AstraZeneca logra sortear de momento en bolsa los efectos de la crisis en torno a la vacuna contra la Covid-19 que ha desarrollado junto a la Universidad de Oxford. Las acciones de la farmacéutica británica avanzan alrededor del 2,5% en Londres y recuperan las 7.270 libras (alrededor de 8.418 euros) después de que la Agencia Europea del Medicamento (EMA) confirmase anoche un "posible vínculo" con los casos de coágulos sanguíneos reportados en algunas de las personas que han sido inoculadas con ella, pero incidiera en que los beneficios que implica su uso superan los riesgos, que son muy "raros" e "inusuales".
La compañía, como sucede con el resto de grandes farmacéuticas que han desarrollado una vacuna contra el virus, cotiza actualmente casi un 17% por debajo de los máximos que alcanzó a comienzos del pasado mes de noviembre (llegó a alcanzar las 8.785 libras por título). Entonces, el mercado resucitó a golpe de expectativas del letargo en el que los había sumido la crisis de la Covid-19 gracias a los resultados de las candidatas de Pfizer-BioNTech y Moderna.
Las acciones de las farmacéuticas en general se calentaron en el tramo final del año pasado al vislumbrar ya la luz al final del túnel de la crisis sanitaria y económica y dieron una calurosa bienvenida a la pionera técnica del ARN mensajero que ha supuesto una revolución para la medicina. Puede decirse que desde entonces la alemana y las estadounidenses han eclipsado al resto de compañías. Y también desde entonces AstraZeneca acumula un historial de problemas que no han hecho sino aumentar.
Sus fabricantes anunciaron que incumplirían el compromiso de entregas de las dosis encargadas y se hizo público que la compañía estaba enviando vacunas a países fuera de la Unión Europea que habían pagado más -y esto pese a que los Veintisiete habían adelantado a la firma más de 300 millones para impulsar la investigación- y que Reino Unido estaba adquiriendo dosis de forma masiva. Los efectos secundarios en algunas de las personas a las que les fue inoculada terminaron por llevar a más de media Europa a suspender su vacunación.
España, que la había retomado, ha decidido dejar de aplicarla en los menores de 60 años. Nuestro país ha adquirido más de 12,23 millones de dosis de la vacuna, de las que sólo se han recibido y entregado a las autonomías algo más de 3,23 millones y de éstas han sido administradas 2,15 millones. El problema está, como señalan desde Renta 4 en que la desconfianza crece y, mientras también Italia se suma a Alemania y Francia en recomendar la vacuna para mayores de 60 años, Reino Unido ha cambiado repentinamente su recomendación, pidiendo que a los menores de 30 años se les ofrezcan vacunas alternativas.
"Todo ello podría complicar las campañas de vacunación, con posibles implicaciones negativas en la reapertura económica", advierten sus gestores. Desde Link Securities coinciden en este punto de vista y recuerdan cómo la vacuna de AstraZeneca es actualmente fundamental si la región quiere alcanzar los objetivos de inmunización que ha establecido la Comisión Europea (CE) de alcanzar a final del verano el objetivo del 70% de la población adulta vacunada.
Eclipsada por Pfizer-BioNTech y Moderna
El horizonte parece distinto para los otros grandes nombres del sector. Pfizer marcó su techo bursátil el pasado 8 de diciembre en los 42,56 dólares, apenas cuatro días antes de que el día 12, sábado, la Agencia Federal del Medicamento de Estados Unidos (DFA, por sus siglas en inglés) diese luz verde al uso con carácter de emergencia de la vacuna -el mismo organismo no ha llegado a aprobar el uso de AstraZeneca en el país-. Las primeras dosis empezaron a administrarse en el país el lunes siguiente. Desde entonces su precio se ha desinflado un 15,6%.
Tras las expectativas generadas a finales del año pasado y el calentón bursátil, la realidad se ha impuesto y ésta ofrece una fotografía de vacunación a buen ritmo en como Estados Unidos, Reino Unido o Israel, por poner algunos ejemplos, y un proceso más lento y no exento de críticas en Europa. La alemana BioNTech, capitaneada por Uğur Şahin, se mueve ahora un 12,5% por debajo del máximo que marcó en Wall Street el 10 de diciembre en los 129,54 dólares.
En el caso de Moderna, su techo histórico lo marcó a comienzos de este mismo año, el pasado 8 de febrero (185,98 dólares) y desde entonces su precio se ha desplomado un 29,3%. Mientras que Johnson & Johnson se mueve apenas un 4% por debajo del máximo de 170,48 dólares que marcó el pasado 26 de enero. No fue hasta el pasado 11 de marzo cuando la UE aprobó el uso de la vacuna de su filial europea, Janssen en el Viejo Continente -sus dosis llegarán a España esta misma semana-.
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