El Banco de Japón (BoJ) mantendrá los tipos a corto plazo en terreno negativo (-0,1 %) pese a elevar los pronósticos de inflación. La autoridad responsable de la política monetaria en el país reconoció que las presiones de los precios estaban aumentando pero descarta endurecer sus políticas porque esperan que la inflación se mantenga por debajo de su objetivo del 2%.
El país no ha sido inmune a las tensiones inflacionistas a nivel global, impulsado por las materias primas y el encarecimiento energético. Así, en el informe de su perspectiva trimestral, el BOJ revisó al alza su pronóstico de inflación para el ejercicio 2022 (comienza en abril) a 1,1% desde la estimación anterior de 0,9%. También elevó levemente su pronóstico de inflación para el año fiscal 2023 a 1,1% desde 1,0%.
Pese a ello, el BoJ afrimó que "los riesgos para los precios generalmente están equilibrados". "No estamos debatiendo un aumento de la tasa de interés", dijo el gobernador Haruhiko Kuroda. En ese sentido añadió que "el pronóstico de los miembros de la junta es que la inflación se mueva alrededor del 1%. Bajo tales condiciones, no estamos pensando en absoluto en subir las tasas o modificar nuestra política monetaria expansiva".
La entidad publicó su informe de previsiones económicas al término de su reunión mensual de dos días sobre política monetaria, en la que decidió mantener sus estímulos para apoyar a la economía nacional, golpeada por un nuevo incremento de casos de covid. El banco central nipón también anunció que seguirá comprando bonos estatales japoneses para que el rendimiento de esos bonos a 10 años se mantenga en torno al 0%, y facilitar así los préstamos a pymes y hogares.
Además, revisó al alza sus previsiones sobre el crecimiento de la economía japonesa, confiando en la remisión del impacto de la pandemia y el encarecimiento energético. El banco central nipón elevó hasta el 3,8 %, desde un 2,9 %, su previsión de crecimiento del producto interior bruto (PIB) de Japón durante el ejercicio de 2022 (que comenzará el próximo 1 de abril), ante las expectativas de una reducción de la presión derivada de la covid-19, el aumento del consumo y de la demanda externa.
"Un repunte de la economía de Japón se ha hecho evidente con la remisión gradual del impacto de la covid-19 dentro y fuera del país", señaló el BoJ en su nuevo texto, donde destacó la recuperación de las exportaciones y la producción industrial, pese a la persistencia de los problemas en la cadena de suministro global. El BoJ sustentó su optimismo también en la recuperación del consumo, uno de los pilares de la economía del país asiático, que espera que continúe avanzando pese al aparente estancamiento de los índices de empleo y a que las subidas salariales que reclama el Gobierno aún no se han producido.
Pese a sus buenas estimaciones para 2022, el Banco de Japón empeoró su pronóstico del PIB para el ejercicio de 2021 (que concluirá el 31 de marzo de este año), debido precisamente a los problemas de suministro que sigue afectando a importantes empresas niponas. El banco central japonés espera que la economía nacional se expanda un 2,8% en el ejercicio de 2021, un ritmo inferior al 3,4% vaticinado en su informe previo de hace tres meses. Para el ejercicio de 2023, el BoJ rebajó en dos décimas su pronóstico de expansión económica, hasta el 1,1%, aunque mejoró en una décima su previsión sobre los precios, que espera que se incrementen un 1,1%.
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que lainformacion.com restringirá la posibilidad de dejar comentarios