Argentina se asoma a la quiebra por la crisis política y el 'KO' de los mercados

Argentina se asoma a la quiebra por la crisis política y el 'KO' de los mercados
Argentina se asoma a la quiebra por la crisis política y el 'KO' de los mercados
Pixabay

Argentina se asoma al precipicio del default o incumplimiento en el pago de sus deudas por la crisis política y el azote de los mercados. La advertencia la hacen ya grandes bancos de inversión a nivel mundial como Bank of America, que ha empeorado notablemente sus perspectivas económicas para el país el año próximo, al que sitúa por tercero consecutivo en recesión, y baraja demás el escenario de que incurra para entonces en el citado impago. La victoria del peronista Alberto Fernández en primera vuelta ha hecho saltar las alarmas de los inversores. Estos temen que Argentina vuelva a sumirse en políticas proteccionistas que den al traste con los avances logrados por el actual presidente, Mauricio Macri. 

Los inversores no descartan que el nuevo gobierno trate de renegociar los términos del rescate que el país solicitó al Fondo Monetario Internacional (FMI) por valor de 57.000 millones de dólares (50.933 millones de euros) y del que el país ya ha recibido alrededor de 45.000 millones. Desde Bank of America creen que Alberto Fernández pondrá en marcha políticas más moderadas que las del gobierno de Cristina Kirchner (a la que lleva en sus listas), aunque temen que el mercado no confíe en el posible nuevo presidente dada su reacción actual y las altas necesidades financieras de Argentina los próximos años (alrededor de 30.000 millones de dólares solo el año que viene). Sin embargo, se muestran claros a la hora de prever que la economía se cierre más que con Macri, que Fernández aplique controles de capital -aunque de forma más moderada- y que haya una cierta represión financiera.

Por todo ello, el gigante estadounidense recorta sus perspectivas de crecimiento para el país, que registraría una contracción del PIB del 2,2% este año y del 2% el próximo, y empeora también sus perspectivas fiscales. "Creemos que el colapso del mercado tendrá fuertes efectos en la economía en el futuro", apuntan desde BoA. Y lo tendrán porque en los próximos años ésta seguirá viéndose afectada por la hiperinflación: los precios se dispararán hasta un 51% el próximo ejercicio según las previsiones que circulan en el mercado y solo maquillarán ese alza al 49% en 2021.

Los bancos de inversión prevén un hundimiento del peso que sitúe el cambio en 51,4 unidades por dólar este año y en 70,0 unidades por dólar el próximo. Esto supondría un desplome adicional de la divisa argentina de más del 25% en relación a sus niveles de cotización actuales (55,56 unidades por dólar tras dispararse un 6% después de haberse hundido un 18% en la jornada previa). Ese pinchazo de la moneda acercaría el tipo de cambio real al nivel promedio de 2003-2009, que prevaleció después de la crisis y posterior 'corralito' financiero entre 2001 y 2002, con Fernando De la Rúa como presidente.

Los expertos no descartan que, tal y como hizo a comienzos de esta semana, el Banco Central del país suba los tipos e intervenga en el mercado de divisas para evitar una volatilidad extrema. Sin embargo, su margen de maniobra será escaso, puesto que más intervención significa agotar las reservas para pagar la deuda.

Los mercados de deuda externa dan casi por segura la transición política en Argentina y ven un riesgo significativo de incumplimiento de la deuda. Así, los CDS ('Credit Default Swap', que miden el riesgo de impago de un país) de la deuda argentina a cinco años han alcanzado los 2.116 puntos básicos en las últimas horas, elevándose desde los 1.994 puntos básicos del lunes que ya suponían tocar un máximo de cinco años. En esos niveles, la probabilidad de un default en el próximo lustro sería de entre el 70 y el 75 por ciento.

En medio de toda esta incertidumbre, las promesas de reformas del actual presidente, Mauricio Macri, han servido para parar revertir parte del desplome del peso y del S&P Merval, el selectivo del país, que se ha disparado un 10% tras hundirse el lunes un 30%.

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