercados de análisis y de materias primas.
¿Es ahora el momento adecuado para invertir en almacenamiento de energía?
A medida que el mercado crezca, madurará, lo que reducirá la rentabilidad disponible para futuros proyectos. En nuestra opinión, es probable que haya una oportunidad limitada para obtener rentabilidades superiores a las disponibles para activos como los proyectos eólicos y solares. Acabamos de alcanzar el punto de inflexión en el que el almacenamiento de energía es rentable en determinados mercados, y creemos que las tendencias que han provocado este punto de inflexión (aumento del valor de mercado y reducción de los costes) no se ralentizarán. Lo más importante es que el almacenamiento de energía se beneficia de otros sectores de rápido crecimiento -energías renovables y vehículos eléctricos-, lo que indica que estamos en el inicio del crecimiento, en lugar de ver un bache puntual.
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