El aval del Instituto de Crédito Oficial (ICO) a las compañías españolas durante la pandemia ha impulsado las emisiones de pagarés y el saldo vivo de esta deuda a corto plazo ya supera en casi un 50% el de diciembre de 2020. El incremento se inició en el último año. La incertidumbre que provocó la crisis sanitaria conllevó un descenso en las emisiones en el Mercado Alternativo de Renta Fija (MARF), pero el respaldo del Estado permitió que las emisiones de pagarés se mantuvieran e incluso incrementaran el nivel del año anterior.
Según el último dato que recoge BME, el saldo vivo de los pagarés, el importe de la deuda que queda por pagar, supera los 3.600 millones de euros en este mes de junio, de los que el 20,5% está avalado por el ICO. La cifra no se había alcanzado en los últimos tres años y supone un aumento notable frente a los 2.432 millones con los que cerró 2020. El informe 'El MARF y su contribución al crecimiento empresarial' destaca que tras el parón en las emisiones de pagarés en los meses de marzo y abril ante el inicio de la pandemia, se produjo un crecimiento "gracias, sobre todo, a la extensión a las emisiones de pagarés realizadas en este mercado del programa de avales públicos canalizados por el ICO por un valor de hasta 4.000 millones de euros".
El incremento del saldo de los pagarés llega tras la línea de avales públicos al crédito empresarial que el Gobierno aprobó al iniciarse la pandemia para dotar de financiación a las compañías. El objetivo era evitar la falta de liquidez en las compañías ante el impacto económico de la pandemia, con varios meses con la actividad prácticamente a cero. La cobertura del ICO alcanzó hasta el 70% del volumen total de la emisión en 2020. Pero, además, el ICO también se lanzó a la compra de pagarés. "Desde abril de 2020 hemos acudido a 137 emisiones de 29 empresas emisoras, con una inversión de unos 730 millones de euros que ha permitido movilizar más de 2.100 millones de euros", afirmó el pasado mes de mayo el presidente de la entidad. El estudio destaca que esta intervención, como avalista de las emisiones y como inversor, ha generado "una interesante y fructífera colaboración público-privada".
La tendencia continúa al alza en 2021, aunque no se extiende de igual manear a otro tipo de emisiones. El MARF también incluye bonos y obligaciones, cédulas, bonos titulización y bonos contingentes convertibles, pero en todos ellos el saldo vivo actual es inferior o igual al del cierre de 2020. Así, en total, el saldo pendiente del conjunto del MARF se sitúa en 6.254,47 millones de euros, con un dominio de los pagarés. Actualmente, el 57,8% del importe anterior está colocado en esta deuda, el 25,7% en bonos y el 16,5% restante, en titulizaciones y productos con garantía hipotecaria.
El MARF supone una alternativa de financiación, facilita la emisión de diferentes valores negociables de deuda a corto y a largo plazo, que se inició en 2013 ante la dependencia de los bancos. Pero, en especial, permite diversificar las fuentes de financiación a las compañías no cotizadas, con "un acceso a los mercados más difícil". De hecho, el 65% del mercado alternativo de renta fija está constituido por empresas que no cotizan en otros mercados. Estas posibilidades le permiten seguir creciendo y este 2021 alcanzó los 100 emisores. El director general de BME Renta Fija y del MARF, Gonzalo Gómez Retuerto, aseguró que seguirá al alza en los próximos años: "Hemos visto una aceleración del ritmo de las empresas que acceden al MARF. Este año ya llevamos 9 compañías".
Las firmas del MARF aportan 78.000 millones a la economía
Los autores del estudio 'El MARF y su contribución al crecimiento empresarial' destacan la importancia de contar con "mercados de renta fija corporativos exitosos" porque es "esencial para favorecer la financiación de la inversión y la creación de empleo". Entre otros motivos, señalan el impacto económico y social, ya que las empresas emisoras del MARF aportan una cifra de negocio de 77.601 millones de euros a la economía española, en tanto que mantienen 380.000 puestos de trabajo y generan unas rentas de 21.000 millones.
Desde su puesta en marcha a finales de 2013 hasta 2020 ya son más de 100 las empresas que han acudido a este mercado para financiarse, seis de ellas, portuguesas, una de Holanda y otra de Reino Unido. Según recoge el informe, una vez que entran en el mercado, un gran número de compañías repite en años posteriores. Además, María José Palacín, profesora de Finanzas de la Universidad de Sevilla y coautora del estudio, destaca la diversidad sectorial, de tamaño y localización geográfica de las empresas que han acudido a financiarse en el MARF.
El estudio señala que el 24% de las empresas emisoras pertenece al sector de materiales básicos, industria y construcción, el 22% a los sectores de productos y servicios de consumo; y un 16% a compañías ligadas al petróleo y la energía. También cotizan empresas proveedoras de servicios financieros (10%), servicios inmobiliarios (9%) y tecnología y telecomunicaciones (5%).
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