Subida de la bolsa, caída del yen

El Banco de Japón sorprende al mercado con más estímulos y tipos negativos

La autoridad monetaria que dirige Haruhiko Kuroda desafía la presión de los mercados para endurecer su política monetaria y mantiene su sesgo ultra-expansivo con estímulos para la deuda y el crédito.

El consejo del Banco de Japón con Kuroda, sentado en el centro.
El consejo del Banco de Japón con Kuroda, sentado en el centro.
L. I.

El Banco de Japón (BoJ) frenó las intensas especulaciones del mercado sobre cambios en la política monetaria al reforzar su defensa de los estímulos, lo que provoca un desplome en el yen (-2%) frente a dólar y euro, fuertes caídas en los rendimientos de los bonos y un amplio ascenso de las bolsas niponas. El índice Nikkei 225 se disparó un 2,5% al cierre de la sesión de este miércoles. Los inversores estaban apostando por un giro en los tipos japoneses de cara abandonar los niveles negativos como Europa o Suiza para seguir la estela del ciclo de restricción al crédito en la mayoría de economías.

Sin embargo, el mercado se ha encontrado con una sorpresa en la principal economía de Asia. El consejo de gobernadores que preside Haruhiko Kuroda mantuvo los ajustes principales de la política sin cambios este miércoles, dejando su tasa de interés negativa en -0,1% y el objetivo para los rendimientos a 10 años de la deuda en torno al 0%, según reza su último comunicado. La inflación en noviembre de Japón se situó en el 3,8% interanual con un tasa de desempleo del 2,5% y un crecimiento del PIB en términos interanuales  que se sitúa en torno al 1,5%.

El banco central dijo que continuaría comprando bonos a gran escala e incrementaría las compras de manera flexible si es necesario, mostrando su intención de comprometerse con el control de la curva de rendimiento por ahora. También mejoró su provisión de préstamos a los bancos comerciales con el objetivo de animarlos a comprar más deuda. De este modo, Japón vuelve a reforzar su política ultra-laxa de tipos frente al ciclo de endurecimiento monetario registrado en EEUU y Europa.

Las previsiones actualizadas de la BOJ también mostraron que los funcionarios todavía no ven que la inflación se mantenga por encima del 2% de manera sostenible en los próximos años, ofreciendo una justificación para más estímulos incluso después de que Kuroda se retire en abril como gobernador del banco central. Precisamente, el relevo al frente del BoJ es uno de los argumentos para mantener la política monetaria ultra-expansiva y evitar turbulencias en la marcha de los mercados nipones. 

Su sucesor deberá afrontar la decisión de poner fin a dos décadas de gran expansión monetaria en Japón, inmersa en una crisis deflacionaria después del estallido de sus crisis inmobiliaria en los años 90 tras una burbuja de grandes proporciones. El Banco de Japón ha utilizado el equivalente a alrededor del 6% del PIB del país en los últimos meses para comprar bonos con el objetivo de mantener los rendimientos dentro de su rango objetivo.

Rebaja de previsiones

Por otro lado, el Banco de Japón ha presentado sus nuevas proyecciones macroeconómicas para el país, expresando su confianza en que la actividad se recupere hacia la mitad del período de previsiones ante el menor impacto relacionado con la pandemia de Covid-19 y la disminución de las restricciones del lado de la oferta, aunque espera que esté bajo presión a la baja derivada de los altos precios de las materias primas y la desaceleración.

De este modo, las tasas de crecimiento proyectadas para los años fiscales 2022 y 2023 son algo inferiores que en su anterior proyección del pasado octubre. En el caso de la inflación, las tasas de aumento proyectadas se mantienen más o menos sin cambios para los ejercicios 2022 y 2023, mientras que para el año fiscal 2024 es algo más alta.

De este modo, el banco central nipón prevé que el PIB cierre el ejercicio fiscal 2022 con una expansión del 1,9%, frente al 2% previsto anteriormente, y que en 2023 aumente un 1,7%, frente al 1,9% previsto en octubre. De cara al ejercicio 2024, la entidad anticipa una expansión del 1,1%, frente al 1,5% esperado anteriormente.

En el caso del IPC, el Banco de Japón espera que la tasa suba en el ejercicio 2022 un 3%, una décima más de lo previsto en octubre, para desacelerarse al 1,6% en 2023, en línea con su estimación previa, mientras que espera que los precios suban un 1,8% en el 2024, dos décimas más de lo anticipado.

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