Once años después

El tándem Torres-Genç ata la herencia turca de FG con el asalto final a Garanti

BBVA da el paso decisivo en Turquía con una oferta de compra que pone suelo a la cotización de su filial, después de que se haya depreciado un 73% desde su primera inversión en noviembre de 2010.

El presidente de BBVA, Carlos Torres, junto al CEO,  Onur Genç
El presidente de BBVA, Carlos Torres, junto al CEO, Onur Genç
EFE

Un trébol de cuatro hojas es el símbolo del Garanti, un banco en el que Francisco González (FG) creyó ver un nuevo 'El Dorado' como Bancomer (México) pero que se tornó en pesadilla. El valor en bolsa de la entidad turca se ha desplomado un 73% desde la primera inversión del banco español en noviembre de 2010 y un 47% desde la última compra de acciones en marzo de 2017. Once años después, el tándem formado por Carlos Torres, presidente de BBVA, y Onur Genç, consejero delegado, busca sellar con una opa el proyecto que unió sus destinos en el meteórico ascenso hasta lo más alto de la cúpula en 2018. El asalto final elevará la factura de la visión turca de FG desde los 6.910 millones de euros que ya ha invertido desde 2010, hasta los 9.160 millones de euros si la oferta tiene éxito al 100%.

Será la cuarta vez que realice una compra masiva de acciones del Garanti y, de nuevo, lo hará a la baja promediando el coste de adquisición, según los datos obtenidos por 'La Información'. En noviembre de 2010 se hizo con un 24,9% por 4.200 millones valorando el 100% de la entidad en 16.867 millones al cambio lira/euro de entonces. En julio de 2015 compró un 14,9% adicional por 1.854 millones, un 26% menos que la anterior. En marzo de 2017 pagó 860 millones por otro 10% del capital con otro recorte del 30% sobre la valoración precedente. Ahora, la opa sobre el 50,1% por 2.250 millones pone en valor de nuevo al Garanti: 4.500 millones de euros.

La opa llega como movimiento oportunista en un escenario de crisis económica, financiera y política en Turquía que ha llevado a su divisa, la lira, a desplomarse un 25% solo en 2021 y más del 70% desde mediados de 2017. De fondo, la pérdida de credibilidad de las políticas del Gobierno de Erdogan han convertido el prometedor mercado turco en un infierno para el dinero extranjero. BBVA tiene que lidiar estos días en Turquía con una tasa de inflación descontrolada del 20%, un crecimiento anualizado del 21% y unos tipos de interés en modo montaña rusa: subieron del 7% al 24% entre 2018 y 2019; bajaron al 7% en 2020 y volvieron a escalar al 19% en 2021. Desde el pasado septiembre han vuelto a descender hasta el 16%.

BBVA, en cambio, ha aguantado lo indecible durante más de una década con minusvalías constantes y deterioros contables de más de 2.000 millones de euros cuando tuvo que ajustar su valoración en la cuenta de resultados. Por el camino, una ampliación de capital de 5.000 millones de euros, la venta del Citic chino (1.500 millones) y BBVA USA (9.700 millones). Su inversión estratégica parecía sufrir de una maldición: siempre crecía y prometía en moneda local, pero en euros menguaba año tras año hasta ver reducido el peso del Garanti en el conjunto del balance del banco hasta menos del 8% de los activos del banco antes de la salida del perímetro de EEUU.

Torres, arquitecto y actor clave en el culebrón turco

Explicaciones de Carlos Torres, presidente de BBVA

La autoría de la presencia de BBVA en Turquía lleva irremediablemente a Francisco González, expresidente de la entidad. Es el imborrable legado de FG en el balance de la entidad que sus sucesores buscan hacer permanente. Carlos Torres era el director de Estrategia y Expansión Corporativa y miembro del Comité de Dirección de BBVA cuando José Ignacio Goirigolzarri presentó su dimisión en septiembre de 2009 como consejero delegado de la entidad. El número dos del banco fue sustituido en el puesto por el responsable de recursos humanos Ángel Cano, pero FG dio galones y amplios poderes a Torres para diseñar y ejecutar su idea de banco global y digital del siglo XXI. El ex de la consultora McKinsey fue un actor clave en las negociaciones de entrada en el Garanti hace once años y coautor del esquema de cogobernanza y pacto accionarial con la familia Sahenk (Dogus).

El precio fue alto. BBVA tuvo que anunciar una ampliación de capital de 5.000 millones de euros para esta operación que supuso la compra del 18% que estaba en manos del holding General Electric y un 6% de los Sahenk. En total, el banco español invirtió 4.200 millones de euros en aquel movimiento. Aunque la gestión y las riendas del banco, como parte del acuerdo, iba a permanecer durante cinco años en manos turcas, la entidad española necesitaba banqueros de confianza para escenificar el relevo al frente del Garanti. Torres, todavía director de Estrategia pero cada vez más cercano a FG, fue quien reclutó a Onur Genç, máximo responsable de McKinsey en el país y que de 2012 a 2017 fue vicepresidente ejecutivo del Garanti.

El nombramiento de Torres como nuevo consejero delegado en marzo de 2015 llegó a tiempo para sellar la siguiente fase del grupo español en Turquía: la compra del 14,9% en manos de Dogus por 1.850 millones, la asunción de la gestión y la integración global de Garanti dentro de la cuenta de resultados de BBVA. Dos años después, la familia Sahenk vendió el 10% que le quedaba por 860 millones y completó su desinversión en Garanti tras ingresar el equivalente a 3.800 millones de euros.

Onur Genç dio el salto desde Turquía a liderar el negocio en EEUU como nuevo consejero delegado y solo un año después completó su escalada en la jerarquía diseñada por Torres y el saliente FG -atrapado en el escándalo del caso Villarejo- con su nombramiento como CEO y ‘número dos’ del banco español a nivel global. En solo tres ejercicios han dado un vuelco definitivo a la estructura del banco con la venta en noviembre de 2020 de BBVA USA por 9.700 millones de euros. La desinversión no solo ha permitido poner en marcha del mayor plan de recompra de acciones de la entidad (3.500 millones) sino que que permitirá la toma de control del 100% del Garanti (2.250 millones) y todavía sobrarían 4.000 millones para nuevas aventuras o retomar las viejas como el intento de fusionarse con el Sabadell en 2020.

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