Presentación de resultados

La banca de inversión, ante el espejo en busca señales de recesión en Wall Street

Bank of America, JP Morgan, Goldman Sachs, Citi, Wells Fargo... La gran banca estadounidense comienza  el desnudo financiero del cuarto trimestre y del conjunto de un 2022 marcado por la inflación y los tipos.

Gráfico Inversión Banca
Gráfico Inversión Banca
Nerea de Bilbao (Infografía)

Llegó la hora de la verdad. Arranca la campaña de resultados empresariales en Estados Unidos, con el mundo de la inversión pendiente de si se activa alguna señal que dé indicios de si el país se dirige hacia una recesión económica. Por lo pronto, los ajustes de plantilla de algunas grandes compañías tecnológicas de Silicon Valley y los anuncios de algunos bancos de inversión de recorte de empleos –como el caso de Goldman Sachs– pudieran servir como antesala de lo que tenemos por ver. La atención estará más que activa por parte de los agentes del mercado.

Como siempre, la banca de inversión arranca la temporada de presentación de las cuentas corporativa. En este sentido, ¿qué podría esperar el mercado? El consenso estima que los gigantes bancarios estadounidenses presenten unos beneficios más bajos en el cuarto trimestre, ya que los prestamistas están acumulando provisiones para la posibilidad de que lleguen tiempos difíciles en aras de prepararse para una desaceleración económica.

Los cuatro grandes nombres en el país, JPMorgan, Bank of America, Citigroup y Wells Fargo, acudirán a su cita con los inversores el viernes. Junto con Morgan Stanley y Goldman Sachs, son los seis prestamistas más grandes que se espera que acumulen un total combinado de 5.700 millones de dólares en colchones de capital para prepararse ante posibles préstamos fallidos, según las previsiones de Refinitiv. Eso es más del doble de los 2.370 de provisiones reservados un año atrás.

"Dado que la mayoría de los economistas estadounidenses pronostican una recesión o una desaceleración significativa este año, es probable que los bancos incorporen una perspectiva económica más severa", comentaron los analistas de Morgan Stanley encabezados por Betsy Graseck en una nota reciente distribuida a sus clientes institucionales.

La Reserva Federal está aumentando agresivamente los tipos de interés en un esfuerzo por controlar la inflación cerca de su nivel más alto en décadas. El aumento de los precios y los mayores costes de endeudamiento han llevado a los consumidores y las empresas a reducir sus gastos, y dado que los bancos sirven como intermediarios económicos, sus beneficios tienden a caer cuando la actividad se desacelera.

Así, se prevé igualmente que los seis bancos presenten un descenso del 17% de media en sus beneficios netos del cuarto trimestre respecto al año anterior, según las estimaciones preliminares de los analistas de Refintiv. No obstante, los bancos podrían sacar beneficio de los tipos en aumento que les permiten ganar más con el interés que cobran a los prestatarios.

Creo que tenemos que ser más realistas”, asegura el estratega jefe de mercados de Miller Tabak, Matt Maley. “La Fed comenzó a subir los tipos de interés y estamos comenzando a sentir el impacto de eso en la economía. En algún momento, creo que la gente se dará cuenta de que las ganancias tendrán que bajar”, ahonda.

El ajuste en las cotizadas

Los inversores y analistas se centrarán en los comentarios de los responsables de los bancos como un indicador importante de las perspectivas económicas. La salida de muchos ejecutivos en las últimas semanas de estas entidades ha advertido sobre el entorno empresarial más difícil, lo que ha llevado a las empresas a recortar los bonus o despedir a parte de su plantilla.

Las previsiones son sombrías: las empresas del S&P 500 pueden reportar la primera caída en los beneficios desde el tercer trimestre de 2020, con una retroceso previsto del 4,1% para el cuarto trimestre, según el consenso recopilado por FactSet. Los analistas han recortado sus proyecciones en un 6,5% desde el 30 de septiembre, más de 1,5 veces la disminución promedio de los últimos veinte años.

Y hay muchos estrategas que piensan que esos números no han bajado lo suficiente. “Todavía no podemos sacudirnos los horrores de 2022. Esta será su oportunidad de reconocer el alcance total del daño de 2022 y, lo que es más importante, revelar para qué se están preparando este año”, dicen los analistas de Pipler Sandler.

“La inflación sigue siendo alta y las tasas aún no alcanzan su punto máximo. Las tensiones geopolíticas pueden haber disminuido un poco en algunas áreas del mundo, pero se han exacerbado en otras, mientras que el impacto de la repentina reapertura de China llegó demasiado tarde para tener mucho efecto en las ganancias del cuarto trimestre”, agregan.

A nivel mundial, las economías se están desacelerando, afectando las ganancias de las empresas S&P 500 y aumentando los riesgos de recesión. Todo esto se ha traducido en un sentimiento de beneficios inusualmente sombrío a medida que se acerca el rendimiento de cuentas. David Kostin, estratega jefe de renta variable de Goldman Sachs, explica que las revisiones a la baja de los beneficios empresariales se están produciendo “a un ritmo que en los últimos años ha presagiado una recesión”.

Esta última ola de pesimismo en las ganancias puede verse como una tercera dosis de rebajas sobre los beneficios esperados para 2023. Las dos últimas, durante las temporadas de resultados del segundo y tercer trimestre del año pasado, coexistieron con repuntes del mercado bajista en las acciones. Esto es algo que, según Evercore, “podría volver a suceder”.

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