Aramco acabará con la hegemonía de Apple: ¿Qué pros y contras tiene su OPV?

  • La mayor petrolera del mundo ha rebajado las previsiones para que la salida al parqué tenga éxito, pero se enfrenta a algún que otro desafío. 
Aramco
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Tras varios aplazamientos, será una realidad. Este año habrá una salida a bolsa que eclipsará a todas: la de la saudí Aramco. La mayor petrolera del mundo se juega ser la mayor OPV del mundo ya que Alibaba levantó más de 25.000 millones de dólares con su debut en Wall Street en septiembre de 2014 y la firma árabe, si sale en la banda alta, lograría 25.600 millones de dólares. Pese a ello, lo que está claro es que Apple perderá el galardón de la compañía más valiosa que cotiza en bolsa, ya que los rangos de precios sitúan a la petrolera entre 1,6 y 1,8 billones de dólares frente a los 1,15 billones de la empresa fundada por Steve Jobs. 

El debut bursátil levanta gran expectación debido a que la petrolera de Arabia Saudita es todo un gigante en su sector. La compañía aglutina algo más de un 10% de la producción de crudo de todo el mundo y sus ingresos fueron de alrededor de 111.000 millones de dólares, cifras muy por encima de las ventas que logran (conjuntamente) dos gigantes tecnológicos como Apple o Google. 

Si todo fueran pros, cualquier inversor se habría lanzado a comprar acciones pero la OPV también tiene varios puntos débiles. Uno de ellos es que su debut no se produce en Wall Street sino que se pondrá de largo en Arabia Saudita, en la Bolsa de Riad (Tadawul). Además, se enfrenta, al igual que sus 'rivales' del sector, al cambio climático y la búsqueda de energías menos contaminantes. 

A estos dos puntos débiles se unen otros dos aún más relevantes. La cotización de la petrolera puede ser muy volátil y estar estrechamente ligada al precio del petróleo y, cabe recordar, el efecto que tuvo en el precio del crudo el ataque terrorista que sufrió Aramco y que obligó al cierre de sus plantas durante varias semanas. Por último, el porcentaje que se coloca en bolsa es muy reducido (1,5% del capital) y la liquidez se ve notablemente condicionada. 

Ross Teverson, responsable de estrategia del área de Mercados Emergentes de Jupiter AM, ha señalado que "algunas de las cifras que rodean a Aramco son asombrosas: no solo suministra el 12% del petróleo mundial y el 5% de las necesidades diarias de energía del mundo, sino que lo hace de manera muy económica, con costes de producción de 2,80 dólares por barril. Tiene 52 años de reservas, y muchos analistas creen que podrían duplicarse si se mejoran las tasas de recuperación y aumenta la exploración. Además, la compañía ha reservado 75.000 millones de dólares para dividendos". 

Teverson también ha señalado como su gran amenaza "los precios del petróleo esquisto de EEUU. Parte de la razón por la cual los costes de Aramco son tan bajos es porque sus instalaciones están bastante concentradas, lo que también la hace vulnerable a la interrupción, como vimos cuando las instalaciones de Abqaiq y Khurais fueron atacadas en septiembre (incluso si luego se recuperaron bastante rápido). Además, existe el riesgo fiscal que conlleva invertir en un régimen político autocrático: si bien las tasas impositivas de Aramco se redujeron para hacer que el acuerdo sea más atractivo, por supuesto podrían volver a subir en el futuro". La valoración también será exigente ya que "los múltiplos son más del doble que los de los pares rusos, que también tienen bajos costes de extracción y largas vidas de reservas". 

El desembarco de la petrolera será inminente y está cada vez más cerca, aunque todavía no tiene fecha concreta. Aramco cerraba este miércoles la suscripción de acciones para su OPV por parte de institucionales, proceso que arrancaba el 17 de noviembre tanto para inversores particulares (0,5% del capital), solo de origen saudí, como para institucionales (1%). 

La petrolera recibía, hasta un día antes de su cierre, suscripciones institucionales por valor de alrededor de 50.400 millones de dólares, mientras que la de inversores particulares se sitúo en 12.600 millones de dólares, sobrepasando los objetivos marcados, que eran, en total, de 25.600 millones. De hecho, antes de lanzar oficialmente su OPV había aspirado a 100.000 millones de dólares, lo que hubiera valorado la compañía en más de 2 billones. 

Aitor Méndez, analista de IG, ha destacado que "si consigue salir en la parte alta de valoración sería una gran noticia para la compañía, para la que no está resultando nada fácil cumplir los objetivos planteados cuando se empezó a diseñar su salida al mercado. En primer lugar, el reino saudí ha acabado por abrir las puertas de la joya de la corona a inversores privados en un momento en el que los precios del petróleo se encuentran de capa caída. Arabia Saudí ha tratado de hacer rebotar los precios de la materia prima a través de repetidas reducciones coordinadas de los niveles de bombeo a través de la OPEP, pero los efectos en el mercado no están siendo tan efectivos en el presente como los vistos en 2016 y 2017". 

De hecho, el experto ha recordado que "ante el menor entusiasmo que ha rodeado la OPV en los últimos meses, el banco central saudí llegó incluso a relajar los límites exigidos en la concesión de crédito para reforzar así la capacidad de compra de los inversores locales, toda vez que la demanda de los inversores internacionales no estaba siendo tan elevada como se pensaba en un principio". 

La salida de Aramco a bolsa es vital para Arabia Saudita. ¿El motivo? Con los ingresos obtenidos con la operación quiere impulsar el proyecto 'Visión 2030' y así diversificar los ingresos de una economía dependiente del petróleo. ¿El objetivo? Desarrollar sectores de servicios públicos como son sanidad, educación, infraestructuras, ocio y turismo... Todos ellos podrían generar la creación de alrededor de 1,2 millones de puestos de trabajo.

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