Los problemas en las cadenas de suministro se extienden a numerosos sectores en medio de una 'tormenta perfecta' tras la recuperación de la actividad económica. Sin embargo, la industria automovilística logra poner este problema en un segundo plano y los inversores recuperan la confianza ante el impulso que registran las ventas de vehículos eléctricos. Según la Agencia Internacional de la Energía, este tipo de coches se multiplicarán por casi 15 para 2030 y los fabricantes tradicionales no quieren perder su posición privilegiada. Como resultado, la industria, que echaron el freno a su 'rally' anual en bolsa durante el verano, vuelve a despuntar, con ganancias de hasta el 19% desde septiembre.
Los inversores apuestan por que esta transición traerá ganancias inesperadas y las acciones vuelven a situarse entre las más codiciadas. Las firmas americanas son las que más despuntan desde septiembre. Ford, que tiene como objetivo que su línea de automóviles sea totalmente eléctrica en 2030, en el año se revaloriza más del 75%, frente a las pérdidas en julio y agosto de más del 6% cada mes. Mientras, General Motors gana un 37%. En Europa, el valor más alcista es la alemana Daimler, repunta un 41% desde enero. Le sigue BMW, que avanza un 19%, pese a que esta se sitúa como la mejor posicionada para hacer la competencia a Tesla y el resto de fabricantes únicamente de vehículos eléctricos.
Según un informe de Bernstein, que recoge el Financial Times, BMW vendió casi 232.000 coches electrificados, solo por detrás de Tesla, el fabricante chino de BYD y Shanghai GM Wuling, una alianza entre SAIC Motor, General Motors y Liuzhou Wuling Motors que vende en China. La compañía de Elon Musk mantiene su liderazgo absoluto, con más de 240.000 vehículos hasta el tercer trimestre de 2021, y su capitalización lo refleja, más de 861.000 millones de dólares. Pese a que en el año el mercado ha expuesto sus dudas, logra revertir su tendencia con ganancias ya del 24% desde enero.
Pero la tendencia no es homogénea. En medio del repunte bursátil de la industria, Volkswagen se queda atrás y pierde un 3% de su valor desde septiembre. Pese a ello, con una capitalización próxima los 79.000 millones de euros, la firma alemana también planta cara a Tesla, especialmente tras la publicación de su modelo ID.4 GTX. La firma alemana ve al gigante tecnológico como la competencia, pero también como inspiración y el director ejecutivo del fabricante, Herbert Diess, recurrió a Musk para ayudar a impulsar su giro eléctrico. El multimillonario participó en una conferencia con directivos de la firma.
Los analistas mantienen su recomendación de compra ante las buenas perspectivas de Volkswagen, que tiene como objetivo que para 2030 el 50% de sus ventas sean de coches eléctricos. Según su último informe semestral, hasta junio vendió casi 171.000 vehículos completamente eléctricos, una cifra que se espera que aumente en los próximos años.
El lastre de VW en bolsa es el miedo al efecto de la falta de chips en su cadena de producción. Los fabricantes de automóviles han avisado a lo largo del año del impacto de la falta de semiconductores, minimizando las previsiones de ventas para este año. El problema en los últimos meses se agrava por el atasco marítimo y la falta de mano de obra en algunos sectores. Como consecuencia, numerosas plantas de producción de coches se han visto paralizadas de forma temporal. Aún así, la preocupación ha disminuido entre los inversores ante su fe en el futuro eléctrico.
Con las ventas de vehículos eléctricos en aumento, los fabricantes buscan sacar provecho del apetito inversor. Tanto es así, que Volvo Cars, la marca sueca propiedad de la compañía china Geely, cree que es el escenario ideal para debutar en bolsa. Lo hará en menos de diez días, el próximo 28 de octubre, con una capitalización de mercado de entre 163.000 y 200.000 millones de coronas (16.300 y 20.000 millones de euros). En su anuncio reiteró su condición de "uno de los transformadores más rápidos de la industria del automóvil global, con ambiciones a medio plazo de electrificación, sostenibilidad y digitalización".
El negocio de la producción de baterías
En un momento clave del 'giro verde', varios fabricantes están apostando por ser, además, sus propios proveedores. En concreto, las baterías son el elemento clave en los vehículos eléctricos, cuya producción propia ayudará a los fabricantes a reducir costes a partir de las economías de escala. Los fabricantes de automóviles están compitiendo para asegurar el suministro de baterías, con numerosas nuevas plantas de baterías tanto en Europa como EEUU.
Toyota y Stellantis han sido los últimos en anunciar fábricas para la producción de estos elementos. El fabricante nipón invertirá 3.400 millones de dólares en Estados Unidos para el desarrollo y producción de baterías eléctricas. En septiembre ya anunció una estrategia de inversión de cerca de 11.000 millones de euros para potenciar durante la próxima década su oferta de baterías para vehículos eléctricos e híbridos.
Por su parte, el grupo automovilístico Stellantis se ha unido con LG Energy Solution para crear una "gigafábrica" en Norteamérica con una capacidad de producción anual de 40 gigavatios hora. Con esta nueva fabrica, cuya puesta en marcha está prevista para el primer trimestre de 2024, esperan alcanzar su objetivo de que los vehículos eléctricos representen más del 40% de las ventas en Estados Unidos en 2030. Stellantis señaló en su nota que prevé la inversión de 30.000 millones de euros de aquí a 2025 en el desarrollo de vehículos eléctricos y softwares.
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