Clave para el 2023

Los analistas coinciden sobre el ciclo y China: "Se ve la luz al final del túnel"

La reapertura y recuperación de la economía del gigante asiático se presenta como un factor clave para los inversores, tanto para la evolución de la inflación, como de los tipos, como de la confianza empresarial.

Wang Yi, uno de los jefes de la diplomacia china.
Wang Yi, uno de los jefes de la diplomacia china.
DPA vía Europa Press

Para entender lo que viene en 2023, hay que ver la evolución del 2022. Al menos, esa parece una de las conclusiones de los expertos y sus pronósticos para el presente ejercicio, según la encuesta anual que realiza Fidelity International entre cientos de analistas. Las empresas se enfrentaron a uno de sus años más difíciles de la historia reciente en 2022, cuando la economía mundial sufrió una confluencia de factores desestabilizadores.

Ahora que nos adentramos en un 2023 marcado por precios y tipos de interés más altos, las empresas afrontan otro año complejo. Sin embargo,  se ve luz al final del túnel y China se ha situado en cabeza de la recuperación. El mayor optimismo parece haber llegado. Al menos, para los profesionales de la inversión en las contestaciones a las encuestas.

La Encuesta a Analistas anual de Fidelity International examina las opiniones de sus expertos en todo el mundo, que sintetizan la información de análisis ascendente procedente de alrededor de 15.000 interacciones con empresas para detectar tendencias clave en el panorama empresarial. De acuerdo con este estudio, el 60% cree que sus sectores ya están en desaceleración, en una recesión leve o algo peor. Sin embargo, si miramos un poco más lejos, algo más de la mitad de esos analistas espera que el ciclo empresarial vuelva a ser positivo a final de 2023.

Con motivo de la presentación de los resultados de la encuesta, Fiona O’Neill, responsable de Iniciativas Estratégicas en el Departamento de Estudios Internacionales sobre Inversiones de Fidelity International, señala que las conclusiones de nuestra encuesta podrían entrar “en contradicción con el tono imperante después de un año en el que los golpes asestados por la invasión rusa de Ucrania han coincidido con el fin progresivo de una década de bolsas al alza y dinero barato”. 

Pero desde una perspectiva más amplia, la experta de la gestora estadounidense cree que están “en consonancia con la lógica económica" y apunta que a medida que las empresas se ven en el fondo del ciclo económico, comienzan en pensar en las oportunidades venideras y en invertir de cara a posicionarse frente a sus competidoras.

"De acuerdo con la encuesta, las presiones sobre los costes tocarán techo en la mayoría de los sectores y regiones en el primer semestre del año. China, suponiendo que su apuesta por la reapertura salga adelante, revivirá y las empresas de materiales, servicios públicos y tecnología volverán a activar el modo inversor, empujadas en parte por la transición medioambiental”, dice.

El efecto de China

Ahora que China está dejando atrás su política de COVID cero, su economía parece encontrarse en un punto diferente del ciclo. La mayor parte de los analistas que la cubren prevé que crezcan los ingresos durante este año, la proporción más alta de todas las regiones. Para reforzar este tono alcista, en las encuestas mensuales más recientes de Fidelity, que recogen los cambios a corto plazo en el sentimiento, China aparece como la única región donde los analistas de Fidelity detectaron confianza entre los directivos de las empresas en diciembre y enero. Fue en diciembre cuando China comenzó a suavizar las restricciones y prepararse para la reapertura.

Sin embargo, este optimismo se modera con las inquietudes sobre un posible rebrote del Covid, ya que China ha pasado de la tolerancia cero con los contagios a una reapertura acelerada. O’Neill también comenta: “Las empresas han respondido positivamente a la relajación de la política de COVID cero de China y las bolsas han subido rápidamente desde diciembre. Sin embargo, las empresas podrían experimentar un peor comportamiento a corto plazo por la ausencia de empleados y, en conjunto, prevemos que el camino podría ser accidentado antes de que se normalice el COVID”.

Preparados para todo

A pesar del optimismo cauto de cara al final del año, las dificultades que se avecinan son evidentes en la amplia gama de datos que nos deja la encuesta. Los analistas de Fidelity prevén un aumento de los impagos de deuda durante los próximos doce meses.

El reciente incremento de la retribución al accionista desaparecerá, mientras que la actividad de fusiones y adquisiciones se frenará; en este sentido, el 73% de los analistas de Fidelity afirma que las operaciones que sí esperan serán complementarias y más pequeñas. Alrededor de tres cuartas partes (74%) de los encuestados señalan que, por ahora, los consejos están focalizando su atención en reducir los costes y apuntalar los ingresos, en lugar de invertir para crecer o retribuir a los accionistas.

Las inquietudes geopolíticas, avivadas intensamente por la invasión rusa, también están creciendo con rapidez y la lectura neta negativa de la encuesta sobre este tema prácticamente se ha duplicado. Por suerte, la gran mayoría (90%) de los analistas de Fidelity afirma que las empresas que cubren están poniendo el mismo o más énfasis en las cuestiones medioambientales, sociales y de gobierno corporativo (ESG) que hace un año.

No obstante, únicamente el 8% de los analistas de Fidelity prevé que las empresas que cubren reduzcan su impacto negativo en la biodiversidad terrestre durante los próximos doce meses. En el caso de la biodiversidad oceánica, esta cifra es del 6%. Ned Salter, responsable global de Análisis de Inversiones, añade que la encuesta muestra que, en lo que respecta a la dimensión ESG, las empresas están “escuchando y actuando”. 

Las iniciativas relacionadas con la biodiversidad siguen estando en pañales en la mayoría de las empresas, pero es un área de diálogo que queremos impulsar con nuestras participadas este año. “La reciente Conferencia de las Naciones Unidas sobre Biodiversidad celebrada en Montreal ha dado una mayor visibilidad a la biodiversidad y su relevancia para conseguir la neutralidad en emisiones, y eso ha permitido imprimir un nuevo impulso a nuestras conversaciones con las empresas sobre esta cuestión”, concluye.

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